lunes, agosto 14

AVISO IMPORTANTE

El Día de Hoy, se ha dado a conocer en algunos medios de comunicación de la zona de Cordoba, Veracruz; que CAFUPE ha presentado ya una denuncia penal en la agencia del miniterio publico federal por daño patrimonial contra quien resulte responsable por la toma de la caseta de peaje de Fortin de las Flores, por lo cual hacemos las siguientes consideraciones:
La denuncia presentada no es más que un acto de represión por parte del gobierno federal que pretende intimidar a los defensores por la democracia e integrantes del movimiento democratico que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
No nos vamos a initimidar y vamos a asumir las consecuencias jurídicas, pero haremos ver al mundo que las instancias de la justicia federal estan al servicio de esa minoria rapaz y a partir de este momento nos declaramos pérseguidos de conciencia.
Loas 4 mil veracruzanos que tomaron las 10 casetas el sábado pasado y miles más que no lo hicieron se presentaran el ministerio publico federal correspondiente para presentarse y ponerse a disposición de esta autoridad farsante.
¡Luchar Siempre con Dignidad, que Vivir de Rodillas!

"Estamos aquí por convicción", por eso aguantamos frío, lluvias e incomodidad


Estamos aquí por convicción", por eso aguantamos frío, lluvias e incomodidad
Simpatizantes, familias y visitantes convierten campamentos en sitios de solaz dominical
ERIKA DUARTE Y ROCIO GONZALEZ

La realización de actividades en el ámbito del plantón de la resistencia civil pacífica no cesan, como en uno de los campamentos sobre avenida Juárez donde niños moldean figuras con plastilina Foto María Meléndrez Parada
Bajo diversas casas de campaña, algunas de ellas montadas con plásticos y cartones, decenas de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se resguardan de la lluvia y el frío que por las noches, pero sobre todo en las madrugadas, se dejan sentir con intensidad en el corredor de la resistencia civil que parte del Zócalo a la fuente de Petróleos.
Durante las veladas en los distintos campamentos las actividades y reuniones adquieren un tono de reflexión o se convierten en permanentes juntas donde se deciden las formas de participación sobre el destino inmediato del movimiento de resistencia, a partir de los parámetros que indica su líder, los cuales se combinan con las iniciativas en cada comunidad.
Aun entrada la noche, en esta ciudad a escala, el movimiento no cesa. Inclusive, aunque en su mayoría son hombres los que pernoctan, también se puede encontrar a familias enteras, que arremolinadas frente algún televisor, un juego de mesa o simplemente alrededor de la cafetera, hablan de las jornadas diarias, del efecto de las tomas a carreteras, bancos y edificios públicos y de su disposición a continuar con las movilizaciones.
Abrigada con una chamarra y con café en mano para contrarrestar las bajas temperaturas, Graciela Rivera, acompañada de parientes, vecinos y las amistades que ha hecho durante las dos semanas de resistencia, monta la guardia nocturna en una de las carpas de la Asamblea de Barrios, instalada en las inmediaciones del Eje Central.
"Para quienes creen que este movimiento no es auténtico, queremos decirles que estamos aquí por nuestra propia convicción, porque creemos que esta lucha es por una causa justa, por eso aguantamos todas estas incomodidades", dice la mujer quien pernocta en un campamento habilitado sólo con dos sillas y un cartón, que por momentos es utilizado como cama.
Cuando a las once de la noche los decibeles del movimiento cesan paulatinamente, "no falta el despistado que a esa hora sigue con su guitarra; sin embargo, como muchos trabajamos temprano y necesitamos dormir un rato, una noche a alguien se le ocurrió gritar "cállate chachalaca", desde entonces la consigna se convirtió en fórmula infalible para apaciguar los ánimos de fiesta que muchos tienen sobre todo en fin de semana", cuenta Leonardo Martínez, uno de los jóvenes universitarios que acampan en Coyoacán.
Medidas de seguridad
Habilitados con sus propias estrategias de seguridad, entre ellas un silbato para dar la voz de alerta ante cualquier eventualidad, derivada del clima o de alguna provocación de gente externa al movimiento, los activistas se dividen en pequeñas guardias, se comunican entre sí para evitar infiltrados y se mantienen vigilantes hasta el amanecer.
"En estas condiciones ninguna medida resulta extrema", confiesa uno de los integrantes del grupo Espacio, conformado por universitarios, profesionistas, académicos y ciudadanos, instalado cerca de Bucareli, quien denuncia la presencia de hombres a bordo de motocicletas, que desde las laterales de Reforma monitorean con cámaras y toman nota sobre los campamentos, a altas horas de la noche.
Para otros la preocupación no está en la seguridad de los campamentos, sino en la de su líder, Andrés Manuel López Obrador, como lo expresa Antonio Arauz, miembro del contingente de Veracruz, cuya comitiva por razones de espacio tuvo que trasladarse del Zócalo al Paseo de la Reforma, donde yacen sobre el suelo, sendos tablones que sirven como camastros para evitar la humedad.
"No es conveniente, que a estas alturas ande haciendo viajes, como el que hizo a Chiapas, pues recordemos lo que pasó con Manuel Clouthier. Debemos evitar cualquier eventualidad que ponga en riesgo su vida, pues no sólo luchamos contra el poder nacional, sino también con intereses económicos en el exterior, y van a querer hacer todo para detenerlo", esgrime este hombre que motivado por dejarle a sus hijos un mejor país se encuentra en esta lucha.
Paseo dominical
Por segundo domingo consecutivo, el corredor Zócalo-Juárez-Reforma congregó a miles de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, que se dieron cita en la asamblea informativa y después recorrieron los distintos campamentos delegacionales, no sólo en demanda del recuento voto por voto, sino también para conocer las actividades culturales y recreativas que se realizan en las distintas carpas instaladas en el corredor.
Entre un ambiente de fiesta, las parejas, familias, grupos de amigos y de vecinos disfrutaron diversos espectáculos y formaron parte de la movilización. La mayoría de los visitantes se comprometió a romper el cerco informativo dado por los medios de comunicación sobre el movimiento de resistencia pacífica y emular las labores informativas que se realizan en los campamento, toda vez que se sienten reflejados en esa lucha.

Deviene fiesta popular el megaplantón; canciones y paseantes del Zócalo a Reforma


Las chicas superpeligrosas y Rita Guerrero pusieron música a la protesta

Deviene fiesta popular el megaplantón; canciones y paseantes del Zócalo a Reforma
Jesusa Rodríguez insta a los manifestantes a limpiar la zona y vocear niños perdidos
CARLOS PAUL

Rita Guerrero, al frente de Ensamble Galileo, durante su participación en las jornadas culturales contra el fraude Foto María Luisa Severiano
Otra muestra de la resistencia artística en apoyo al recuento total de votos de la pasada elección presidencial, son las parodias musicales que ya empiezan a circular y ser escuchadas en los campamentos que integran el megaplantón que la coalición Por el Bien de Todos realiza desde el Zócalo y hasta Paseo de la Reforma.
El pachanguero sentir popular, la consigna, la canción y el baile han inspirado y encontrado un eco musical, por ejemplo, en la recién formada agrupación denominada Las chicas superpeligrosas y los votos perdidos, así como en el grupo Molotov, que ha compuesto una incisiva rola, la cual se escucha casi todos los días en una de las tiendas de campaña que integran el plantón sobre la calle Madero, vialidad que este domingo, cual debe ser en día de fiesta, se encontraba atiborrada de transeúntes, turistas asombrados y simpatizantes de la coalición.
En un ambiente en el que se conjugaba el compromiso social pacífico y un paseo dominical, en el que familias, niños, parejas de todas las edades, grupos de jóvenes, con banderines amarillos, moños tricolores en el pecho, carteles en las manos "apoyando al Peje", pedían el recuento voto por voto, repudiaban la política del presidente Vicente Fox y la campaña de odio y miedo generada por el Partido Acción Nacional y Felipe Calderón Hinojosa; iban y venían sobre la calle de Madero, del Eje Central al Zócalo o por Juárez hasta Reforma.
Los domingos los campamentos se vuelven centro de reunión y esparcimiento. Entre organilleros, vendedores de frutas, nieves y paletas de hielo y ambulantes que también se han instalado con algunas de sus mercancías; en algunos campamentos se proyectan videos, en otros se recaban firmas de apoyo, en otros más continúan los talleres para los pequeños, ya sea de manualidades, ajedrez o para jugar a la lotería o el balero.
Ayer, luego del mediodía, el Zócalo volvió a desbordarse y sobre Madero y avenida Juárez pequeños grupos de personas detenían su caminar frente a una carpa o tienda para escuchar el discurso que López Obrador ofrecía en esos momentos en el Zócalo. Radios conectados a pequeñas o grandes bocinas, radios de automóviles con las puertas abiertas funcionaban para trasmitir el mensaje de AMLO, que al concluir dio paso a las actividades artísticas de resistencia.
Jesusa Rodríguez, animadora de las actividades culturales, la tarde del domingo fungió también como conductora de los mensajes para una mejor convivencia mientras dure el plantón, como mantener limpias las áreas de los campamentos, vocear a los niños perdidos o llamar la atención a los que beben en las tiendas.
Luego de que el reconocido Ensamble Galileo y la voz de Rita Guerrero sedujeran a los asistentes con diversas interpretaciones de música renacentista y virreinal; el entusiasmo de la recién formada agrupación denominada Las chicas superpeligrosas y los votos perdidos, acompañadas al acordeón por Leonardo Soqui, quienes junto con Héctor Hugo Peña, Dana Aguilar, Jimena Granados, Daniela Sánchez, Leticia Pedrajo, Amanda Schwelz, Julia Aunaut y Denisse Villuendas, entre otros, pusieron el toque irónico como un reflejo de la situación política poselectoral.
A ritmo de banda, vestidos rosa de plástico, blusas de igual color, entonaron: "Que no quede huella que no y que no/ eso quiere Ugalde/porque estoy seguro/que tú traidor/ mi voto anulaste".
Y aunque por el momento su repertorio es breve, su compromiso social y festivo es enorme, siguieron cantando a ritmo norteño dos canciones más. La puerta negra, con el titulo Las manos negras: "Ya están cerrando/ filas al fraude/ y maquillando con manos negras/ los resultados electorales/ y piensan que no nos damos cuenta. Pero la gente/ ya tiene pruebas/ les tiramos todo el teatrito/ y ahora exigimos nuestro derecho/ contar los votos con cuidadito".
Para cerrar, el éxito que se escucha y canta entre los campamentos: "Aquí estamos todos juntos/ porque vamos a luchar/ para defender el voto les venimos a cantar./ Todos vienen caminando/ contra el fraude electoral/ porque México es volcán/ imposible de apagar: Voto por voto/ casilla por casilla, voto por voto/ el resultado es otro".

Privatizan amplias zonas ante costas del Golfo de México

Se atenta contra la soberanía, denuncia diputado
Privatizan amplias zonas ante costas del Golfo de México
ISRAEL RODRIGUEZ
El gobierno federal y el del estado de Veracruz han iniciado la privatización de amplias zonas frente a las costas del Golfo de México, a través de la constitución de las Administraciones Costeras Integrales Sustentables (ACIS), según residentes y legisladores. Mediante esta figura se concesionaría al sector privado, por un periodo de 20 años, amplias áreas para construir, operar y explotar terminales marinas, obras e instalaciones portuarias, náuticas, pesqueras, turísticas, deportivas, recreativas, acuícolas, comerciales e industriales.
Los municipios veracruzanos en proceso de construir una ACIS son Tamiahua, Tuxpan, Cazones, Gutiérrez Zamora, Nautla, Alto Lucero, La Antigua, Boca del Río, Alvarado, Agua Dulce, Jesús Carranza y Catemaco.
La concesionaria estará facultada para usar, aprovechar y explotar los bienes de dominio público de la federación comprendidos en las áreas concesionadas, indica un documento del gobierno de Veracruz y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, con el que se promueve el proyecto.
Pese a que la sociedad concesionaria deberá ser mexicana, se podrá sustituir por contratos de cesión parcial de derechos o de prestación de servicio los títulos de concesión, permiso o autorización que hubiesen otorgado con anterioridad las autoridades competentes y que continúen en vigor al momento de la sustitución correspondiente, indica ese documento, en poder de este diario.
El diputado Atanasio García Durán, integrante de la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso del Estado de Veracruz, denunció que las ACIS atentan contra la soberanía nacional y consideró que esta figura será la punta de lanza para que en el futuro amplias zonas del Golfo de México -donde presumiblemente se encuentran las reservas de petróleo más abundantes del país- puedan ser concesionadas para labores industriales, como la extracción de crudo.
Aunque existen diversos ordenamientos jurídicos que tutelan los bienes de dominio público del patrimonio nacional, el gobierno federal y el estatal aluden a la Ley General de Bienes Nacionales, reglamentaria del artículo 27 constitucional, la que establece el listado de bienes específicos, donde se incluye de manera textual a las playas marítimas, la zona federal marítimo terrestre y a los terrenos ganados natural o artificialmente al mar, ríos, corrientes, lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional.
De acuerdo con los lineamientos para la constitución de las ACIS, el consejo de administración estará formado por 12 miembros propietarios y otros suplentes, quienes podrán ser accionistas o no. Tres consejeros representarán al municipio solicitante y tres al estado de Veracruz, otros tres al gobierno federal por conducto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y de la Secretaría de Marina, y los tres últimos al sector privado.

EN LAS CALLES DONDE RENACE LA ESPERANZA (ARGENTINA)

El Paseo de la Reforma está sembrado de esperanza. Es ofrenda al empeño con el que unos cuantos pretenden defender la democracia en México. Son miles las flores nuevas que plantaron algunos de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador que hoy cumplen dos semanas ocupando nueve kilómetros de avenidas estratégicas en la Ciudad de México.En realidad, viven ahí, en la ciudad que construyeron de la noche a la mañana dentro de otra urbe que resiente esta medida extrema de resistencia civil contra un fraude electoral que los partidos integrantes de la coalición Por el Bien de Todos insisten en rebuscar en el discurso político pero que no han podido demostrar ante una autoridad judicial que ha rechazado la consigna principal: volver a contar voto por voto, casilla por casilla, para limpiar la elección presidencial, y a cambio les ofreció un “diezmo” de democracia, mediante la revisión de poco menos de 12 mil casillas, ni siquiera la mitad de las que la coalición impugnó durante la jornada electoral del 2 de julio.Aquí, en estas calles-vivienda, se reproduce la vida toda: se nace y se muere, y en el medio se ocupa el tiempo en cantar, en reír, en bailar, en jugar, y en pensar. La gente tiene mucho tiempo para pensar en lo que siente, en lo que hace al entregarse a una causa, y vierte las horas de espera en carteles que forman interminables periódicos murales con frases cortas y lapidarias contra los dueños del poder, o en versos largos que no siempre riman con felicidad. Otros pintan sobre cartones la historia, secuencia de imágenes que narran otro despojo, códices del siglo veintiuno. Los menos rumian sus dudas sobre la efectividad y hasta sobre la pertinencia de paralizar la principal zona comercial y financiera de la capital del país.No es un eufemismo. El domingo 7, una mujer parió a un niño en el Zócalo capitalino, mientras López Obrador dirigía un discurso ante unas 200 mil personas, a media tarde. Ella estaba ahí, con ocho meses de embarazo, junto con su marido, quien la golpeó en el vientre durante una discusión conyugal. El fue a dar a la cárcel, mientras ella entraba en trabajo de parto que no esperó la imposible llegada de una ambulancia. La vida se abrió paso en plena calle.Horas después, un indigente murió sobre Paseo de la Reforma, a los pies de la Torre Mayor, un edificio inteligente, el más alto de Latinoamérica, inaugurado por López Obrador cuando todavía era el jefe de Gobierno de la ciudad. Se llamaba Filiberto y no pasaba de 40 años. Vestía harapos negros. Se había refugiado en uno de los 48 campamentos instalados por la coalición, por los que llevaba algunos días deambulando. Lo último que hizo fue fumar un cigarrillo que alguien del campamento le regaló. Se hizo un ovillo bajo un árbol y ya no despertó.Las inclemencias de un verano extraviado también les han golpeado. Dos tormentas –una el miércoles de la semana pasada, que dejó hasta 10 centímetros de granizo, y otra apenas hace tres noches, ambas provocando inundaciones en las que el agua subió hasta medio metro en algunas partes de la ciudad– han hecho bajar la temperatura, y el frío y la humedad cala hasta los huesos. Varios presentan cuadros de gripe y resfriado; los más viejos –¡hay tantos viejos!– padecen reumas.En cada campamento, el gobierno de la ciudad instaló un puesto de servicio médico, algunos menos precarios que otros, pero todos carentes de instrumental y medicamentos para atender una verdadera urgencia. No por eso dejan el día por menos de 50 consultas, sobre todo a ancianos y niños, los más vulnerables a las enfermedades gastrointestinales que empiezan a padecer, a fuerza de una dieta cuyo ingrediente principal es la solidaridad. En estas calles-cocina, miles de personas hacen tres comidas calientes al día, gracias a las provisiones que ellos mismos traen y que muchos más aportan para que resistan. Los que se quejan por estos “renegados”, como los llama el presidente Fox, ni se imaginan que las despensas también han sido llenadas por habitantes de las zonas más pudientes de la ciudad, como la colonia de alemanes que vive en las Lomas de Chapultepec, que bajó con alimentos para los campamentos. Aquí, no sólo a nadie se le niega comida, sino que se le ofrece a cualquiera que se acerque, y hasta a los policías que vigilan la zona aprovechan para almorzar. Y si algo falta en alguno, otro lo provee.Ocho personas fueron picadas por abejas enfurecidas cuando su panal fue violentamente reprimido por los bomberos, que las desalojaron sin miramientos hace unos días. Nadie sabe por qué protestaban las abejas. Las pocas que escaparon arremetieron contra los primeros que encontraron.No es broma. Asentarse sobre Paseo de la Reforma o sobre Avenida Juárez o sobre las calles del centro que desembocan en el Zócalo convierte a cualquiera en sujeto del encono social, que empieza a expresarse en agresiones contra los manifestantes. La semana pasada, un energúmeno saltó los endebles obstáculos y arrolló un campamento con su automóvil, destrozando una tienda de campaña, una mesa de plástico y una silla de aluminio. Nadie resultó herido, esta vez. Detenido por la policía, quiso evadirse alegando ser asistente de Manuel Espino, dirigente nacional del oficialista Partido Acción Nacional, que insiste en que su candidato, Felipe Calderón, será su segundo presidente de México.La tensión aflora todos los días en el cruce de Paseo de la Reforma y Avenida Insurgentes, una arteria de casi 40 kilómetros de largo que no fue cortada a la circulación vehicular y que a ratos hasta parece fluir mejor que antes del plantón. Ahí, muchos automovilistas aprovechan la velocidad para gritar insultos al paso del segundo campamento en importancia, el que ocupa el jefe de Gobierno electo, Marcelo Ebrard, postulado por la coalición. Las agresiones en ese punto son cotidianas. El viernes, otro automovilista intentó penetrar y arrollar el campamento.Sí, mucha gente está enojada por los plantones. Se entiende. Esta zona de la ciudad, de por sí conflictiva, padece un caos redoblado desde que se bloqueó el tránsito de vehículos y cortó el flujo entre oriente y poniente de la ciudad. Es, además, el corazón de la delegación más densamente poblada de la ciudad, y sobre este tramo de Paseo de la Reforma se ubican oficinas de importantes ejecutivos, la Bolsa Mexicana de Valores y algunos de los mejores hoteles y restaurantes de la ciudad. Muchos negocios han visto desplomarse sus ventas. Empleados, ejecutivos y patrones ahora deben caminar incluso algunos kilómetros para llegar a sus trabajos. Y están resentidos. Se ve en la mirada de la mayoría de quienes deben cruzar por entre las tiendas, de quienes salen de los edificios para fumar, de los pocos que todavía hacen compras.En las dos semanas de conflicto, solamente una vez se han mezclado todos. Fue el viernes pasado, a las 9.30 de la mañana, cuando un terremoto de 5.9 grados en la escala de Richter obligó al desalojo de cientos de edificios de oficinas públicas y privadas, cuyos ocupantes se internaron entre los campamentos, a media calle, en busca de seguridad.No sólo fueron bienvenidos –que al fin y al cabo, el miedo no distingue militancias–, sino que gozaron de algún bocado para el susto. Incluso, las carencias de los puestos médicos no impidieron asistir a la camarera de un restaurante de esos que son remedos de los coffee shops estadounidenses, que sufrió un desmayo por la impresión.Pasada la emergencia, cada quien regresó a su trinchera.Los pocos turistas extranjeros que también se ven forzados a caminar por la zona –impensable buscar un taxi–, toman fotos y sonríen a los manifestantes. Les sorprende, sobre todo, que nadie está ocioso. La actividad en cada campamento es constante y de todo tipo. Abundan los talleres, lo mismo de derechos humanos que de ajedrez, cerámica, alebriges y cualquier cantidad de otras manualidades. A diario hay decenas de conciertos de todo género musical, conferencias, lecturas de poesía, proyecciones de películas, obras de teatro, danza y exposiciones de fotografía, pintura y escultura. En al menos una tercera parte de los campamentos han instalada una suerte de estaciones de radio comunitarias que transmiten permanentemente a través de altavoces, con más voluntad que kilohertz de potencia, y en casi todos hay una biblioteca. Los ancianos practican tai-chi; los cientos de niños, aún de vacaciones escolares, aprenden mil cosas jugando; los jóvenes –entre besos y caricias– dan mantenimiento a las frágiles estructuras y preparan los escenarios; los adultos organizan actos político-informativos y todos participan en el volanteo de decenas de folletos y pasquines que explican por qué están ahí. Los transeúntes tienen la oportunidad de plasmar lo que piensan sobre cartelones a su disposición, y muchos la aprovechan.Otros han encontrado aquí que su lucha no riñe con el trabajo e instalan puestos donde venden desde artesanías hasta libros, discos, tazas y remeras con consignas. Pero también se ofrecen servicios gratuitos a cualquiera que los solicite, y se encuentran barberías y salones de belleza, clases de salsa y cumbia, asesores jurídicos...No sólo el centro de la ciudad está trastrocado, también ha cambiado la forma de manifestarse. Son las calles-posada, las calles-taller, las calles-escenario, las calles-kindergarten, las calles-trabajo, las callessolidaridad, las calles-vida, las calles-protesta.Esto ya no parece solamente un conflicto postelectoral, sino el nacimiento de un movimiento social, como bien dice “El Rayo de Esperanza”, un singular personaje que recorre todos los campamentos cada tercer día, ataviado con la indumentaria de un luchador enmascarado de capa dorada, con palabras de aliento para los manifestantes, y posando cada cincuenta pasos para la fotografía que le solicitan incluso los afectados por el plantón, como el par de despampanantes rubias que bajaron de su BMW para registrar el momento, aunque no lo entiendan.A ellas –y a muchos más– tal vez se los podría explicar un exitoso ingeniero civil retirado que deja todas las mañanas su cómodo departamento, a dos calles de uno de los campamentos, para ayudar como voluntario en el puesto médico. Con una sonrisa resignada, me cuenta lo álgidas que son a veces “las sobremesas de debate” con su esposa, una abogada que trabaja para el PAN.El profesionista acepta que en algunas cosas su esposa tienen razón, pero no se resigna a quedarse cruzado de brazos. “No estoy muy de acuerdo con el bloqueo, tampoco sé qué va a pasar, pero siento que debo hacer algo”, dice. La verdad es que ni él ni nadie sabe qué sigue a esto, cuando faltan menos de 24 horas para conocer el resultado del recuento parcial de votos ordenado por el Tribunal Electoral.Pero las flores nuevas sobre Paseo de la Reforma son amarillas. Y dan más calor que el sol.

¿Es legal la protesta?


México: ¿es legal la protesta?

Elva Narcía Enviada Especial, Ciudad de México

Los seguidores del PRD también han protestado frente a bancos e instituciones financieras.
Simpatizantes de López Obrador volvieron a tomar este domingo varias casetas de peaje y permitieron el paso gratuito de vehículos.
Las protestas se dan en el marco de la llamada "resistencia civil" que el propio López Obrador ha prometido profundizar.
El pasado viernes, los manifestantes que exigen un recuento manual de los votos para definir las elecciones presidenciales de México bloquearon el edificio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Es la más reciente de las acciones del movimiento de resistencia civil pacífica convocadas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, disputa los resultados oficiales que le dieron 0,58 puntos porcentuales de ventaja a su rival del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón.
En días anteriores impidieron el paso a bancos y otras instituciones financieras.
En uno de sus más recientes discursos, López Obrador recordó a la población el motivo de la resistencia civil:
"Vamos a seguir manteniendo nuestra demanda de que se limpie la elección presidencial y por eso esta resistencia civil pacífica".
"No vamos a permitir la imposición, no vamos a permitir un presidente espurio, ilegal e ilegítimo. Vamos a defender la democracia", dijo Obrador.
Las movilizaciones, aunque pacíficas, han alterado el orden público.
La Constitución mexicana garantiza a los ciudadanos el derecho a asociarse y a expresar sus opiniones, siempre y cuando los derechos de terceras personas no resulten afectados.
La enviada especial de BBC Mundo consultó las limitaciones legales de la libertad de expresión y asociación con el abogado Raúl Carrancá y Rivas, profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Evidentemente hay un derecho inalienable consagrado en la Constitución, concretamente en los artículos 11 en el capítulo de las garantías individuales y en el artículo 9 sobre el derecho de asociarse.

El jefe de gobierno podría actuar y no lo ha hecho, el Presidente podría intervenir y tampoco lo ha hecho, y el Senado podría tomar cartas en el asunto y remover al jefe de gobierno del Distrito Federal, eso es lo que dicen las leyes del país.
Raúl Carrancá y Rivas, abogado y profesor emérito de la UNAM
Los manifestantes en la Ciudad de México están haciendo uso de su derecho a asociarse y a expresarse pero se han sobrepasado pues nadie puede ejercer un derecho afectando el derecho de terceros.
En la Ciudad de México hay un estatuto de gobierno del Distrito Federal en dos artículos, el 33 y el 35 los cuales facultan al jefe de gobierno de la Ciudad de México para que acuda al apoyo del gobierno federal en caso de desorden público.
La pregunta es por qué las autoridades locales no lo han en hecho y, en mi opinión, es porque hay razones políticas, pues el gobierno local es del PRD.
Existe otro artículo, el 115 en su fracción 7, que dice que el Ejecutivo Federal tendrá el mando de la fuerza pública aunque no se lo pida el gobierno local. Al margen del estatuto de gobierno del Distrito Federal, el mando de la fuerza pública lo tiene el presidente en el lugar donde reside.
El presidente podría intervenir a través de la policía federal. El ejecutivo federal tiene facultades para intervenir pero no lo ha hecho y también nos preguntamos por qué. La respuesta podría ser también que por razones políticas.
Por otro lado el artículo 76 de la Constitución faculta al Senado de la República a remover al jefe del gobierno del Distrito Federal en el supuesto de falta de orden público.
En conclusión, el jefe de gobierno podría actuar y no lo ha hecho, el Presidente podría intervenir y tampoco lo ha hecho, y el Senado podría tomar cartas en el asunto y remover al jefe de gobierno del Distrito Federal, eso es lo que dicen las leyes del país.

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