lunes, septiembre 11

DISCURSO DE AMLO

PALABRAS DEL CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE LA COALICIÓN POR EL BIEN DE TODOS, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, EN LA ASAMBLEA INFORMATIVA, EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Amigas, amigos:

Cuarenta y cuatro días en resistencia civil pacífica. Ayer comentaba que estaba yo contento porque habíamos encontrado el camino para nuestro movimiento, la salida que tenemos que dar ante la actual crisis política del país. Les comentaba yo que es bastante injusto lo que pasa en una situación como esta, porque nos roban la elección, nos hacen fraude y encima de eso tenemos nosotros la responsabilidad de conducir un movimiento con la gente molesta, indignada ante el atropello, ante la vulneración de los derechos ciudadanos.

Es un asunto complicado porque, aparte de ser agredidos, aparte del ultraje, nosotros tenemos que darle la salida y les comentaba yo de esta difícil disyuntiva: si aprieta uno mucho y se desborda el movimiento, se genera violencia y entonces no sólo nos acusan, nos culpan, sino que le da miedo a la gente y en vez de avanzar, retrocedemos.

No, ustedes no tienen miedo, pero mucha gente sí tiene alguna preocupación por la violencia, por eso siempre hemos sostenido que este es un movimiento de resistencia civil pacífica, pero esa es una situación que hay que cuidar, que no haya desbordamiento.

Porque en el otro extremo está el no hacer nada, el actuar con quietud, con pasividad, el quedarnos con los brazos cruzados y entonces surge la sospecha y se da pie para que nuestros adversarios, que nos pueden acusar de violentos si hay desbordamiento del movimiento, también nos acusan, si actuamos con pasividad, de traición al movimiento.

Fíjense qué situación tan difícil. ¿Cómo lograr un equilibrio? ¿Cómo trazar un camino ante estos dos extremos? Y ese es el camino que ya encontramos entre todos, por eso fue muy acertado el quedarnos en Asamblea Permanente, porque todo esto sale del sentir de la gente, de estar escuchando opiniones de mucha gente.

Aquí hemos estado reflexionando 44 días sobre qué es lo que más conviene a nuestro movimiento, y ya hemos trazado un camino que pasa por la Convención Nacional Democrática. Creo que eso fue muy afortunado.

Y vamos, lo decía ayer, por buen camino, ya encontramos la salida y es algo muy productivo y es algo también innovador, es decir, no estamos siguiendo el mismo esquema de lo políticamente correcto, estamos innovando y es a partir de nuestra realidad, no estamos copiando lo que se ha presentado en otros países sino es algo que está surgiendo de nuestra realidad y que tiene como antecedente lo que ha sido lo mejor de nuestra historia política nacional.

Me da mucho gusto que esta salida tenga estos antecedentes, lo que han hecho en otros momentos mexicanos y dirigentes que han luchado por la dignidad, por la justicia y por la democracia. Por eso siempre decimos que la historia es la maestra de la vida, el que no sabe de dónde viene difícilmente va a saber hacia dónde va, el que no sabe de dónde viene difícilmente va a encontrar el camino, va a encontrar la salida ante una situación como ésta.

Ya nosotros tenemos ese camino. ¿Cuál es el antecedente histórico? Hay en nuestra Constitución el derecho del pueblo a decidir sobre la forma de su gobierno. Yo he venido insistiendo en que nos ampara el Artículo 39 de la Constitución, que es el que nos da pie a la convocatoria para la Convención Nacional Democrática y es un artículo que tiene profundas raíces históricas en nuestro país y que la redacción actual, que es la misma, la redacción actual que tiene que ver con el Constituyente del 1917 y que es la misma redacción que tenía el Articulo 39 de la Constitución de 1857, esta redacción de que la soberanía reside en el pueblo, que el pueblo tiene en todo momento el derecho inalienable de cambiar la forma de su gobierno, tiene más atrás un origen.

Y yo les quiero confesar algo, me gusta más cómo estaba redactado en 1814, en la Constitución de Apatzingán. En esencia significa lo mismo, pero me gusta más esa redacción que es la que da el sustento a lo que vamos a hacer en la Convención Nacional Democrática. Por eso quiero volver a leer cómo estaba redactado el actual Artículo 39 en el Congreso de Apatzingán, que correspondía al Artículo 4 de la Constitución de Apatzingán. Miren qué decía, decía lo siguiente y es un texto extraordinario:

“Como el gobierno no se instituye por honra o interés particular de ninguna familia, de ningún hombre ni clase de hombres, sino para la protección y seguridad de todos los ciudadanos, unidos voluntariamente en sociedad; éstos —los ciudadanos, el pueblo— tienen derecho incontestable a establecer el gobierno que más les convenga, alterarlo, modificarlo y abolirlo totalmente cuando su felicidad lo requiera”.





Y eso es lo que vamos a hacer nosotros. Cuando la felicidad del pueblo lo requiera. Saben que se abandonó la palabra, el concepto, el término felicidad en el discurso político y nosotros tenemos que rescatar la palabra felicidad, porque al final de cuentas todo lo que hacemos es para procurar la felicidad de nuestro pueblo, esa es la esencia de todo lo que hacemos

Seguramente también ustedes y muchos mexicanos se preguntan cuál será el objetivo central de la Convención porque, como hemos dicho en otras ocasiones, estas asambleas son más que informativas, tienen que ver con un proceso de enseñanza-aprendizaje.

Desde mi punto de vista, el objetivo central de la Convención debe ser sentar las bases para iniciar un proceso de construcción y establecimiento de una nueva República. Eso es lo que se va a iniciar en la Convención, una nueva República. Vamos hacia la construcción y el establecimiento de una nueva República.

¿Por qué razón estamos nosotros proclamando la construcción y el establecimiento de una nueva República? Porque millones de mexicanos, mujeres, hombres, sentimos que ya no es posible vivir en una República simulada y que el actual régimen político está podrido de corrupción, de influyentismo y de impunidad.

Millones de mexicanos sabemos que las actuales instituciones están al servicio de una minoría rapaz que no le importa el destino de la Nación, ni mucho menos la suerte de la mayoría de nuestro pueblo que se ahoga en la injusticia y la pobreza.

Millones de mexicanos pudimos constatar que con el fraude electoral del 2 de julio quedó de manifiesto que los privilegiados mantienen tomadas las instituciones y que no les importa pisotear la voluntad popular ni violar los principios constitucionales, cuando está de por medio la defensa de sus intereses y de sus privilegios.

Millones de mexicanos estamos conscientes de que debemos hacer a un lado la farsa democrática y hacer valer una democracia real, auténtica, verdadera, donde el poder surja realmente del pueblo y se ejerza en su beneficio, que debemos luchar para que la democracia no sólo sea un sistema político sino, como señala el Artículo 3 de la Constitución, una forma de vida que se exprese en todos los espacios y en todos los órdenes de la sociedad.

Por todas estas razones es que convocamos a la Convención Nacional Democrática, con la representación de todos los pueblos de México, para iniciar todos juntos y desde abajo la construcción de una nueva República, lo que implica cuando menos el establecimiento de cuatro condiciones básicas:




Uno. Una nueva economía. Nosotros sostenemos, y vamos a luchar, sostenemos que hay que cambiar la actual política económica porque no ha funcionado, porque no ha habido crecimiento económico ni generación de empleos y por eso millones de mexicanos han tenido por necesidad que abandonar el país para buscar trabajo del otro lado de la frontera.

Hay que cambiar la actual política económica porque el salario de los trabajadores es realmente humillante. Según cifras oficiales, el 85 por ciento de los mexicanos tiene ingresos menores a cuatro salarios mínimos, es decir, el 85 por ciento de los mexicanos gana menos de 5 mil 400 pesos mensuales y esto es una gran injusticia.

La nueva economía significa impulsar las actividades productivas, crear empleos, mejorar el salario y la calidad de vida de la gente. También significa sacar al país del estancamiento económico, pero el crecimiento económico tiene que darse con una distribución equitativa de los beneficios. No basta crecer: los beneficios del desarrollo debe llegar a las mayorías. En esencia, queremos el progreso con justicia, porque el llamado progreso sin justicia es retroceso. Queremos la modernidad, pero forjada desde abajo y para todos.

Dos. Una nueva forma de hacer política. A partir de que este noble oficio no es asunto exclusivo de los políticos sino asunto de todos, como aquí se ha venido llevando a la práctica desde hace 44 días, hay que hacer a un lado al político tradicional, al político prepotente, fantoche, mediocre y ladrón que tanto daño le ha hecho al país.

Es indispensable una nueva generación de políticos que sea gente de principios, con dimensión social, honestos, austeros y con autoridad moral. Hombres y mujeres decididos a guiarse por valores más elevados que sus aspiraciones personales, capaces de entender que el poder sólo adquiere sentido y se convierte en virtud cuando se ejerce en beneficio de los demás.

Tres. Una nueva convivencia social. No es posible que en nuestro país unos cuantos lo tengan todo mientras la mayoría de la población carezca hasta de lo más indispensable. Es un imperativo ético luchar por la justicia social. Además, debe entenderse que si persiste la enorme desigualdad no habrá para nadie garantías de seguridad, ni de tranquilidad, ni de paz. Necesitamos establecer una nueva convivencia social, más humana y más igualitaria.

De ahí que la nueva República tendrá como objetivo principal el establecimiento de un Estado de Bienestar, un Estado igualitario y fraterno en el que los pobres, los débiles y los olvidados encuentren protección ante incertidumbres económicas, desigualdades sociales, desventajas y otras calamidades; una sociedad donde se pueda vivir sin angustias ni temores.



Ese Estado igualitario y fraterno debe concebir como ideal la protección del ser humano desde la cuna hasta la tumba. Ese es nuestro ideal.

¿Y qué necesitamos, como punto cuatro, en una nueva República? Necesitamos una nueva legalidad. Es inaceptable que la justicia en México sólo sirva para legalizar los despojos que comete el fuerte, es inaceptable que haya impunidad para los delincuentes de cuello blanco y que sólo se castigue al que no tiene con qué comprar su inocencia. Además, hay que crear un nuevo andamiaje institucional y con ese propósito reformar la Constitución, lograr un nuevo orden que le dé sustento a la nueva República.

En suma, con la Convención vamos a inaugurar una etapa nueva en la vida pública de nuestro país. Y debe quedar claro: No sólo se trata de mejorar las condiciones materiales de la gente, mucho menos de frivolidades ni de ambiciones personales. Se trata de emprender una transformación tajante, una verdadera purificación de la vida pública porque aspiramos a vivir en una sociedad mejor, donde el dinero no triunfe sobre la moral y la dignidad del pueblo, donde el ser humano valga por su trabajo, por su rectitud y por su generosidad, sin importar el color de la piel ni la condición social.

A esto es a lo que aspiramos, esto es lo que vamos a tratar en la Convención Nacional Democrática.

No tenemos nada que temer, vamos a salir bien porque tenemos al pueblo, está la gente con nosotros, ustedes y muchos más, millones de mexicanos. Este movimiento agrupa, aglutina a mucha gente no sólo con imaginación y con talento, sino participa en este movimiento mucha gente con principios, con ideales, con convicciones, mucha gente de buenos sentimientos.

Por eso no vamos a fracasar. Estoy absolutamente seguro de que vamos a salir adelante, que tenemos al pueblo, tenemos ideales, tenemos principios, tenemos sentimientos y tenemos un programa para construir una nueva República. Eso es lo importante.

Siguen los trabajos para la Convención Nacional Democrática en todo el país, hay reuniones, hay asambleas, se están registrando los delegados, mañana vamos a dar el último corte del número de delegados, ya pasa del medio millón de delegados inscritos para la Convención Nacional Democrática.

Van a estar presentes de todos los pueblos. Imagínense el esfuerzo que están haciendo en todos los estados, porque no hay recursos, no hay dinero, los compañeros están haciendo colectas, están haciendo rifas, están buscando la manera de tener recursos para la transportación.




Ya también muchos están agrupándose para venir juntos, el que tiene un automóvil puede invitar a uno, a dos, para que puedan transportarse y llegar el día 16, a las 3 de la tarde, que comienza la Convención.

Hoy me decían, por ejemplo, que de Baja California, estamos hablando de donde comienza nuestra patria, allá la gente ya está comprando de su bolsa los boletos, ya hay más de 100 delegados que han comprado de su bolsa los boletos para asistir a la Convención el día 16. Y así de todo el territorio nacional.

Vamos hacia adelante, amigas, amigos. Ya escucharon ustedes con Jesusa Rodríguez que el festival artístico va a ser de primer orden para el día 15, nos vamos a congregar aquí el día 15 desde el mediodía y desde luego aquí vamos a celebrar el Grito de Independencia. Mañana vamos a hablar más sobre el programa del día 15 y sobre la Convención.

Muchas gracias de todo corazón a todas, a todos ustedes. Estamos juntos, seguimos juntos y con la moral en alto.

¡Viva la Convención!
¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!

El movimiento de AMLO ''ya ha elaborado el duelo''

Las tareas de la convención mantienen alto el espíritu
El movimiento de AMLO ''ya ha elaborado el duelo''
Aplausos para La Jornada, Monitor, Aristegui y Rocha
JAIME AVILES
Al cumplir seis semanas de diálogo continuo, cotidiano, ininterrumpido, la relación entre Andrés Manuel López Obrador y los miles de rostros, de cuerpos, de manos que abarrotan la plancha del Zócalo día tras día, a la hora que él sale a hablar desde el templete, parece un intercambio entre dos personas: cada hombre, cada mujer, se comunica directamente con él como si el resto del mundo no existiera.
Si pide que Felipe Calderón acepte el recuento de todos los votos, aunque eso ya no cambie el veredicto oficial, y añade que ''el que nada debe nada teme'', vuelven a surgir por todas partes las manitas que hacen la señal de cus-cus; si reitera que no permitirá la "imposición de un pelele", miles de brazos le responden como agujas de metrónomo oscilando de aquí para allá que no, que no. Y cuando al final de cada asamblea se despide agitando la mano derecha, miles de manos de nuevo le contestan, como si se alejaran del Zócalo a bordo de un tren.
''¿Vamos a permitir que el Ejército realice el desfile militar que tiene programado la Secretaría de la Defensa Nacional el 16 de septiembre? Los que estén de acuerdo levanten la mano'', dijo ayer, y al instante el Zócalo se nubló con la irrupción de miles y miles de dedos y uñas y anillos y pulseras y palmas y codos y ojos desmesurados y bocas abiertas que gritaban ''¡Siiiiiií!
Elena Poniatowska fue la primera en advertirlo, y contarlo, desde el mitin del sábado 8 de julio, cuando estalló la protesta contra el IFE, el PREP y el conteo distrital, esas siglas, esas palabras, que entonces las crónicas explicaban letra por letra, sílaba por sílaba, porque de ellas todo en la vida dependía, y que hoy, sólo dos meses más tarde, ya nada significan: "López Obrador habla en el Zócalo como si estuviera en la sala de su casa: ¿qué les parece si hacemos esto, vamos bien o hacemos lo otro?"
Diez semanas después de las elecciones la nueva consigna del coro, nacida apenas el jueves, proclama: "¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador!". Y la muchedumbre la repite porque ya no tiene mucho caso gritar "¡voto por voto, casilla por casilla!" o, como el martes, tras el fallo del tribunal electoral, "¡jus-ti-cia, jus-ti-cia!", y ni siquiera en tono más colectivamente íntimo, "¡queeé poca madre, queeé poca madre!".
De alguna manera, como dicen los sicoanalistas, el movimiento ha "elaborado el duelo" que le produjo la decepción de la victoria no anunciada en el momento del clímax que esperó más de dos años. Las sospechas iniciales de fraude, que se tradujeron en certezas de burla, de estafa, de impotencia, y después en deseos de venganza y destrucción, han cedido su lugar a una renovada confianza en los planes de corto y largo plazos cifrados en el proyecto del "gobierno en rebeldía", que está a punto de formar la convención nacional democrática para "transformar las instituciones desde afuera y desde abajo", porque "el poder está en la gente, no en los edificios de gobierno".
Estas ideas, que López Obrador ha ido desarrollando, explicando y repitiendo, una y otras vez, durante 42 días de plantón, como un maestro sencillo y perseverante en el gran salón de clases del Zócalo, la gente las maneja ya como propias porque las ha hecho suyas, son su nueva brújula para navegar a través del futuro inmediato. Son el fruto de un larguísimo, agotador, intensivo trabajo de reflexión para evitar el estallido y preservar el gran movimiento social que nació después del 2 de julio.
Por el buen camino
López Obrador lo dijo la noche del sábado, en corto, hablando con amigos: "Estoy contento porque nosotros ya tenemos una salida política extraordinaria, que es la convención nacional democrática; los que me preocupan son ellos, nuestros adversarios; ellos están acorralados y no saben qué hacer".
Una inquietud que reiteró ayer, en la parte central de su discurso y que, además de conversar con la plaza, era un mensaje a los altos mandos del Ejército: "No es fácil encontrar las salidas, porque nos meten en una situación muy complicada: no sólo hacen el fraude sino (que) luego le dejan a uno la responsabilidad. Si uno lleva el movimiento al desbordamiento, si el movimiento se desborda, ahí está, (uno es) violento; si uno es demasiado pasivo, si no hace nada, ya se vendió, ya traicionó. Entonces fíjense qué difícil es salir de la trampa, teniendo además encima a muchos medios de comunicación que nada más están viendo si nos equivocamos para lanzarse contra nosotros. Pero este domingo, se los digo, yo estoy contento porque ya encontramos la salida. Vamos por buen camino".
Y que era un mensaje a las fuerzas armadas lo probarían las líneas que leyó algunas cuartillas más adelante, cuando trajo a colación que "la institución militar no es un órgano de gobierno, pertenece al Estado y tiene que defender a todos los mexicanos, al pueblo. (Por eso) no queremos, y esto lo planteamos de manera respetuosa desde el Zócalo, que se disfracen militares de Policía Federal Preventiva, (por)que una agresión de la PFP la vamos a tomar como una agresión del Ejército, que quede claro".
Los párrafos siguientes, en consecuencia, serán los del dando y dando: a cambio, el plantón se levantará "a las dos o tres de la mañana" del 16 de septiembre para que el Ejército realice el desfile militar, y la gente volverá al Zócalo a las tres de la tarde para iniciar los trabajos de la convención. Esa es la salida. ¿Hay otra?
La gente lo arropa cuando culmina el planteamiento: "¡Es un honor, estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador!" Pero cuando él, como todos los días, vuelve sobre el tema del "cerco informativo" y agradece a los medios que, "con honrosas excepciones saben estar a la altura de las circunstancias", de la multitud, en tímida respuesta, empiezan a salir ejemplares de La Jornada.
Y esto desencadena un reconocimiento, "aunque a lo mejor no ayuda", a este diario, a Radio Monitor, que todos los días transmite íntegro su discurso de las siete de la noche, y a periodistas como Ricardo Rocha, Carmen Aristegui, Jorge Saldaña...
López Obrador pronuncia esos nombres y voltea a ver a los dirigentes que forman una valla detrás de él en el templete, como con ganas de preguntarles quién se le está olvidando. Alguien, detrás de Martí Batres, le "sopla" gritando: "¡Zabludovsky!"
El cuchillo y los coheteros
Antes de la asamblea, alguien a un costado del templete lanza un cohetón. "¿Uno?, ha disparado por lo menos 10 durante cada uno de los 42 días que lleva el plantón, es decir, casi 500, ¿cuánta pólvora tendrá en su casa?", se preguntarán al rato muchas personas del templete comentando lo que ahora está a punto de suceder: la vara con lumbre se convierte en obús, cae en una tienda de campaña y explota adentro, ensordeciendo y quemando levemente en una mano al notario público Ismael Yáñez, que estaba de visita en el campamento.
Después de la asamblea, una familia del estado de México sube al escenario acompañando a tres personajes: una botarga inmensa con el rostro de López Obrador y dos niños chiquitos con máscaras de Vicente Fox y Felipe Calderón, que bailan al son de unos mariachis de Garibaldi. Y sobresaltándose de repente con el estallido, siempre por sorpresa, de otro maldito cohetón, una mujer le dice al cronista: ''Los cocineros de los restaurantes de alrededor del Zócalo están hasta el gorro de los cohetones: cada que truenan se cortan el dedito con el cuchillo de picar...''
Es Liliana Felipe, que de observaciones insólitas como ésa ha escrito mil canciones, incluso en las circunstancias más difíciles, como ésta, por ejemplo, cuando faltan ya sólo cinco días para la convención nacional democrática...

Acertada, la decisión de levantar el plantón para que se realice el desfile

Saludan legisladores de PRD y PRI el acuerdo de la coalición Por el Bien de Todos
Acertada, la decisión de levantar el plantón para que se realice el desfile
La medida es insuficiente, considera el secretario general adjunto del PAN, César Nava
ELIZABETH VELASCO C., CIRO PEREZ SILVA Y CLAUDIA HERRERA
Legisladores de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Revolucionario Institucional (PRI), así como la dirigencia de Acción Nacional (PAN), expresaron ayer que la decisión de la coalición Por el Bien de Todos de levantar el plantón en el Zócalo, la madrugada del sábado para permitir el desfile militar el 16 de septiembre, constituye una medida acertada que contribuye a la distensión política y demuestra ''que no se busca ninguna confrontación''.
No obstante, el secretario adjunto del PAN, César Nava, calificó la medida de insuficiente porque ''lo que se necesita es que el PRD levante el plantón del Zócalo y del Paseo de la Reforma de manera permanente'', y descalificó la convención nacional democrática, a realizarse el sábado, porque sus ''conclusiones son previsibles, ya fueron dadas por el señor (Andrés Manuel) López Obrador, de tal manera que será de mero trámite''.
Por el contrario, el diputado priísta Samuel Aguilar planteó que la disposición del tabasqueño es una oportunidad para buscar el acuerdo que dé una salida al conflicto poselectoral, pero acotó que no debe ser motivo de una ''chicanada'' del gobierno foxista para ocupar la plancha del Zócalo con la fuerza pública.
Aseveró que ese gesto de López Obrador debe valorarse en lo que representa, ya que con ello se evita un eventual enfrentamiento con el Ejército Mexicano, pero debe ir acompañada de la respuesta de los partidos representados en el Congreso con una reforma política ante lo erosionado de las instituciones.
Aguilar consideró que ''por el bien de todos es preciso cambiar las reglas del juego político, toda vez que han evidenciado su debilidad para resolver conflictos como los que hoy aquejan al país; la reforma política es la única salida para un cambio radical del sistema político mexicano; se trata de construir un acuerdo que posibilite un cambio absoluto de las instituciones y de sus reglas, y daría además una salida digna al movimiento que encabeza López Obrador".
Mientras, el senador del PRD Ricardo Monreal Avila destacó que la decisión anunciada ayer por el ex jefe de gobierno capitalino es ''correcta, analizada y obviamente demuestra que no se busca ninguna confrontación''.
El retiro de los campamentos de la coalición establecidos en la plancha del Zócalo capitalino, Madero avenida Juárez y Reforma, durante el lapso en que se efectuará el desfile militar, enfatizó, deja en claro ante la nación que el movimiento en contra del proceso electoral ''ilegítimo'' es pacífico y respeta a las fuerzas armadas como institución que no debe emplearse para reprimir al pueblo.
Además, con esta determinación ''se calla la boca a quienes nos han descalificado, agraviado y agredido con un sinfín de declaraciones, y nos permite refrendar a éste como un movimiento de resistencia civil y pacífico, transformador de las instituciones'' del país.
El coordinador de las redes ciudadanas que apoyan a López Obrador deslindó de antemano a ese movimiento de cualquier hostigamiento, actos o desmanes que pudieran ser generados por grupos infiltrados de provocadores enviados por ''los poderes económico y político usurpadores'', una vez que inicien los trabajos para la realización de la convención nacional democrática que el 16 de septiembre, luego del desfile militar, se realizará en el Zócalo capitalino. ''Estaremos muy atentos para que no se generen condiciones adversas en este proceso de transformación democrática de nuestras instituciones'', dijo.
Sobre la convención, indicó que su legitimidad se basa en lo establecido en la Carta Magna. ''Las decisiones que se tomen serán legítimas, porque se convoca conforme a lo establecido en el artículo 39 constitucional -que señala que la soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo-, lo cual indica que no nos saldremos ni un ápice de la legalidad''.
En alusión a quienes han descalificado la legalidad de la convención nacional democrática -en particular constitucionalistas como Raúl Carrancá y Rivas y Cuauhtémoc Sotelo, entre otros-, Ricardo Monreal Avila arguyó que ''es cuestión de interpretación''.

El aborto por violación no es un derecho, dice Iglesia a católicas

Caen inmediatamente en excomunión quienes lo cometen o lo consienten: arquidiócesis
El aborto por violación no es un derecho, dice Iglesia a católicas
Insta a fieles a no dejarse engañar Acusa al procurador Bátiz de firmar un acuerdo criminal
ALMA E. MUÑOZ
La Arquidiócesis de la Ciudad de México acusó al titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Bernardo Bátiz, de firmar un "acuerdo criminal" al permitir que una mujer aborte cuando su embarazo sea resultado de una violación. Aun las leyes, resaltó, deben ser justas y no promover un "simple asesinato porque se actúa con premeditación, alevosía y ventaja" si se interrumpe el proceso de gestación.
Recordó que todos los que cometen o consienten esta acción -médicos, enfermeras, familiares y quien se lo practica- caen inmediatamente en la excomunión, y su absolución se reserva a los obispos por la gravedad del crimen.
Tras seis días de que las autoridades del Gobierno del Distrito Federal hicieran el anuncio sobre esa disposición, la curia elaboró en su periódico semanal Desde la Fe, una ficha para explicar por qué la Iglesia condena el aborto.
"Actualmente muchas personas consideran que los hijos no son un don de Dios; inclusive aseguran que deben evitarse. Para estas personas los hijos son una cosa indeseada", subrayó.
Consideró que los motivos para no querer a un hijo -una niña violada que ha quedado embarazada, una joven que se adelanta con el novio, una mamá que ya tiene muchos hijos y que vive en la pobreza, una mujer cuya vida peligra por la gestación o por ser víctima de un abuso y además padecer retraso mental, enumeró la Curia- "no quitan el hecho de que hay un hijo concebido y que practicar un aborto significa matarlo".
Quienes defienden la interrupción del embarazo, continuó la arquidiócesis, "aseguran falsamente que hasta los tres meses de gestación no hay vida humana y, en ese lapso, se puede cesar la vida del pequeño sin ningún problema".
Para los católicos, en cambio, subrayó, "desde el momento de la concepción ya hay un ser humano totalmente diferente a la madre. Si se mata a esta persona se está cometiendo un crimen ante Dios y -si la ley es justa- también ante la ley civil".
A los fieles de la Iglesia católica les pidió no dejarse engañar con que el aborto es un derecho. "Ninguna madre puede decir, refiriéndose al hijo que lleva en sus entrañas, yo hago de mi cuerpo lo que se me da la gana, porque lo que está dentro de su cuerpo no es su cuerpo, es una vida nueva y distinta", argumentó.

Comunicado de Prensa

H. córdoba, Ver; a 11 de Septiembre del 2006.

Comunicado de Prensa

A los Medios de comunicación,
A los habitantes de la Región Centro del
Estado de Veracruz.
Presentes

A nadie, absolutamente a nadie convenció el fallo del Trife; al contrario, se trata de un fallo político, no de un fallo jurídico y ninguno de los magistrados tuvo el valor de disentir.

Ante nosotros se abre un gran futuro, el de la lucha en común, el de la lucha solidaria, el de la lucha limpia, el de la lucha de todos los días, que habremos de iniciar en la gran Convención Nacional Democrática el día 16.

Hemos aguantado la lluvia, hemos aguantado el mal tiempo, hemos aguantado los insultos, hemos aguantado todo.

En la asamblea informativa del domingo, Andrés Manuel anuncio que el día 16 concluye la primera etapa de la lucha que comenzó el 2 de Julio.

En todo este tiempo no se ha dañado un solo edificio, no se ha destruido el espacio público, no se ha roto un sólo vidrio, no hemos caído en ninguna provocación y no ha habido un solo acto de violencia. Hemos reafirmado el carácter pacífico y ciudadano de nuestro movimiento.

En estos días, desde el inicio de la primera etapa de la resistencia civil, dejamos claramente definida la demanda de millones de mexicanos en favor del recuento voto por voto y casilla por casilla.

Advertimos, en los primeros días de esa primera etapa, que sólo limpiando la elección, que sólo contando los votos en todas las casillas se podría encontrar una salida a la crisis política.

En su momento sostuvimos que, si no se limpiaba la elección, no podría haber en México un gobierno legítimo, así, con toda claridad, si no hay democracia no puede haber un gobierno legal, legítimo, surgido del fraude, tampoco se puede contribuir, después de un agravio político, electoral, después de un fraude, a la paz social ni se puede lograr la armonía entre los mexicanos. Por eso la mejor salida era aceptar limpiar la elección y contar todos los votos casilla por casilla.




Dijimos que sólo se iban a terminar las dudas sobre los resultados de las elecciones si se llevaba a cabo un proceso transparente y las autoridades electorales actuaban con rectitud y con decoro. Dijimos también que no íbamos a aceptar un gobierno ilegal, ilegítimo, un gobierno espurio.

Sin embargo, nuestros adversarios rechazaron esta propuesta y optaron por entero por consumar el fraude electoral. No les importó que hubo miles de votos que fueron introducidos o sacados ilegalmente de las urnas. Y el Tribunal Electoral resolvió validar la elección a pesar de reconocer las graves violaciones a los principios constitucionales de equidad, certeza y de legalidad, que se cometieron.

Con el fraude electoral, así de claro, se desconoció la voluntad popular, se quebrantó el orden constitucional y se cometió un golpe de Estado.

En la Convención vamos a resolver si aceptamos la República simulada o declaramos la abolición del régimen de corrupción y privilegios; vamos a decidir si desconocemos al gobierno de la usurpación o lo reconocemos; si creamos un gobierno, nuestro propio gobierno legítimo o una Coordinación Nacional de la Resistencia Civil Pacífica; vamos a decidir también si reconocemos y ratificamos a un Presidente de México o nombramos a un titular del Ejecutivo, un Jefe de Gobierno en Resistencia o a un Coordinador de la Resistencia Civil Pacífica.

También en la Convención decidiremos, entre otras cosas, si convocamos a un nuevo constituyente para la refundación de la República y la transformación radical de las instituciones. El propósito central de este acuerdo será el de iniciar el rescate de las instituciones, que hoy permanecen secuestradas por un grupo privilegiado, para liberar esas instituciones y que efectivamente sean del pueblo y para el pueblo.

¿Qué significaría en la práctica si la Convención decide constituir un gobierno? En primer término, esta decisión sería una manera de protestar, en el marco de la resistencia civil pacífica, ante el fraude y la ruptura del orden constitucional. Crear un gobierno significa protestar por la usurpación. Sería un acto permanente de desobediencia civil ante la violación a la voluntad popular y la usurpación. Sería una respuesta al hampa de la política por la falta de respeto al pueblo de México.

En pocas palabras, sería un tengan para que aprendan. Un tengan para que aprendan a respetar al pueblo de México.

Finalmente, se anuncia que el día 15, Andrés Manuel López Obrador, dará el grito de Independencia en el Zócalo de la ciudad de México, iniciando actividades culturales y una verbena popular desde las 12:00 horas.

¿Por qué fue la lucha de Hidalgo? No sólo por la Independencia, sino por la justicia, porque no estaba de acuerdo con la esclavitud, porque no estaba de

acuerdo con el sistema que imperaba de dominación de los hacendados y por eso con el pueblo más pobre, con los desarrapados, con los humildes, echó a andar el movimiento para lograr la Independencia nacional y proclamar la abolición de la esclavitud.

A veces se olvida eso, se olvida que lo cuestionaban, lo criticaban, lo agredían los poderosos de esa época, con lo mismo de siempre, llamándolo alborotador del pueblo, demagogo. Por eso lo consideraron hereje, lo excomulgaron y es nuestro gran héroe de la Independencia nacional, como muchos otros.

El 16, a las 3 AM, se levantarán los campamentos de la resistencia instalados en la explanada del Zócalo y sobre la avenida Reforma, iniciando la Convención Nacional Democrática a las 3 PM ¿Por qué a esa hora? Porque vamos a permitir que el Ejército Mexicano lleve a cabo el desfile militar, como lo tiene programado la Secretaría de la Defensa. Hemos dicho que somos respetuosos de esa institución que es fundamental para la defensa de la soberanía nacional. También hemos sostenido que nunca más el Ejército debe ser usado para suplir las incapacidades de los gobiernos antidemocráticos y corruptos, y mucho menos nunca más el Ejército debe ser utilizado para reprimir al pueblo que lucha por los ideales de libertad, justicia y democracia.

Concluyo, con una frase del libertado José Martí: los sueños de las mujeres y de los hombres de hoy serán las realidades del mañana. México y su pueblo merecen un mejor destino.

¡Que viva la Convención Nacional Democrática!
¡Que viva México!

¡Sufragio Efectivo, No Imposición!

Chile: un 11 de septiembre que no termina


Chile: un 11 de septiembre que no termina
Alvaro Ramis
Crónica Digital
Han pasado más de dieciséis años desde el fin de la dictadura militar. Sin embargo, los Derechos Humanos se continúan violando en Chile. No solamente se violan por la impunidad en que tantos crímenes de lesa humanidad han quedado sin lograr nunca verdad, justicia y reparación.No solamente se violan en la persona de los presos políticos mapuches que cumplen condenas injustas por “terrorismo”. A treinta y tres años del golpe militar de 1973 los derechos económicos, sociales y culturales de toda la población chilena se continúan violando día a día.Hasta el golpe militar de 1973 la educación, la salud, la previsión y la vivienda -entre otros derechos- se consideraban bienes y servicios públicos; es decir, bienes a los que las personas accedían por su condición de ciudadanos/as y no como clientes o consumidores. Se entendía que el financiamiento de la canasta de bienes y servicios públicos debía provenir de la recaudación de impuestos que el Estado realizaba. Al mismo tiempo, se establecieron derechos colectivos del trabajo: sindicalización, negociación colectiva y derecho a huelga, entre otras conquistas que permitieron la defensa de los derechos laborales. A partir del golpe militar de 1973, y bajo la influencia del programa y de la ideología neoliberal, se procedió a desconocer la existencia de los derechos sociales y económicos de la población, hasta situarlos como responsabilidad individual de las personas. Como reflejo de estas políticas, la Constitución de 1980, dejó de garantizar los derechos a la educación, a la salud, al empleo, a la justa remuneración, a la seguridad social, etc. El Art. 19 de la Constitución de 1980 en la mayoría de los casos consagra el derecho individual de "acceder libremente" al ejercicio de los derechos económicos y sociales, sin que el derecho sustantivo quede objetivamente asegurado o, al menos, consagrado. Así se comenzó a considerar los servicios públicos como mercancías, lo que ha agravado la vulnerabilidad de los sectores bajos y medios, quienes no pueden costear los servicios privatizados y sólo pueden acceder a servicios estatales degradados y desfinanciados. Al mismo tiempo el Estado fue redefinido bajo un “rol subsidiario”, que redujo sus ingresos tributarios, debido a que se rebajaron los impuestos a las empresas y a los sectores de mayores ingresos. Por ejemplo, por medio de la ley sobre exenciones a la especulación financiera, que permite invertir en la Bolsa y en transacciones financieras sin tributar las utilidades que de ellas se perciba. Desde entonces la estructura tributaria chilena se caracteriza porque porcentualmente pagan más quienes tienen ingresos menores, lo cual rompe con los principios de equidad más elementales. En Chile, la distribución del ingreso es más regresiva después que antes de pagarse impuestos” . Esa situación creó las condiciones para aplicar en Chile un modelo de “crecimiento empobrecedor”. Este modelo fue descrito por el profesor Jagdish Baghwati en 1958 y se refiere a los efectos perjudiciales que suelen afectar a países ricos en recursos naturales o que logran grandes inversiones extranjeras pero que no logran generar condiciones de desarrollo endógeno. Este modelo crea las condiciones para una desigualdad crónica, ligada a efectos nefastos como la violencia delictiva y otras patologías sociales que se acumulan de forma explosiva. Paralelamente, toda la estructura política chilena fue configurada para conservar el Stau Quo, mediante un complejo sistema de cortapisas y amarres, como el sistema electoral binominal, la conformación de los distritos electorales, la fórmula de conversión de votos en escaños parlamentarios, y especialmente los altos quórum en las materias de ley de cierta trascendencia. Diversos especialistas han denunciado que el gasto social no ha mantenido los incrementos que tuvo en los primeros años de la democracia, existiendo los recursos para hacerlo. Sin embargo, debido a la ortodoxia económica del gobierno, empeñada en mantener un superávit estructural del 1% del PIB, estas utilidades no se han traducido en una mayor cobertura de las necesidades de las personas. El gasto social en relación al PIB se mantiene en torno al 17%, en circunstancias que antes de 1973 alcanzó porcentajes superiores al 30%. Con anterioridad al golpe de Estado de 1973, el gasto público en salud y educación alcanzó al 4.7% y 7.2% del PIB, respectivamente, cifras que al fin de la dictadura se habían reducido a 2.6% y 2.9% del PIB, respectivamente. Al 2000 dichas cifras se habían recuperado a 3.1% y 4.1% del PIB, respectivamente, situación que se ha mantenido relativamente estable. Por esta razón la cobertura de los servicios básicos como educación, salud, vivienda y previsión siguen dependiendo de los ingresos de las personas y no de su dignidad como ciudadanos/as.Por este motivo es posible caracterizar a la democracia chilena mediante una categoría elaborada por Franz Hinkelammert: “democracia de seguridad nacional”. Esta caracterización hace referencia a que la democracia que se re-estableció en 1990 no posee continuidad con la democracia anterior al golpe militar de 1973, sino que prolonga las principales políticas de la dictadura militar. Esta continuidad explica, entre otras cosas, la grave inequidad en la distribución del ingreso que se ha convertido en un problema crónico y que cuestiona gravemente la estructura social y política de Chile. Los derechos humanos son indivisibles, ya sean de naturaleza civil, cultural, económica, política o social. Por consiguiente, todos los derechos poseen el mismo rango y condición, y no pueden ser clasificados, a priori, en orden jerárquico. Por este motivo la Constitución de 1980 es un instrumento legal que viola sistemáticamente los Derechos Humanos de la población chilena y por lo tanto es el principal responsable del sostenimiento de un sistema político y económico ilegítimo y atentatorio a la dignidad humana. El autor esTeólogo y Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital

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