viernes, septiembre 15

El despertar revolucionario de México


El despertar revolucionario de México
Alan Woods
En defensa del Marxismo
El auge revolucionario de México marca una nueva y dramática etapa en la revolución latinoamericana. En la misma puerta del estado imperialista más poderoso del mundo, las masas están entrando en acción a una escala sin precedentes, representando una seria amenaza para el capitalismo y el imperialismo.
México no ha visto un movimiento como éste desde la expropiación del petróleo en los años 30. Las masas han demostrado un nivel impresionante de militancia, capacidad organizativa y disciplina. De la noche a la mañana, millones de trabajadores y campesinos se han puesto de pie y están luchando por sus derechos.
¡Qué visión tan inspiradora! ¡Qué maravilloso ejemplo para los trabajadores de todos los países! Esta es la respuesta final a todos aquellos cobardes y traidores que defendían que tras la caída de la Unión Soviética, el socialismo era imposible y que la clase obrera ya no era una fuerza revolucionaria.
Situación explosiva
La lucha comenzó en el plano electoral. Las masas estaban decididas a infligir una derrota al gobierno burgués reaccionario del PAN y echar al lacayo de Washington, Fox, que había vendido su país a los grandes monopolios estadounidenses a precios de saldo. Se reunieron masivamente alrededor del PRD y su líder, Andrés Manuel López Obrador.
Hegel dijo que la necesidad se expresa a través del accidente. El fraude electoral fue el “accidente” que sacó a la superficie todas las contradicciones que se habían estado acumulando en la sociedad mexicana durante décadas: ausencia de democracia, crecimiento económico que no mejora las condiciones de los pobres, desempleo y trabajos mal pagados, corrupción universal, millones de mexicanos obligados a emigrar al norte, todos estos factores se han combinado para crear una situación explosiva.
En el fondo, esto es una cuestión de clase. En México existe una desigualdad social extrema, es el cuarto país del mundo en número de multimillonarios mientras 50 millones de personas viven en la extrema pobreza. Las masas comprendieron perfectamente bien que los ricos controlan el gobierno y utilizan este control para saquear el país y enriquecerse. Como señala John Peterson en su artículo:
“El período preelectoral estuvo marcado por la polarización extrema, incluido el fermento en los sindicatos y el movimiento estudiantil, y una serie de ataques violentos por parte del estado: contra los trabajadores del acero en la ciudad de Lázaro Cárdenas en el estado de Michoacan; la represión contra los seguidores del EZLN en San Salvador Atenco; redadas contra un campamento de profesores en huelga en la ciudad de Oaxaca”. (Mexico: Oaxaca- Punta de lanza de la revolución mexicana).
Esto explica la ardiente furia de las masas y su deseo de asestar un golpe contra la odiada oligarquía y su representante político: Vicente Fox. Las elecciones les daban esa oportunidad y la tomaron con entusiasmo. La campaña electoral tuvo el efecto de movilizar a millones de mexicanos corrientes, los trabajadores y los campesinos, la juventud revolucionaria, las masas oprimidas y explotadas, la intelectualidad progresista, es decir, todas las fuerzas vivas de la sociedad mexicana se alinearon contra todo lo que estaba corrupto, podrido, reaccionario y degenerado.
Naturalmente apoyaron a López Obrador, el principal candidato de la oposición y líder del PRD. López Obrador consiguió su apoyo con una campaña de agitación de masas y caravanas que recorrieron todo el país durante casi diez meses de campaña presidencial. Llenó plazas con trabajadores, campesinos y muchos de los que se han empobrecido con el movimiento de México hacia el sistema de libre mercado. Las masas respondieron con entusiasmo. Eso no es una sorpresa. Las masas siempre responden con entusiasmo cuando se les da una dirección.
El programa de López Obrador realmente es muy moderado: “Cree en el nacionalismo revolucionario: un gran gobierno, programas sociales, proteccionismo y autosuficiencia en petróleo y gas natural”, esto es lo que dice George Grayson, un profesor de ciencia política del College of William & Mary en Virginia y autor de una reciente biografía de López Obrador. Este es el programa del reformismo. No supone un desafío fundamental al capitalismo. Pero es visto como una amenaza mortal por la oligarquía y sus maestros en Washington. Para ellos es una cuestión muy simple: López Obrador es un radical peligroso que está agitando a las masas y debemos detenerle a toda costa.
Para las masas también es una cuestión muy simple. Ellas no leen la letra pequeña de los manifiestos electorales. Para ellas, López Obrador es “nuestro hombre”, está “por el pueblo y contra los ricos”, etc., La fuerza de López Obrador no reside en sus discursos, artículos o manifiestos. Las masas no instruidas políticamente ven en él lo que quieren ver: la oportunidad de cambiar las cosas, cambiarlas radicalmente. Lo que Washington teme no es a López Obrador, sino a las fuerzas de clase que están tras él.
La hipocresía de los imperialistas
Washington vive con temor el creciente movimiento revolucionario que está recorriendo América Latina. Están decididos a levantar un “cordón sanitario” alrededor de la Venezuela revolucionaria para evitar la extensión de las ideas revolucionarias. Con toda probabilidad, la CIA echó una mano para garantizar la elección de Alan García –otro de los títeres de Bush− en Perú. Pero en México, las masas intervinieron directamente para desafiar este descarado ataque a sus derechos democráticos.
El imperialismo norteamericano y la oligarquía mexicana estaban decididos a impedir la elección de López Obrador, aterrorizados ante la perspectiva de un “Chávez mexicano” en las mismas fronteras de EEUU y asegurar la elección de Calderón, un antiguo ministro de energía y ferviente defensor de la política de libre mercado. El resultado fue las fraudulentas elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006.
Estas damas y caballeros “democráticos” están sólo a favor de la “democracia” cuando pone un gobierno que defiende los intereses de los banqueros, los terratenientes y los capitalistas. Pero cuando los trabajadores y los campesinos hacen uso de sus derechos democráticos para elegir un gobierno que la clase dominante considera enemigo de sus intereses, no vacilan en idear conspiraciones contra gobiernos elegidos democráticamente. Recurren al fraude, la corrupción, el asesinato y los golpes militares. Asesinaron a Salvador Allende en Chile, derrocaron a Arbenz en Guatemala, intentaron derrocar a Hugo Chávez en 2002 y ahora han amañado las elecciones en México para evitar la elección de López Obrador.
No hay ninguna duda de que López Obrador ganó las elecciones y que la clase dominante mexicana, con una pequeña ayuda de la embajada de EEUU, amañó los resultados. Según los datos oficiales, López Obrador perdió por 240.000 votos en unas elecciones con 41 millones de votos de participación. Esto significaría que el candidato conservador, Felipe Calderón, ganó con menos del 1 por ciento. El hecho de que la diferencia sea tan pequeña indica que AMLO debería haber ganado con una gran mayoría. La burguesía no se ha atrevido a ir más allá de alegar que el candidato del PAN había ganado por la más estrecha de las mayorías. Las elecciones fueron robadas a favor de Calderón por Fox y sus aliados.
La escala del fraude es pasmosa, incluso para los niveles mexicanos. No menos de 904.000 votos no se contabilizaron en unas elecciones supuestamente ganadas por un margen de sólo 243.000 votos. Un gran número de personas que fueron a votar el día de las elecciones se encontraron con que sus nombres no estaban en el censo electoral. En un recuento simple 119.000 papeletas no se comprobaron, en aproximadamente 3.500 casillas (urnas), se depositaron 58.000 votos más del número de votantes registrados en el censo electoral. En otras casi 4.000 casillas, repartidas a los funcionarios electorales no se pudieron contabilizar. Algunos periódicos mexicanos han publicado fotografías de urnas en los basureros.
Estas irregularidades en cualquier país genuinamente democrático obligarían a las autoridades a hacer un recuento completo. Pero la judicatura mexicana, corrupta y reaccionaria, se ha negado a hacerlo. López Obrador comenzó por hacer desafíos legales. Naturalmente, todo esto ha sido rechazado por el tribunal electoral mexicano, que el 7 de septiembre nominó a Calderón presidente.
López Obrador
En circunstancias normales, las masas no prestan interés a la política. Raramente leen los periódicos y cuando lo hacen habitualmente es para ojear las páginas deportivas. Las elecciones en raras ocasiones despiertan mucho interés, mucho menos pasión. Este es especialmente el caso en México, donde durante décadas los partidos políticos fueron vistos sólo como vehículos para el saqueo del Estado y el enriquecimiento de políticos y sus clientes. Pero esto es algo diferente.
Este fraude electoral escandaloso inmediatamente sacó a las masas a las calles. Comenzando a finales de julio, después de un mitin de 3 millones de personas, los manifestantes han establecido un campamento de siete millas en el centro de Ciudad de México que ha paralizado el tráfico. Los acampados están de pie toda la noche alrededor del fuego, preparados para defender sus tiendas de campaña. Miles de personas acampadas bajo la lluvia torrencial durante semanas en las calles de Ciudad de México esperando la decisión del tribunal. De este modo comenzaron semanas de bloqueos callejeros y campamentos de protesta en el centro de la capital que han bloqueado el tráfico y cerrado negocios.
López Obrador se ha puesto a la cabeza del movimiento, desafiando al gobierno. Como resultado, el PRD está avanzando. Ahora es el segundo partido más grande en el parlamento recién elegido. En agosto, el PRD consiguió elegir a su primer gobernador en el estado de Chiapas, derrotando a un rival que contaba con el apoyo de una coalición de último minuto entre el PAN y el Partido Revolución Institucional, el PRI, que estuvo en la presidencia durante siete décadas hasta la victoria de Fox en 2000. ¡Esta es una respuesta resonante para aquellos que defienden que la militancia espanta al electorado!
Esto confirma la bancarrota de los sectarios (y los zapatistas) que se negaron a dar apoyo crítico a López Obrador contra Calderón en las elecciones. Estas damas y caballeros no veían diferencia entre los dos, porque los dos ‘eran burgueses’. Si se toma el programa de López Obrador, ciertamente no va más allá de los límites del capitalismo. Es un programa democrático-burgués. Pero esto hecho de ninguna manera es suficiente para caracterizar la base de clase del PRD. Ni nos autoriza a concluir que no hay diferencia entre López Obrador y Calderón.
Esto es absolutamente típico del pensamiento formalista y abstracto de los sectarios en todas partes, su total incapacidad de pensar dialécticamente y su total incapacidad para ponerse en el punto de vista de las masas. Los marxistas en México defienden, no la democracia burguesa, sino el poder obrero y el socialismo. Esto apenas necesita ser explicado. Pero, en primer lugar, a menos que seamos lo suficiente fuertes para tomar el poder y reemplazar la corrupta y podrida democracia burguesa por un régimen superior de democracia obrera, estamos obligados a defender cualquiera de los derechos conquistados por los trabajadores, incluido el derecho a voto y luchar contra los intentos de la burguesía mexicana de negar a la población su derecho a elegir un gobierno de su elección.
En segundo lugar, para convertirse en lo suficientemente fuerte para desafiar el poder burgués existente, es necesario que las pequeñas fuerzas del marxismo lleguen a las masas donde quiera que estén, establecer lazos con los trabajadores y campesinos, entablar un diálogo con ellos y llegar a acuerdos tácticos que nos permitan luchar juntos contra el enemigo común sin comprometer las cuestiones fundamentales. Ese fue siempre el método de Lenin y Trotsky, y se resume en la política de Lenin del frente único. Esto, naturalmente, es un libro sellado con siete llaves para la mentalidad sectaria.
Sophie McNeill, una periodista de televisión que visitó el campamento de Ciudad de México y entrevistó a López Obrador, da una descripción gráfica de la base de clase del movimiento a través de su propia observación de sus seguidores:
“Merodeando a través de los campamentos, puedes ver cómo este movimiento de protesta ha desenmascarado la profunda división de clase que existe aquí en México. La base de apoyo de Obrador está en gran parte formada por mexicanos de clase baja e indígenas que le ven como un salvador, la única figura contemporánea dispuesta a luchar contra la corrupción de la clase dominante. Los seguidores de Obrador sienten que él les ha dado voz y ahora ellos están aquí para ser escuchados. ‘Si no eliminamos el hambre, vamos a tener un desastre fatal inimaginable’, esto es lo que me decía un joven indio de Oaxaca. ‘Se va a derramar mucha sangre si no cambiamos la política económica del país’”.
Los manifestantes bloquearon bancos y también oficinas de impuestos. Cuando los periodistas entrevistaban a los trabajadores de cuello blanco de la oficina de impuestos ellos utilizaban términos despreciativos hacia los manifestantes como “gente ignorante con bajos ingresos’. “Un seguidor de Obrador me ve hablando a los trabajadores de la oficina, ‘esta gente está contra nosotros porque ellos tienen todo en casa’, dice. ‘Ellos no necesitan nada. Estamos aquí porque tenemos una necesidad en mi pueblo. No comprendes, ellos cobran 600 pesos de lunes a sábado, de ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, ¡600 pesos!’, el hombre exclama. ‘¡Por eso estamos aquí!’”
Esta periodista puede que no sea un marxista, pero tiene ojos y oídos, y nos presenta una imagen muy clara de la naturaleza de clase del movimiento. Describe la actitud de la masa de gente pobre y explotada hacia López Obrador. Sienten que él les da voz y que ahora están aquí para ser escuchados. Esta es una expresión muy fidedigna de la relación entre las masas y López Obrador.
Los sectarios desaprueban esto. Sacuden la cabeza y chasquean la lengua. ¡Por supuesto! ¡Las masas deberían apoyarles a ellos y no a López Obrador! “Deberían” es una categoría filosófica que pertenece al idealismo kantiano, no al materialismo dialéctico. Este último toma el mundo como es, no como debería ser, analiza sus tendencias contradictorias y demuestra como se desarrollarán. El periodista continúa:
“Observo un par de ancianos indígenas frente a la multitud. El marido ha perdido la mayor parte de sus dientes y sus ropas están raídas. Hay lágrimas en sus ojos cuando se une al cántico de la multitud: ‘¡Obrador! ¡Obrador!’ Su esposa me mira y puedo ver que ella también está llorando. ‘¡Los pobres de México necesitaban a Obrador!’ me dice. El hombre que está junto a ella grita: ‘El presidente es Andrés Manuel López Obrador. ¡Quieran ellos o no!’”
Para el formalista sectario, estas actitudes son incomprensibles. No sólo que las masas apoyen a López Obrador, sino que lo hagan tan entusiastamente, con lágrimas en los ojos. ¿Cuál es el secreto de esta extraña química? Sólo uno: que las masas se han despertado de la apatía y han entrado en la lucha. Están comenzando a sentir su fuerza y poder colectivo. Y se identifican con el hombre alrededor del cual el movimiento se ha fusionado. En sus ojos, la figura de López Obrador adquiere un significado poderoso y casi místico.
The Nation publicó una descripción gráfica del ambiente de la población: “Han comenzado a levantar santuarios y altares, están pidiendo la intervención divina. Cientos se han convertido en peregrinos hacia el santuario de la Virgen de Guadalupe, algunos andando de rodillas, a pedir a la virgen morena que haga tu mojo. ‘¡Dios no pertenece al PAN!’ cantan cuando caminan penosamente por la gran avenida que lleva a la basílica. ‘AMLO merece un milagro’, comenta Esther Ortíz, una abuela de 70 años a un reportero cuando ella se arrodilla para rezar ante el altar dorado”.
Algunas iglesias han proyectado un vídeo diciendo que López Obrador destruiría la familia mexicana. Como resultado, algunas personas han abandonado las iglesias. El mismo artículo se hace eco del enorme fermento social que incluso está llegando a las iglesias:
“En la Catedral Metropolitana a un lado del Zócalo, un joven devoto interrumpe al cardenal Norberto Rivera con loas a AMLO y rápidamente es sacado a empujones del lugar por los matones del prelado. Al domingo siguiente, las grandes puertas de la catedral estaban bajo intensa vigilancia y los feligreses son cacheados en busca de indicios de devoción a López Obrador. Cientos de seguidores de AMLO se arremolinaron frente al antiguo templo gritando ‘¡voto a voto!’ y que el cardenal rivera es un pederasta”. (The Nation. 25/8/06).
Las líneas anteriores indican un profundo giro en el ambiente y perspectiva de las masas. La gente que se nos presenta en estas líneas no son activistas políticos sino hombres y mujeres mexicanos de la clase trabajadora que se han despertado a la lucha no por los libros y las teorías, sino por la vida misma. No tienen una ideología claramente definida. Aún están bajo la influencia de la religión. Pero así ocurrió con los trabajadores rusos en la primera revolución.
Lo que ha ocurrido en México es una completa confirmación del análisis marxista. En la lucha entre López Obrador y Vicente Fox, los marxistas mexicanos dieron apoyo crítico a López Obrador. Junto a las masas, participaron en la campaña electoral, pidiendo el voto para el candidato del PRD mientras que al mismo tiempo exigían un programa socialista. Esta posición correcta consiguió un eco significativo de las masas que estaban luchando para derrocar al gobierno Fox.
¿Inmadurez de las masas?
Algunos en la izquierda ven la influencia de la religión como un signo del “bajo nivel de conciencia política”. Esto demuestra una ausencia lamentable de comprensión de cómo funciona la revolución. En enero de 1905, la clase obrera rusa entró por primera vez en la escena de la historia en una manifestación pacífica, encabezada por un sacerdote, apelando al zar (el “pequeño Padre”). En sus manos llevaban, no banderas rojas, sino iconos religiosos e imágenes de la Virgen.
Hizo falta la experiencia de la revolución y en particular la masacre del Domingo Sangriento para sacar estas ilusiones de la conciencia de las masas. Como solía decir Lenin, citando un viejo proverbio ruso, “la vida enseña”. Tanto la anciana rezando por AMLO en la iglesia de la Virgen de Guadalupe como el joven que se enfrenta con el cardenal y es físicamente echado de la iglesia, están, a su manera, expresando un proceso revolucionario profundo.
Los esnobs de clase media señalarán la “inmadurez” política de las masas como un argumento contra la viabilidad de una revolución socialista en México. En Rusia también había personas como éstas: los mencheviques hablaban enérgicamente contra la idea de que los trabajadores rusos “atrasados” pudieran llegar al poder en Rusia antes que en la Europa occidental “avanzada”. La historia demostró que esto era totalmente falso. El Partido Bolchevique bajo la dirección de Lenin y Trotsky, basándose en el movimiento vivo de las masas y la ideología revolucionaria del marxismo, dirigieron a los trabajadores y campesinos a la toma del poder y transformaron la historia del mundo.
Las masas en México han demostrado un muy alto nivel de madurez política, aunque en esta etapa sus acciones estén mucho más avanzadas que su conciencia política. Eso no es sorprendente. En cada país, las masas no aprenden de los libros sino de su propia experiencia, especialmente de la experiencia de la lucha. Los trabajadores aprenden más en un solo día de huelga que en diez años de experiencia normal. Y la revolución es como una huelga pero a una escala inmensa. Lenin, que era un gran teórico, solía decir: “para las masas una onza de práctica vale más que diez toneladas de teoría”. En una revolución las masas aprenden rápido.
Los pequeños burgueses esnob y los burócratas gimen sobre el supuesto “bajo nivel político” de las masas. Los marxistas saludamos el movimiento de los trabajadores y campesinos mexicanos. De él sacamos entusiasmo e inspiración. Lo apoyamos con cada fibra de nuestro ser. Pero con su acción, las masas están arrojando el guante a la cara de la clase dominante. Lo que comenzó como una lucha contra el fraude electoral rápidamente se está convirtiendo en una situación revolucionaria, en donde los elementos de doble poder ya están comenzando a existir.
La teoría falsa de las “dos etapas”
El problema aquí no es el “bajo nivel de conciencia” de las masas, que están haciendo todo lo que está en su poder para cambiar la sociedad. El problema es, al contrario, el bajo nivel de conciencia de aquellos que pretenden ser los “dirigentes” de las masas, gente que puede haber leído libros, pero que carecen de espíritu revolucionario, que no tienen fe en las masas, que no creen en el socialismo y están corrompidos por el veneno del escepticismo. Estos ex–revolucionarios miserables, ex–guerrilleros, ex–comunistas que han abandonado la perspectiva del socialismo y se han pasado totalmente al capitalismo ejerciendo una influencia corrosiva y dañina en todas partes, pero particularmente en América latina.
En México estos mismos elementos están intentando contener el movimiento, confundir a los trabajadores y jóvenes con falsas ideas como la teoría menchevique-estalinista de las “dos etapas”. Según esta perniciosa teoría, los trabajadores y los campesinos no deben luchar por el socialismo. En su lugar, deben apoyar a la “burguesía progresista”, defender la “democracia” y después podemos hablar sobre el socialismo, en el oscuro y distante futuro. Algunos sectores del movimiento, bajo la negativa influencia del estalinismo, están intentando restringirlo a los estrechos límites de la democracia burguesa. Eso es un error fatal. En realidad, México ha dejado muy atrás la etapa de la revolución democrático-burguesa. Lo que se podía conseguir con la revolución democrático-burguesa se consiguió después de 1910-1917.
La burguesía mexicana ha tenido casi cien años para demostrar lo que puede hacer, y los resultados son bien conocidos para el pueblo de México. Hablar ahora de la necesidad de la revolución democrático burguesa en México es un engaño vergonzoso y una traición al pueblo. Lo que es necesario no es pedir a la burguesía “más democracia” sino preparar las condiciones para la toma del poder por la clase obrera, la única clase que puede sacar a México del callejón sin salida de la pobreza, la ignorancia y la opresión a la que la ha llevado la degenerada burguesía mexicana.
La etapa actual corresponde con la movilización inicial de las masas, su despertar a la vida política. Es bastante natural que esta etapa vaya acompañada por todo tipo de confusión e ilusiones, especialmente ilusiones democráticas. La forma de ayudar a las masas a superar estas ilusiones no es negar la democracia sino, todo lo contrario, luchar con la más absoluta determinación por todas las demandas democráticas, contra el fraude electoral, etc., pero explicar pacientemente que la única forma de garantizar la democracia y elecciones justas es para la clase obrera, en alianza con sus aliados naturales, el campesinado y el pobre urbano, es tomar el poder en sus propias manos. Mientras la burguesía mexicana corrupta permanezca en el poder, la democracia siempre se reducirá a una frase vacía. Eso es algo que todo trabajador y campesino mexicano puede comprender.
Marxismo y democracia
Las masas han recibido ahora una excelente lección sobre la naturaleza real de las instituciones de la “democracia” mexicana. A propósito, no son básicamente diferentes a las instituciones de cualquier otra democracia burguesa, sólo más descarada y estúpida. Este es también el caso con lo que irónicamente se describe como “prensa libre”. Existe una montaña de pruebas de urnas electorales violadas, robadas o rellenas, papeletas alteradas y otras anomalías raras. Pero de toda la prensa mexicana sólo La Jornada lo mencionaba. John Ross escribe lo siguiente:
“El silencio de los medios de comunicación mexicanos y sus cómplices en la prensa internacional respecto al gran fraude es ensordecedor, aunque sí llenan sus periodicuchos con amplios ataques a López Obrador por cortar el tráfico en Ciudad de México”. (La Nación. 25 de agosto de 2006).
Los marxistas siempre lucharemos enérgicamente para defender todos los derechos democráticos que ha ganado a través de la lucha la clase obrera. Mientras la clase obrera no esté en posición de derrocar al capitalismo y sustituir la falsa y corrupta democracia burguesa con una verdadera democracia de la clase obrera, tenemos el deber de luchar contra todos los intentos de la clase dominante de restringir la democracia. Participaremos en las elecciones y haremos uso de la lucha electoral para movilizar a las masas y educarlas en los límites de la democracia burguesa. Utilizaremos todas y cada de las aperturas democráticas disponibles, incluidos los parlamentos burgueses. Pero explicaremos que, en última instancia, la lucha real siempre tendrá lugar fuera del parlamento, en las calles, en las fábricas, en los pueblos y en los barracones del ejército.
El punto de partida inicial para la revolución mexicana es la lucha contra el fraude. Este esencialmente tiene un carácter democrático burgués. Pero en realidad esto sólo es una cuestión formal. En esencia, el movimiento de masas ha ido más allá de la etapa simplemente democrática. Tiene una lógica y dinámica propias y esto choca contra los mismos cimientos del dominio burgués. Cada día que pasa la cuestión no es a favor o en contra de López Obrador, la cuestión es: ¿Quién es el amo de la casa: ellos o nosotros?
La clase obrera
Los trabajadores deben plantear sus propias reivindicaciones de clase independientes, mientas que al mismo tiempo luchan por las demandas democráticas y empujan el movimiento hacia delante. Los trabajadores apoyarán a los elementos más radicales de los campesinos y los indígenas mexicanos, a las mujeres y la juventud. Sólo de esta manera el proletariado puede ganar el lugar que le corresponde a la cabeza de la nación.
Una posición clave la tienen los sindicatos. Los sindicatos son las organizaciones básicas de la clase obrera. Tienen que jugar un papel clave en la revolución socialista, tanto antes como después de la toma del poder. Desgraciadamente, parece que la mayoría de los sindicatos mexicanos (con honrosas excepciones como el sindicato de profesores de Oaxaca) no están participando activamente en el movimiento.
El potencial revolucionario de las masas se despliega a cada paso. Los sindicatos, aplastados por la grupa pesada de la burocracia, van por detrás. Esta es una debilidad seria. Pero tiene precedentes y no es necesariamente fatal. En la Revolución Rusa de 1917 muchos de los sindicatos estuvieron bajo el control de los mencheviques hasta noviembre e incluso después. Los bolcheviques tuvieron que basarse en muchos casos en los comités de fábrica, que estaban más cercanos al ambiente real de la clase obrera.
Mientras se continúa trabajando en los sindicatos y haciendo todo lo que está en su poder para implicar a los sindicatos en el movimiento revolucionario y preparar una huelga general, los marxistas deben participar enérgicamente en la creación de comités de acción, comités de huelga, asambleas populares y otros organismos tipo soviet que abarquen a las más amplias masas de trabajadores, campesinos, pobres urbanos y otras capas oprimidas.
La consigna principal en el momento actual en México son los soviets. Pero como la palabra rusa puede que no tenga significado para las masas en México, es mejor utilizar la terminología que ha evolucionado del movimiento revolucionario vivo de las masas. Cualquiera que sea la palabra utilizada, estará claro para los trabajadores y los campesinos, que se está hablando de órganos democráticos de lucha revolucionaria con una base amplia, que el día después de la victoria de la insurrección se puedan transformar en órganos de democracia revolucionaria directa. Esto se puede ver más claramente en el movimiento revolucionario en Oaxaca.
Insurrección en Oaxaca
La revolución en Oaxaca ha ido más allá que en ninguna otra parte. El “caudillo” local, Ulises Ruíz Ortiz, es el responsable de organizar numerosos asesinatos perpetrados por bandas armadas vinculadas al partido gobernante. Su gobierno de terror incluía secuestros, arrestos arbitrarios, encarcelamientos, tortura y asesinatos. Sus bandas armadas disfrutaban de impunidad en sus crímenes contra la población. Pero ahora la población se ha vuelto en masa contra él. Dos días del ataque a los profesores hubo una enorme manifestación con más de 400.000 personas, exigiendo la dimisión del gobernador.
El movimiento en Oaxaca se encontró con la brutalidad policial, dirigida indiscriminadamente contra hombres, mujeres y niños con gas lacrimógeno y balas, incluso utilizaron un helicóptero de la policía para extender el gas lacrimógeno sobre el campamento de huelguistas. Esto provocó una insurrección de masas en todo el estado y más allá. Los profesores se defendieron, echaron a la policía tras unas cuatro horas de lucha, recuperaron el centro de la ciudad. El heroísmo de los huelguistas se ganó la admiración de la población en todo el estado. Demostraron su determinación férrea y no se aterrorizaron en la sumisión.
Aquí vemos el potencial de la clase obrera y los sindicatos para ponerse a la cabeza de las masas en la lucha, mientas que luchan por sus propias reivindicaciones de clase independientes. La insurrección en Oaxaca estaba dirigida por los profesores. El sindicato de profesores (SNTE) tradicionalmente estaba vinculado al Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero en Oaxaca la tendencia de izquierdas CNTE tenía el control de la sección local. Un proceso similar ocurrirá en un sindicato tras otro en el período turbulento de lucha de clases que ha comenzado en México.
Bajo la presión de las masas, incluso los sindicatos más burocráticos y derechistas se transformarán de arriba abajo. Una vez las masas se han movilizado en la lucha, inevitablemente desarrollarán un sentido de su propia fuerza: el poder de la organización de masas. Ha habido manifestaciones de masas de 120.000 personas con un ambiente de militancia nunca visto antes. El 7 de junio un testigo de la marcha decía: “Todo el acontecimiento estaba impregnado con un sentido de fuerza del pueblo”.
El movimiento de las masas rápidamente llevó a la formación de una asamblea amplia estatal: Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, APPO). John Peterson escribe lo siguiente:
“El APPO ha surgido como una alternativa y un verdadero poder popular, la primera semilla de poder obrero en Oaxaca y en México. Representantes de las asambleas vecinales son elegidos en cada calle, que a su vez eligen los representantes a la APPO. Estos representantes elegido y revocables son responsables de la seguridad y de garantizar la gestión de la vida cotidiana en los barrios y en la ciudad”. ¿Qué es esto si no es un soviet?
George Salzman escribe lo siguiente: “Aunque instigada como resultado de la iniciativa de los profesores y la horrible represión estatal, la asamblea iba más allá de las reivindicaciones originales de los profesores, que se limitaban a cuestiones educativas. La destitución del odiado gobernador se había hecho antes en tres ocasiones en Oaxaca. No es trivial, arriesgado por supuesto, pero no por sí mismo un acto revolucionario”. (From Teachers’ Strike Towards Dual Power. Counterpounch. 30/8/06).
Esto va más allá del meollo de la cuestión. El movimiento revolucionario de las masas está yendo más allá de las reivindicaciones originales. Esa es la naturaleza de las cosas. La propia lógica de la lucha lleva a las masas a sacar conclusiones revolucionarias. Las masas sienten la necesidad de organizarse, expresada en las asambleas populares, que son soviets en todo menos en el nombre. Esta es la expresión organizada de un nuevo poder, que constantemente desafía el “sacrosanto derecho a gobernar” de la burguesía y sus agentes políticos. Los dos poderes rivales se dan empellones entre sí. Los trabajadores y los campesinos luchan por tomar la gestión de la sociedad en sus manos: el viejo poder se resiste. Se niega a acostarse y morir. Debe ser derrocado.
Las aspiraciones revolucionarias de las masas se pueden ver en el programa adoptado por la primera asamblea popular estatal, la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, que se declaró autoridad suprema en Oaxaca, afirmando la ilegitimidad de la estructura social existente. Esto es doble poder, con las masas desafiando el poder estatal existente.
La APPO tiene una base amplia y esto es correcto. Pero según algunos informes no ha excluido explícitamente a ningún grupo político, que, si es cierto, sería un error. Según un informe de Nancy Davies, a la reunión inicial de la asamblea popular del 17 de junio “asistieron unas 170 personas representantes de 85 organizaciones”. Incluidos, o al menos invitados, “estaban todos los delegados del SNTE, militantes sindicales, organizaciones sociales y políticas, organizaciones no gubernamentales, colectivos, organizaciones de derechos humanos, padres, campesinos rentistas, municipalidades y ciudadanos de todo el estado de Oaxaca”. Su intención era abrirse a todos los ciudadanos del estado.
Parece que no tienen intención de excluir a los burgueses y otros explotadores de la asamblea. Sin embargo, en la práctica, los ricos apoyarían el régimen existente. Ellos no quieren participar en un órgano de poder revolucionario. La dirección inicialmente intentó limitar las reivindicaciones de la asamblea popular a la destitución del gobernador. Esta reivindicación, absolutamente correcta y en sí misma necesaria, no iba más allá. La destitución de un gobernador resolvería pocos de los problemas de la población. Las masas están luchando por el poder, por un cambio fundamental en la sociedad.
A pesar de los límites de la dirección, los trabajadores inmediatamente tomaron medidas revolucionarias que claramente desafiaban el poder estatal existente. Fortalecieron las barricadas contra futuros ataques policiales. Requisaron autobuses, no sólo comerciales, sino incluso vehículos de la policía y el gobierno, algunos de los cuales fueron utilizados para bloquear los accesos por carretera al zócalo y otros campamentos de la población, además de para propósitos de transporte. Han bloqueado autopistas y ocupado edificios del gobierno. Han evitado que el gobierno institucional cumpla con sus funciones: legislativa, judicial y ejecutiva (es decir, administrativa).
Estas tácticas van más allá de la desobediencia civil que López Obrador ha pedido. Estas acciones de las masas son “ilegales” desde el punto de vista del estado burgués. También han requisado armas, como escribe George Salzman: “Algunos de ellos tienen palos, varas de hierro e incluso machetes, pero son para la autodefensa. La cultura aquí es no ‘poner la otra mejilla’. No se sientan y rezan para que la policía no les golpee”.
La lucha por los medios de comunicación
El ataque del 14 de junio destruyó la emisora de radio de los profesores, Radio Plantón, que ha estado sirviendo como fuente de propaganda pro-profesores desde el inicio de la huelga y como una emisora de comunicación vital. En respuesta, los estudiantes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) ocuparon la emisora de la universidad, una emisora con un transmisor mucho más potente y que mantuvo ininterrumpidamente el apoyo a la rebelión que crecía rápidamente. Sin embargo, los agentes del gobierno se infiltraron entre los estudiantes y destruyeron su equipamiento el 8 de agosto con ácido sulfúrico.
La lucha por el control de los medios de comunicación alcanzó una nueva etapa cualitativa cuando un grupo de mujeres golpeando cacerolas con cucharas de madera ocuparon la televisión y emisora de radio estatales. El servicio de emisión expropiado se rebautizó como TV Cacerolas. Durante este período las “voces y las imágenes de la población” dominaban estas ondas de radio normalmente controladas por el estado, como dice Salzman:
“La gente corriente con las ropas cotidianas hablaban de la realidad de sus vidas como la entendían, de lo que significaba para ellos el neoliberalismo, del Plan Pueblo Panamá, de su pérdida de tierra hacia las empresas papeleras internacionales, de las destartaladas escuelas de las montañas rurales sin aseos, de comunidades sin agua potable o alcantarillado sanitario y cosas similares, de todas las necesidades que deberían cumplirse si la riqueza no fuera robada por los capitalistas y los agentes del gobierno corrupto”. (From Teachers’ Strike Towards Dual Power. Counterpounch. 30/8/06).
¡Qué imagen tan inspiradora se describe aquí! Y estas emisiones no se limitaban a Oaxaca.
El espíritu internacionalista de los trabajadores y su alto nivel de conciencia se podía ver en el hecho de que el Canal 9 emitió un documental de las condiciones de vida de los palestinos en los Territorios Ocupados. El Canal 9 y FM 96.9 cubrieron todo el estado durante tres semanas, del 1 de agosto hasta que fueron recuperadas por las fuerzas estatales con un asalto a primera hora de la mañana el 21 de agosto. En respuesta a esta agresión, los insurgentes ocuparon doce emisoras locales de radio que pertenecían a nueve empresas diferentes. La lucha por el control de los medios de comunicación continúa.
El papel del imperialismo
Calderón tiene el apoyo del imperialismo mundial. Tanto George Bush como el embajador de EEUU, Tony Garza, se dieron prisa indecente en felicitar a Calderón después de las elecciones del 2 de julio. Ahora que esta “victoria” se ha confirmado, Washington y los miembros de la Unión Europea hacen cola para poner sus manos en PEMEX, la empresa estatal de petróleo de México.
Los imperialistas estadounidenses están mirando los acontecimientos al sur de Río Grande con creciente alarma. Según la emisora Air America, han desplegado patrullas de la armada norteamericana para “salvaguardar las plataformas petroleras mexicanas en el Golfo”. Sin embargo, la perspectiva de una intervención armada real por parte de las fuerzas estadounidenses es remota. El ejército norteamericano está empantanado en Iraq y Afganistán. Es altamente improbable que quieran abrir un nuevo frente en este momento, y menos aún en América Latina.
Los estrategas del imperialismo saben que es imposible intervenir exitosamente contra una revolución. Recibieron una dura lección en Irán en el pasado y no han olvidado que les humillaron. Si intentaran intervenir en México se enfrentarían con una resistencia feroz. El pueblo mexicano lucharía como tigres para defender su país contra el odiado imperialismo extranjero. Se producirían movimientos explosivos en cada uno de los países de América Latina, y no sólo al sur de Río Grande. El reciente movimiento de masas de los inmigrantes en EEUU demuestra el poderoso potencial revolucionario del gran número de latinos oprimidos que ahora constituyen la mayor minoría étnica. Los imperialistas rápidamente se enfrentarían con insurrecciones dentro del propio EEUU si se atrevieran a invadir México. El enorme descontento que recorre profundamente la sociedad norteamericana se fusionaría en esta cuestión. El régimen Bush podría ser echado del poder abriendo una situación totalmente nueva dentro del propio EEUU.
Una intervención directa por parte de las fuerzas del imperialismo norteamericano está por tanto descartada en la situación actual. Pero eso no significa que Washington permanezca con los brazos cruzados. La CIA y la embajada de EEUU en Ciudad de México estarán activas, conspirando junto con Fox y sus títeres para aplastar la revolución. Los repetidos ataques sobre el movimiento en Oaxaca son como reconocer en un estado de guerra corriente. Tienen la intención de poner a prueba sobre el terreno para una confrontación más seria. Pero han sido repelidos por la acción militante de las masas que han demostrado su determinación para defenderse.
La clase dominante mexicana tienen un registro particularmente sangriento en la represión de movimientos de protesta de masas. Esto se demostró en la brutal represión en septiembre y octubre de 1966, justo antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos, cuando el presidente Gustavo Díaz Ordaz ordenó la masacre de los estudiantes en huelga en una plaza no lejos de donde ahora están acampados los manifestantes. Murieron asesinatos 300 en la Plaza de las Tres Culturas, sus cuerpos fueron incinerados en el Campamento Militar Número 1 al oeste de Ciudad de México.
El periódico liberal La Jornada publicaba una fotografía de un aficionado donde se veía convoyes del ejército con soldados disfrazados de campesinos y jóvenes. Esto indica que se está llevando a cabo una campaña sistemática de provocaciones. López Obrador ha comparado al presidente Vicente Fox con Díaz Ordaz. La comparación es acertada. Si Fox no ha utilizado todavía el ejército no es por consideraciones humanitarias sino porque teme las consecuencias. Un enfrentamiento sangriento y todo México ardería en llamas. Algunas fuentes revelaron que más del 70 por ciento de los soldados rasos votaron el 2 de julio por López Obrador. El ejército se rompería en pedazos y Fox sería expulsado del poder, poniendo en el orden del día la transformación revolucionaria.
El mismo artículo de John Ross señala la evolución de las consignas coreadas por los manifestantes:
“La evolución de estos sortilegios es fascinante. Al principio, la consigna estándar ‘voto por voto, casilla por casilla’ era automáticamente invocada cada vez que López Obrador daba un paso hacia el micrófono. ‘¡No estás solo!’ y ‘¡Presidente!’ tenían sus momentos. ‘¡Fraude!’ es aún popular, pero en estos últimos días ‘¡No pasarán!’ ‘¡Ellos no pasarán!’, el grito de los defensores de Madrid cuando las hordas fascistas de Franco golpeaban las puertas de Madrid en 1936, y que a menudo se pueden escuchar.
“En este contexto, ¡No pasarán! Significa que ‘no dejaremos que Felipe Calderón llegue a la presidencia’”.
Sin embargo, el 7 de septiembre el TRIFE, a pesar de todas las evidencias, decidió a favor de Calderón. El tribunal electoral de México ha tomado su decisión. Su fallo no puede ser recurrido. Eso significa que todos los cauces legales y constitucionales están agotados. La única forma de avanzar ahora es la lucha revolucionaria.
La decisión del tribunal electoral fue en sí misma una provocación flagrante. “Observa que Calderón, el candidato del PAN que había sido declarado vencedor por el tan criticado Instituto Federal Electoral (IFE) por un 55 por ciento de los 41.6 millones de votos, ha sido obsequiado con decenas de miles de votos que no podían ser comprobados. El TRIFE, en un recuento parcial de menos del 10 por ciento de los 130.000 precintos depositados dos semanas antes de la decisión final, ha dado 237.000 votos, así aumenta el margen de victoria de Calderón”. (Artículo de John Ross, publicado online el 6 de septiembre de 2006).
En otras palabras, el tribunal electoral admitió todas las acusaciones de fraude y después, ¡dio la victoria a Calderón! Inmediatamente, varios miles de seguidores de AMLO se reunieron a las puertas del búnker del tribunal al sur de Ciudad de México, gritando: “¡Fraude! ¡Rateros!” y los jueces tuvieron que ser escoltados por la policía militar.
La Convención Nacional Democrática
En medio de estos dramáticos acontecimientos, el subcomandante Marcos y sus seguidores han desaparecido del mapa político. Debido a su política equivocada, los zapatistas se han condenado a la insignificancia política. Como ya pronosticamos, han quedado desacreditados por su escandaloso comportamiento en las elecciones, junto con los sectarios ultraizquierdistas que intentaron organizar la “campaña alternativa” dirigida contra López Obrador. En contraste, los marxistas mexicanos de Militante adoptaron una política correcta, ofreciendo apoyo crítico a López Obrador y ahora jugando una parte importante en el movimiento revolucionario de las masas.
Ahora López Obrador ha defendido la convocatoria de una Convención Nacional Democrática para decidir el futuro del país y elegir un presidente democrático. Este es un paso importante. Pero ¿qué representa? ¿Qué es la Convención Nacional Democrática? Esta cuestión se está debatiendo a todos los niveles en el PRD, especialmente a nivel de la base. Sin duda para la burocracia del PRD es simplemente otro mitin de masas para presionar a Felipe Calderón. Calderón podría ofrecer concesiones. Podría ofrecer incluir a algunos dirigentes del PRD en puestos menores de su administración. Como el PRD está infiltrado por elementos del PRI, que sólo están interesados en obtener carreras ventajosas para sí mismos, esto podría llevar a conflictos internos dentro del PRD.
La base del PRD, los trabajadores, los campesinos y la juventud revolucionaria, no quieren las migajas de la mesa de la burguesía, quieren tomar el poder. Para ellos la Convención Nacional Democrática es un gobierno alternativo. Pero como el estado burgués ya ha reconocido el gobierno de Calderón como el único gobierno legítimo, la declaración de un gobierno de resistencia encabezado por Andrés Manuel López Obrador sería un acto revolucionario abierto.
Andrés Manuel López Obrador ha prometido una “transformación radical” del país creando un gobierno paralelo. Él dijo: “Vamos a un cambio profundo, un cambio de raíz, porque eso es lo que necesita México. Es una transformación radical. Vamos por la construcción de un nuevo país que sea justo y honorable (…) No sólo decidiremos nuestra forma de gobierno… sino algo más importante también se definirá: el plan básico para la transformación de México”.
¡Eso es lo que desean fervientemente los trabajadores y campesinos! La base del Partido de la Revolución Democrática no quiere acuerdos o compromisos con la burguesía. Las masas que apoyan al PRD no quieren que el partido se comporte como el PAN y el PRI. No quieren un partido que, cuando llega al gobierno, colapse en la corrupción y el arribismo. Por tanto, es necesario introducir un programa que garantice que un gobierno del PRD realmente represente a la población. Este programa existe. Es el programa de cuatro puntos que Lenin elaboró en víspera de la Revolución Bolchevique:
1) Elecciones libres y democráticas con derecho a revocación de todos los funcionarios.2) Ningún funcionario puede recibir un salario superior al de un trabajador cualificado.3) No al ejército permanente sino el pueblo en armas.4) Gradualmente, todas las tareas de la administración deben ser realizadas por todos a turnos (“¡cuando todo el mundo es un burócrata, nadie es un burócrata!”).
La cuestión de la violencia
López Obrador promete evitar la violencia. Propone una revolución no violenta para transformar México y recomienda a sus seguidores seguir el camino de la resistencia civil no violenta, como hizo Martin Luther King Jr. y Mahatma Gandhi. Pero eso no depende exclusivamente de las buenas intenciones de AMLO. ¡La burguesía tiene sus propias ideas sobre esta cuestión!
El líder del PRD ha convocado a un millón de delegados en el Zócalo para la Convención Democrática Nacional el Día de la Independencia Mexicana, el 16 de septiembre, una fecha habitualmente reservada para un gran desfile militar. Por lo tanto está preparado el terreno para un serio enfrentamiento. Fox está preparando aplastar el movimiento por medios violentos. Ya está utilizando la prensa a sueldo y preparar a la opinión pública para reforzar la lucha y la represión violenta de los manifestantes. La burguesía se está preparando para actuar. El día que Fox iba a leer su discurso sobre el Estado de la Nación, rodearon el Congreso Nacional con un anillo de acero. En un informe desde Ciudad de México publicado en The Nation, John Ross escribe:
“El edificio que alberga el Congreso en esta gran Plaza del Zócalo de la ciudad está rodeada por barreras de metal de dos metros de alto soldadas entre sí aparentemente para frustrar un atentado suicida con coche. Detrás de este muro de metal, 3.000 robocops con visera, la Policía Preventiva Federal (PPF, una fuerza policial procedente del ejército), y miembros de la elite del Estado Mayor, o comando militar presidencial, formando una segunda línea de defensa. Armados con lanzadores de bombas lacrimógenas, cañones de agua y según se dice tanques de ligeros, esta fuerza tiene la misión de proteger la ley y el orden y las instituciones de la república frente a la muchedumbre de izquierdas que amenaza con asaltar el palacio legislativo, o eso es lo que dijo el presidente a los ciudadanos en repetidos mensajes en la televisión nacional”. (The Nation. 25/8/06).
En estas circunstancias, es necesario evitar caer en provocaciones. Pero una cosa es aconsejar a las masas que eviten la violencia sin sentido y enfrentamientos desordenados con la policía y el ejército, que sólo darían a las autoridades una excusa para iniciar una campaña de represión sangrienta. Pero otra, bastante diferente, es crear ilusiones en que el estado burgués puede ser derrotado sólo por la resistencia pasiva. El movimiento debe dar pasos para defenderse. Los elementos de resistencia popular ya existen en forma embrionaria. Es necesario comenzar preparativos sistemáticos y serios para una milicia popular, dispuesta y capaz de defender los campamentos y proteger las manifestaciones contra las provocaciones armadas.
En el centro de toda la ecuación está el comportamiento del ejército. En última instancia, el resultado de la lucha estará determinado por esta cuestión. El ejército consiste en jóvenes trabajadores y campesinos de uniforme. ¿Permitirán que se les utilice por el estado de los empresarios para aplastar al pueblo?
Ambas partes han apelado al ejército. En un discurso grabado anteriormente a la nación la noche de su confirmación, Calderón aprovechó para alabar al ejército mexicano como una de las instituciones más apreciadas de la nación. Se está preparando claramente para utilizar el ejército para echar a los decenas de miles de manifestantes que están acampados en la capital. Por su parte, López Obrador ha menudo ha llamado a los generales para que no permitan que se utilice el ejército en un enfrentamiento político contra su pueblo. ¿Este llamamiento encontrará eco o no? Esa es la cuestión.
En cualquier ejército hay diferentes capas. Hay una capa de elementos atrasados y desclasados, una minoría de gamberros y fascistas potenciales, dispuestos a cualquier acto de barbarie. En el otro lado del espectro hay una minoría de soldados que son revolucionarios en potencia o reales. Los primeros estarían preparados para disparar contra los civiles desarmados. Pero la mayoría de los soldados corrientes estarían horrorizados ante tal perspectiva. Simpatizan con el movimiento de masas y estarían dispuestos a pasarse al lado de la revolución. Pero para que esto ocurra, es necesario que vean que las masas están decididas a recorrer todo el camino.
La policía siempre es más atrasada que el ejército, aunque incluso en la policía hay diferentes capas. Han atacado a manifestantes y golpeado a gente despiadadamente, han disparado bombas lacrimógenas y golpeado a manifestantes desarmados con sus porras. Los diputados del PRD han sido asaltados. La policía ha desplegado tanques de agua en las calles que rodean el edificio del congreso y cientos de policías patrullan las calles de la capital. En Oaxaca la policía y las fuerzas paramilitares a su servicio se han comportado con incluso mayor violencia.
Los marxistas no defienden la violencia. Estamos de acuerdo en que la transferencia pacífica del poder a la clase obrera sería altamente deseable. Pero también hemos estudiado la historia y aprendido unas cuantas lecciones. La lección principal que nos enseña la historia de la lucha de clases es: que ninguna clase privilegiada entrega jamás su poder y privilegios sin luchar. La clase dominante debe ser desarmada. Esa es la única manera de evitar la violencia y el baño de sangre. Pero eso sólo es posible a condición de que las masas estén armadas y movilizadas para la transformación revolucionaria de la sociedad.
Las lecciones de Oaxaca
El movimiento maravilloso de las masas de Oaxaca representa una amenaza directa a la clase dominante. Pero las autoridades no se atrevieron a iniciar un ataque directo como hicieron el 14 de junio. Cualquier intento de aplastar la insurrección popular por la fuerza llevaría a una total explosión. En su lugar, recurrieron a operaciones clandestinas selectivas contratando asesinos y bandas policiales. Un artículo titulado por Diego Enrique Osorno explica cómo el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, está organizando bandas armadas para aplastar el movimiento.
“Además de los hombres armados, tropas de la Policía Ministerial Estatal, la Policía Preventiva Federal y la policía municipal están todas participando en llevar a cabo una ‘Operación de Limpieza’. Un desertor del ejército mexicano que lleva el nombre de Aristeo López Martínez está trabajando en una oficinal municipal, uno de los principales participantes de esta operación inspirada por el manual de ‘Operaciones Psicológicas en Guerra de Guerrillas’ escrito por la CIA en los años ochenta para los ‘contras’ nicaragüenses en su guerra contra el gobierno democrático de ese país.
“En dos reuniones con otros oficiales de la policía, López Martínez ha invocado este documento contrainsurgente, que mantiene que el campo de batalla son ‘las mentes de la población’, tanto del enemigo como de ‘nuestras tropas’.
“El manual está lleno de actos mayoritariamente ilegales de temeridad. Entre las tácticas recomendadas está la práctica de asesinatos colectivos mediante la contratación de criminales, la infiltración de la insurgencia con el objetivo de sabotear a los otros”. (The Narco News Bulletin. 28/8/06).
Estas bandas armadas ya han cometido actos de asesinato y sabotaje. Frente a la violencia organizada del estado, la población tiene el derecho a defenderse. En Oaxaca, la APPO ha formado una ‘policía de profesores’ que ha evolucionado en una fuerza de autodefensa altamente disciplinada, eficiente y controlada popularmente, capaz de pasar a la ofensiva si es necesario. ¡Esa es la forma de proceder!
La situación en Oaxaca no es única: los mismos problemas básicos existen en cada estado de México. Movimientos insurreccionales similares estallarán inevitablemente en otras zonas del país. El ejemplo de la milicia obrera de Oaxaca debería copiarse, desarrollar y extender a todas las otras zonas. La milicia popular debería estar organizada en líneas democráticas y estrechamente vinculada a los centros de trabajo, zonas locales, sindicatos, grupos locales del PRD y otras organizaciones populares. (...)
La formación de una milicia popular vinculada a las asambleas populares y otros órganos de democracia revolucionaria es una cuestión urgente. La necesidad defender los campos y manifestaciones surge del propio movimiento, y sólo está justificado como una parte integral del movimiento revolucionario de masas.
Extensión de las asambleas populares
La cuestión decisiva es el establecimiento de órganos de poder revolucionario (“soviets”) en cada estado. El movimiento por el establecimiento de asambleas populares está extendiéndose rápidamente por todo México. El viernes de 1 de septiembre, la quinta marcha de Oaxaca convocada por la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca congregó a más de 300.000 personas según calculaba Las Noticias. La multitud cruzó el centro de la ciudad y acabó la marcha derribando las efigies del gobernador en el zócalo. Una colgada boca debajo de una bolsa de basura.
Desde el estrado en el Zócalo el líder de la sección 22 del sindicato de profesores, Enrique Rueda Pacheco, utilizó la famosa consigna del Che Guevara: “Hasta la victoria siempre”, para afirmar que Oaxaca lucharía hasta la victoria. Más significativo aún cuando dijo que lucharán en la arena nacional por un gobierno del pueblo.
“Tenemos un movimiento nacional”, dijo. “Defendemos la unidad nacional, incluido el PRD (Partido de la Revolución Democrática), los zapatistas y toda la nación”. Pero dejó claro que la APPO no tenía lazos con grupos armaos: “No tenemos lazos, ni relaciones ni coordinación con ninguna organización guerrillera armada… respetamos todas las formas de lucha, la gente participa en sus propias formas”.
También estaban presentes personas de Michaoacán que participarán en su tercera Asamblea Popular el 9 de septiembre, y según Rueda, están dispuestas a la lucha nacional. La misma idea de una lucha estatal encontró eco en otros oradores, incluido el dirigente de la Federación de Sindicatos y Organizaciones Democráticas de Oaxaca (FSODO). (...)
¡El movimiento no ha terminado!
Lenin dijo hace tiempo que hay cuatro condiciones para una situación revolucionaria: 1) la clase dominante debe estar dividida y en crisis, 2) l clase media debería estar vacilante entre la burguesía y la clase obrera, 3) las masas deberían estar preparadas para luchar y hacer los mayores sacrificios para tomar el poder y 4) un partido y dirección revolucionaria que estén preparados para dirigir a la clase obrera hacia la conquista del poder. En México en el momento actual están presentes todos estos factores excepto el último.
La proclamación de Calderón como presidente de México no es el final de la historia, sino que lleva al movimiento revolucionaria a una nueva etapa. Las clases contrarias se dirigen hacia un momento decisivo. Así lo entienden también los estrategas del imperialismo. El periódico Los Angeles Times (3/9/069) citaba a Armand Peschard-Sverdrup, un experto mexicano del Centro de Estudios Internacional y Estratégicos de Washington:
“La pregunta es: ¿está México al borde de una crisis política? Y después del viernes se podría decir que ha entrado en esa esfera. No parece existir voluntad de negociación ni compromiso… Es como dos trenes que se encaminan a chocar frontalmente”.
El mandato de Fox acaba el 1 de diciembre. Hasta entonces el torbellino de agitación continuará, con alzas y bajas. El resultado final es imposible de predecir con certeza. En el período inmediato hay muchos puntos inflamables. El 15 de septiembre, la víspera del Día de la Independencia de México, el presidente Fox pretende pronunciar el tradicional grito de “¡Viva México!” desde el balcón presidencial que mira al Zócalo. Los seguidores de AMLO han jurado no abandonar la plaza y proclamar su propio grito a la nación ese día.
Otro punto de indignación será el 16 de septiembre, cuando se celebre el importante desfile militar destinado a conmemorar el 196 aniversario de la liberación de México de España. López Obrador ha convocado a un millón de delegados de todo el país para converger en el Zócalo ese día para celebrar una “Convención Nacional Democrática” que se espera declare un “gobierno de resistencia”.
Calderón probablemente combine la represión con los sobornos para comprar a dirigentes del PRD. El fiscal general de Fox, Carlos Abascal, ya ha avisado a López Obrador que si forma un gobierno paralelo, podría ser acusado de usurpación de poderes, un crimen que conlleva una larga pena de prisión. El PRD está siendo amenazado con la pérdida de su registro electoral por impedir que Fox pronunciara el discurso sobre el Estado de la Unión. Pero, como en el pasado, estas amenazas sólo consiguen enfurecer aún más a las masas e incrementar el apoyo al PRD y a AMLO.
Es posible que la elite gobernante mexicana decida sacar a López Obrador de escena por medios más permanentes si éste se niega a hacerlo. Junto con el fraude electoral y la corrupción, el asesinato es un arma tradicional en el arsenal de la clase dominante mexicana, como ocurrió con Emiliano Zapata y Francisco Madero.
Ocurra lo que ocurra, México ya no volverá a ser igual. Si el PAN se aferra al poder, el gobierno será muy inestable. Estará sacudido por crisis y divisiones, y probablemente no pueda terminar su mandato. La sociedad mexicana está profundamente dividida en líneas de clase. La polarización continuará aumentando, creando grandes posibilidades para la corriente marxista.
Doble poder
En su favor, López Obrador se ha mantenido firme y ha defendido la creación de un gobierno paralelo. Pero no ha dicho precisamente cómo se crearía este gobierno. En el pasado él ha dicho que sus seguidores continuarían la corriente de protestas callejeras durante años si era necesario.
“Lo que podemos decir con toda certeza es que estamos dispuestos a resistir el tiempo necesario. ¡Podemos estar aquí años si la situación así lo requiere!” Pero esto no es posible. Es esencial que el movimiento de masas avance continuamente, que conquiste una posición tras otra. Una revolución que no pasa a la ofensiva está condenada. Es por tanto necesario elaborar una estrategia que defina claramente los objetivos en cada etapa y que cada paso sea en la dirección de tomar el poder.
Pero por su propia naturaleza una situación de doble poder no puede durar mucho tiempo. Tarde o temprano la contradicción debe resolverse, de una forma u otra. Ya sea que los trabajadores y campesinos derroquen el viejo poder y tomen el poder en sus manos, o puede terminar con que el viejo poder se restablezca y liquide los órganos embrionarios de poder obrera. No hay una tercera vía posible.
La clase dominante mexicana está dividida y en crisis, pero todavía tiene en sus manos el aparato del estado y todas las demás palancas de poder. Las masas están en las calles y están creando las formas embrionarias de un nuevo poder estatal. El viejo orden se tambalea, pero es niega a morir. El nuevo orden lucha por nacer. Esa es la esencia de la situación. Para resolver esta contradicción, es necesaria una dirección determinada y previsora. Pero eso es lo que está ausente.
Algunos de los estrategas del capital probablemente preferirían entregar el poder a López Obrador, para que las masas aprendan la dura lección de la escuela del reformismo. Pero la mayoría ha decidido atrincherarse. Temen que López Obrador no sea capaz de controlar a las masas y que un gobierno del PRD esté bajo la presión de ir más allá de lo que pretendía inicialmente. La paralización de la sociedad mexicana durante unos meses es un inconveniente para ellos. Pero también es un problema para las masas. Los trabajadores y sus familias deben comer. La sociedad no puede existir en estado de parálisis permanente. Tarde o temprano, se debe resolver la contradicción central.
Por ahora López Obrador ha optado por mantener la lucha. Sin embargo, sufre una inmensa presión. Carentes de una perspectiva revolucionaria, los dirigentes de la pequeña burguesía del PRD inevitablemente tenderán a dudar, vacilar y llegar a un acuerdo con el enemigo.
Desgraciadamente, hay indicaciones de que un sector de los dirigentes del PRD está comenzando a asustarse del movimiento de masas que ellos han conjurado, como el aprendiz de brujo de la famosa obra de Goethe. Han desatado unas fuerzas que no pueden controlar. Un sector de los dirigentes más corruptos finalmente se unirá a Calderón. Esto provocará una crisis en el PRD. La base exigirá la expulsión de los elementos burgueses de la dirección. ¡Es el momento de purgar el PRD de elementos ajenos: burócratas corruptos e infiltrados burgueses del PRI!
López Obrador desea utilizar a las masas para presionar a la burguesía y que haga concesiones. Ese es el verdadero significado de la “desobediencia civil pasiva”. El movimiento de masas está haciendo imposible el funcionamiento normal de la sociedad. Espera que la clase dominante se asuste y le de lo que quiere. Pero esto es un error de cálculo.
Según pase el tiempo sin un resultado claro, el cansancio y el desencanto aparecerán. Si no hay una solución clara, el movimiento finalmente amainará y la burguesía volverá a tomar el control. Habrá un sentimiento general de desencanto y el movimiento de masas de nuevo sufrirá un reflujo, al menos durante un tiempo. Sin embargo, sobre bases capitalistas no hay solución posible para los trabajadores y campesinos de México. Habrá nuevas crisis, huelgas e insurrecciones. Mientras tanto, es necesario construir una corriente marxista revolucionaria en el PRD, los sindicatos y la juventud.

Aguilar prefiere criticar a medios que a Gamboa

Aguilar prefiere criticar a medios que a Gamboa
Más allá de la "condena" que pueda merecer el contenido de la conversación entre el coordinador de la bancada priísta en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, y el empresario Kamel Nacif, el vocero de la Presidencia, Rubén Aguilar, consideró necesario censurar a los medios de comunicación.
"No es posible que los medios estén dando lugar y se presten como caja de resonancia a esas disputas y estén incluso siendo utilizados por estos actores políticos", abundó.
Grabar las conversaciones privadas es un acto ilegal, apuntó, y "no es posible que en este país se esté espiando y se estén violentando las leyes".
Añadió que si los medios quieren prestarse "a ese juego" de los políticos, "está en su derecho y en su ética" hacerlo, pues para eso tienen garantizada su libertad de expresión. Lo demás "es decisión de los medios".
No fue sin embargo el único punto en el cual consideró necesario enderezar una filípica. En su conferencia de prensa de ayer encomió un artículo publicado en The Wall Street Journal sobre la economía mexicana, en el cual la gestión del presidente Vicente Fox es calificada de "impresionante".
Ante ello, la conclusión de Aguilar Valenzuela fue: "a veces creo que, por estar inmersos en estos problemas de carácter coyuntural, perdemos distancia sobre ciertas realidades del país, y a veces gente que está más lejos tiene mejor óptica para observar lo que está sucediendo" en México.
Rosa Elvira Vargas

Crea coalición Frente Amplio Progresista

Convocará a grupos campesinos, laborales y civiles
Crea coalición Frente Amplio Progresista
Actuará en conjunto con la convención democrática
ANDREA BECERRIL Y ENRIQUE MENDEZ
Con el propósito de dar continuidad a la alianza electoral que les permitió ganar 35 por ciento de la votación nacional, los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia formalizaron ayer la constitución del Frente Amplio Progresista (FAP), que tendrá vigencia, prorrogable, de tres años y actuará "en acción común" con la convención nacional democrática que se instalará mañana en el Zócalo.
Dante Delgado, senador de Convergencia, afirmó que el FAP se constituirá en términos de los artículos 56 y 57 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), los cuales señalan que los partidos políticos "podrán constituir frentes para alcanzar objetivos políticos y sociales comunes". Explicó que para formalizar el frente deberán suscribir un convenio que incluya duración, causas y propósitos, así como la forma en que ejercerán en común sus prerrogativas.
El Cofipe indica que dicho convenio deberá presentarse al Instituto Federal Electoral, organismo que en un plazo de 10 días hábiles, a partir de que reciba la solicitud, debe resolver si cumple los requisitos legales. Los partidos, acota la legislación electoral, conservarán su personalidad jurídica, registro e identidad.
Retoman lema de campaña
Al dar a conocer la constitución del FAP, Delgado afirmó que éste retomará el lema de campaña "Por el bien de todos, primero los pobres", estará coordinado por una comisión ejecutiva y una comisión política nacional, integradas por las dirigencias de los tres partidos, los coordinadores parlamentarios y un representante de los gobiernos de los estados, alcaldías y congresos locales, y por unanimidad se decidió incluir a Ifigenia Martínez, Manuel Camacho Solís y Jesús Ortega Martínez.
Hoy se dará a conocer quiénes serán los representantes de los congresos, de los ayuntamientos y los gobiernos estatales.
A su vez, Ortega dijo que ya se redactó un reglamento del frente, al que también serán convocados representantes de organizaciones campesinas y obreras, de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, académicos, analistas e investigadores.
"Este frente político está llamado a hacer historia", dijo Alberto Anaya, dirigente del PT.
Por su parte, Leonel Cota Montaño, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, explicó que el frente tendrá como base los tres partidos de la coalición Por el Bien de Todos -que terminó el 6 de septiembre, cuando concluyó la etapa electoral- "y en esa línea determinamos hacer esfuerzos comunes para conjuntar un polo amplio que nos permita participar de manera activa en la vida política".
Explicó que este esfuerzo se fundamenta en el éxito de la coalición, que obtuvo resultados óptimos, "y en esa perspectiva buscamos ampliar nuestra presencia. El PRD tiene plena disposición de participar con el PT y Convergencia en el proceso electoral" de 2007.
Jesús Ortega ofreció más detalles de los alcances del FAP y su antecedente, la coalición. Como nunca, dijo, la alianza entre los tres partidos permitió obtener "los mejores resultados" electorales.
"Vamos, en el contexto de las acciones por la restauración de la República democrática y la recuperación del orden constitucional, a continuar de manera más intensa y decidida la lucha política democrática. Este agravio a la nación (el fraude) lo vamos a enfrentar de manera pacífica", afirmó.
Además, expuso, el frente emprenderá una intensa lucha para aprobar reformas profundas a la Constitución "que logren las transformaciones en los dos ejes que motivan nuestro movimiento".
Trabajo en tres direcciones
Asimismo, Dante Delgado, quien habló en representación de la dirigencia nacional de Convergencia, explicó que los partidos que integran el FAP trabajarán en tres direcciones: como frente de coincidencias para abanderar, en el Congreso de la Unión, la plataforma y el programa de gobierno de la coalición; definir las bases para llevar adelante la construcción de coaliciones regionales, y un ejercicio de convocatoria incluyente, para que se sumen organizaciones y personalidades políticas y sociales.
"Vamos a trabajar para darle cauce a este país. Se trata de generar un amplio movimiento de la sociedad", declaró.
Por su parte, Alberto Anaya, del PT, calificó de trascendental la convocatoria para crear el frente, que "está llamado a hacer historia por la coyuntura y objetivos de los tres partidos políticos, articulados con otras fuerzas sociales, que participan en la etapa de transición".
El Frente Amplio Progresista, agregó, estará dirigido a trabajar conjuntamente en aspectos políticos y sociales. Resaltó el hecho de que se manejará en el marco de la legalidad, con fundamento en la Constitución, el Cofipe y los estatutos de cada una de las fuerzas políticas que lo conforman.

Una panista en el plantón

No quiero ni decir el nombre de Felipe Calderón de tanto que me duele
Una panista en el plantón
Si don Manuel Gómez Morín viera lo que es ahora el PAN, se sentaría a llorar
ELENA PONIATOWSKA
María de la Luz Mendoza de Chapela tiene 87 años, 11 hijos y 25 nietos que le parecen pocos porque si cada uno de sus hijos tuviera 3 serían 33, el número ideal. ("Son mi tesoro. Claro que me sé el nombre de los 25 nietos si cada uno es cada uno, ¿cómo no los voy a reconocer si son muy diferentes").
Vive en el campamento de Querétaro en el Zócalo desde el 30 de julio. "Tengo aquí lo mismo que tiene Andrés Manuel porque cuando él preguntó: ¿Nos quedamos?, yo respondí: 'Pues me quedo'. Es la ventaja de ser viejo, ya todos mis hijos se casaron y puedo disponer de mi tiempo. Cuando tengo que ir a mi casa, tomo el Metro, es muy cómodo".
Con su pelo blanco, su bastón y su dinamismo, todos en el campamento quieren a Luchita como llaman a María de la Luz. Le va bien llamarse Luz porque es luminosa y alegre. Su sonrisa es muy bella, dan ganas de comérsela. "Yo a usted me la como, doña Luchita, me la como" y ella se ríe con una risa muy joven, tan joven como su voz. Va de un lado a otro sin quejarse jamás y sin pedir que le den atención especial. Al contrario, cuando le dije que no se mojara, me respondió que ella florecía con el agua como las plantas, porque tiene un pedacito de tierra (media hectárea) cerca de Querétaro, en el pueblo de Guadalupe, y decidió que esa tierra iba a producir para los más pobres. Siembra maíz y frutales y procura que el pueblo los siembre también. "Ese pedazo de tierra es para los queretanos. Por eso estoy en el campamento de Querétaro".
Gonzalo Chapela, el inventor del himno de Acción Nacional
--Mi marido era Gonzalo Chapela, por eso es que aquí me dicen Chapela, porque antes la mujer llevaba con mucho gusto el nombre de su esposo. Mi esposo fue fundador del PAN y compuso el himno nacional del PAN y yo no quiero que lo canten porque siento que lo ensucian. Estoy aquí con AMLO porque el PAN se murió hace mucho. Yo pertenecí al PAN de Gómez Morín, al de González Luna; a Gómez Morín lo conocí cuando era novia de Gonzalo y lo veíamos con frecuencia. El fue padrino de uno de mis hijos. Gonzalo Chapela era de Michoacán como yo y Luis Calderón Vega, el padre de Felipe Calderón: era muy amigo de mi marido. Pertenecía al grupo de muchachos que se juntaban en su casa en Morelia a hablar de política. No quiero ni decir el nombre de Felipe Calderón de tanto que me duele. En esas reuniones pretendíamos rescatar al país. Nos venimos a México y nos reuníamos en un edificio cercano al despacho de don Manuel Gómez Morín porque el nos citaba y queríamos escucharlo. Gómez Morín empezó Acción Nacional que en aquel tiempo fue un partido limpio, con ideales, sin deseos de beneficio personal. ¡Y vamos viendo lo que es ahora! Don Manuel se sentaría a llorar. Por eso digo que Acción Nacional no existe.
"Conocí a Andrés Manuel López Obrador cuando hizo su campaña para jefe de gobierno del Distrito Federal. Yo vivo en Chimalcoyoc en la carretera a Cuernavaca y allá fue él y como es un pueblo chico nos reunimos pocos y lo vi muy de cerca, tan cerca como estamos ahorita aquí usted y yo. Me pareció un hombre auténtico, sin deseos de medrar o de que las cosas sirvan para él. Por eso estoy aquí en el plantón."
Luchita guisa, barre, pone en orden el campamento.
"Ahorita vengo, voy a recoger". Lee y platica con los visitantes. Escucha a Andrés Manuel a las siete y asiste todas las noches a las reuniones en las que explican qué es una convención y como va a funcionar. "Ya fuimos a la carpa de Zacatecas, anoche fue en la de Puebla, hoy creo que es en Michoacán. Quiero ser un elemento realmente útil para la convención nacional democrática".
Luchita es madre de un investigador excepcional que denunció que en México estaba sembrándose maíz transgénico, José Ignacio Chapela, graduado de la Universidad de Berkeley, California, que le dio todo su apoyo.
"Hoy es el primer día en que empezamos a rescatar a nuestra patria de esas manos sucias que la tienen hecha un jirón. Ya no hay casi nada mexicano, aquí vivimos como si fuéramos Estados Unidos, hasta las palabras que decimos son gringas: tan bonito que es nuestro idioma y no sólo el idioma, todo lo que somos los mexicanos. Nuestra patria es nuestra madre y yo estoy protegiendo a mi madre. Aquí en el plantón quisiera ver a más jóvenes, los de la Universidad Nacional, los del Poli y los de las prepas. Los muchachos, cuando se entusiasman, pesan mucho y siento que ha faltado su presencia. Espero que de aquí en adelante lleguen. Yo he visto que la dirigencia del movimiento es una dirigencia muy capaz, muy inteligente y muy mesurada. Andrés Manuel es un ser privilegiado. Yo lo quiero con toda mi alma, pero eso no quita que yo vea sus defectos porque es natural, es humano, ¿no?"
Llevé a Luchita a ver a Andrés Manuel detrás del templete. Empezó a llover y ella me dijo: "Mejor otro día. No, lo que sea que suene". Cuando Andrés Manuel salió de su tienda de campaña para subir al templete lo llamé. "Mira, tiene 87 años y 40 días de plantón". A pesar de que tenía prisa Andrés Manuel besó a Luchita en la cara y luego tomó sus dos manos y las besó.
La llevé de regreso a la carpa de Querétaro. "Ya ni la lluvia siento" -me dijo ella con su irresistible sonrisa

Baja California en la CND

Jaime Martínez Veloz
Baja California en la CND
El espacio que no se produjo en medio de las campañas electorales lo brindó la convocatoria a la convención nacional democrática. Viejos y nuevos cuadros de la izquierda de la frontera norte y de la sociedad civil se entrelazaron en un arduo debate sobre el futuro de nuestro país y sobre la necesaria y urgente transformación justa y digna de la sociedad mexicana.
Largos y sustantivos debates se produjeron en cada uno de los municipios que conforman la geografía bajacaliforniana, que estará representada por un contingente de más de 500 delegados, que pudieron tener a su alcance alguna forma de allegarse sus propios recursos para sus traslados, electos o autopropuestos en las asambleas municipales, distritales o sectoriales que se produjeron en este lugar desde donde empieza la patria.
El debate sobre el rumbo de las futuras acciones del movimiento de resistencia civil se produjo con el mayor de los respetos y la mejor de las voluntades. Distintas conclusiones se tomaron en cada asamblea, pero todas ellas en el mismo rumbo, para fortalecer la resistencia civil pacífica en contra del fraude electoral.
De los elementos de las acciones programáticas discutidas se pueden destacar los siguientes:
Un país que garantice la tranquilidad y la seguridad pública, en el que no haya impunidad para nadie que violente las leyes, y todas las instancias que intervienen en la prevención, detención, juicio y reclusión de delincuentes, sean federales, estatales o municipales, se coordinen debidamente, compartan información y bases de datos y tomen medidas de fondo para combatir a la delincuencia común y a la delincuencia organizada.
Queremos un México donde el Ejército nunca más se utilice para resolver conflictos de origen social ni reprima demandas de libertad y de justicia. Queremos una sociedad en la que haya paz permanente y los grupos armados no tengan razón de ser, porque no existan ya las causas de su lucha. Un país que esté prevenido ante los desastres naturales y les dé pronta y efectiva respuesta cuando ocurran.
En el que el presidente sea un factor de unidad nacional, un jefe de Estado, no un líder del partido que lo llevó al poder; y esté sujeto a la revocación o confirmación de mandato a la mitad de su periodo.
Un México en el que los representantes populares se interesen realmente por la gente, sean su vanguardia y voz viva, y tengan la capacidad de lograr los acuerdos y las leyes que necesita este país para modernizarse y avanzar en forma acorde a las necesidades de nuestro tiempo. En el que el problema no sea el poder, sino que éste sirva para resolver problemas. En el que la relación del Ejecutivo con el Legislativo sea de respeto a la autonomía de éste y logren encontrarse formas de diálogo y acuerdos para los cambios fundamentales que el país requiere. En el que se reforme profundamente el Poder Judicial para transparentar la imparcialidad e independencia de sus decisiones.
Impulsamos un país en el que la política sirva a los intereses del pueblo, y sea revalorada como instrumento para llegar a acuerdos que a todos favorezcan, que privilegie las coincidencias y minimice las diferencias en aras del bien de la nación; que sea también sinónimo de democracia, y el clientelismo político sea desterrado de las prácticas electorales; en el que la gente recupere la confianza en sí misma y en sus instituciones, y las precampañas y campañas políticas se encuentren reguladas y con topes de gasto bien definido y verificable. En el que no se fragüen negocios al amparo del poder gracias al tráfico de influencias.
México debe ser una nación con una política exterior prudente, que rectifique el rumbo, con una clara agenda internacional que, tutelando nuestra soberanía, retome los principios fundamentales de autodeterminación, no intervención, igualdad jurídica de los estados, cooperación entre los pueblos y lucha por la paz, que le dieron prestigio y autoridad moral en todo el mundo. Con una buena política exterior basada en la buena política interior.
En esta visión de país cabemos todos, porque todos somos y formamos parte de México, sin importar nuestra raza, sexo, edad, cultura, posición económica, preferencias políticas o credo religioso. Caben el norte, el sur, oriente, occidente y el centro de la patria. La costa, la montaña, la selva, el altiplano, la Huasteca y las demás regiones.
Es posible una sociedad diferente, fuerte, organizada y en crecimiento, que esté presente en la conducción de su propio destino. Que se exprese y defienda sus espacios de participación, se atreva a pensar en un nuevo proyecto de país y esté dispuesta a una gran movilización nacional para lograrlo.
Por eso luchamos. Que la gente sepa de viva voz lo que queremos. No somos un peligro para México y quien eso afirme miente para causar miedo. Pero el pueblo es valiente y ha aprendido la lección. Ya no lo espantan tan fácilmente y sabe distinguir quién defiende verdaderamente sus causas.
Invitamos a todos y todas, a la gente de bien, a personas y organizaciones que tienen esperanza de que la vida les cambie a su favor, a quienes quieren contribuir en la construcción de un México más justo, fraterno y solidario, a sumarse con plena convicción a esta gran causa nacional.
www.bajacaliforniarebelde.org
www.coahuilarebelde.org
www.loscaminosdechiapas.org

La refundación

Luis Javier Garrido
La refundación
El fraude en las elecciones presidenciales de 2006, lejos de abrir la vía para el continuismo de la ultraderecha en el poder, lo que ha logrado es por un lado fortalecer un movimiento social cada vez más amplio, dispuesto a defender por todos los medios los derechos fundamentales de los mexicanos y, por el otro, hacer inviable un hipotético gobierno calderonista.
1. El escenario del México actual es inédito, porque por vez primera en nuestra historia reciente ante una tentativa brutal del gobierno de confiscarle al pueblo sus derechos políticos, éste está respondiendo de manera serena y pacífica, pero con una voluntad indeclinable, para hacerlos valer, y ello con el gobernante que eligió y que fue Andrés Manuel López Obrador. Y, al mismo tiempo, para impedir y obstaculizar las acciones de un gobierno de facto que pretende encabezar el neoliberal y ultraderechista Felipe Calderón para seguir desmantelando la nación y expoliando a los mexicanos.
2. El gobierno de Vicente Fox termina en medio de un descrédito descomunal por su fracaso histórico para enfrentar los problemas del país y por sus políticas sectarias que dividieron a los mexicanos y dejaron en ruinas al Estado, pero sobre todo por el principal legado histórico que deja al traicionar a la democracia, atentar contra los derechos políticos del pueblo e imponer el fraude con todas sus secuelas. Fox no pudo leer el día primero su sexto Informe ante el Congreso, ni podrá dar hoy por última vez de manera tradicional el Grito de Independencia y tendrá que esconderse como rata lo que resta del sexenio para evitar la ira popular, mientras que a Felipe Calderón, su presunto heredero, no le queda más que seguir día tras día a salto de mata a fin de evitar a la gente que lo repudia.
3. La preocupación de diversos sectores de la derecha ante la crítica situación no viene del desastre institucional en el que Fox deja al país, ni de que éste haya ahondado hasta límites inimaginables la miseria de la mayoría de los mexicanos, de que le haya cancelado derechos sociales básicos al pueblo o de que haya entregado recursos fundamentales de la nación a intereses del extranjero y el control de áreas estratégicas a Washington. La preocupación de esos grupos es por la insignificancia de Felipe Calderón, quien se convirtió en su heredero por una serie de circunstancias fortuitas, y que hoy aparece como un individuo incompetente para asumir el cargo, violento e intransigente, carente de ética y de principios, y entrampado en una serie de compromisos inconfesables con las mafias políticas que le ayudaron a encumbrarse por la vía del fraude electoral y que ya le están pasando la factura: desde Fox, Carlos Salinas de Gortari y la gente de El Yunque, hasta los operadores de Elba Esther Gordillo, tecnócratas salinistas y zedillistas y priístas de la más baja ralea, como los gobernadores de Puebla y Oaxaca.
4. La paradoja de lo que acontece es que los panistas y los yunquistas pretenden haber triunfado, pero nadie de ellos lo cree, pues saben bien cómo fue que el gobierno de Fox impuso el fraude para despojar a Andrés Manuel López Obrador de la Presidencia de la República, que había ganado legal y legítimamente; de ahí el escenario de desazón que tienen los aparentes "ganadores", que no lo fueron, sobre todo porque es notoria la falta de apoyo a Calderón y a lo que pretende representar, como lo demostró el fracaso de la movilización panista-yunquista del domingo 10.
5. El escenario actual de México es inédito y por eso ha requerido de una respuesta inédita, y ella está siendo la convención nacional democrática, a la que convocara López Obrador para refundar a la República a partir del 16 de septiembre, impulsando las políticas que los mexicanos requieren e impidiendo que Fox y un posible gobierno de facto prosigan actuando en nombre de una minoría y despojando al pueblo de sus derechos básicos.
6. La reacción oficial ante el hecho de que lejos de decrecer la oposición nacional al fraude ha ido aumentando ha sido muy similar a la que tuvo a lo largo de todo el proceso electoral: negar la realidad de los hechos con la manipulación de los medios masivos de comunicación, denostar al movimiento y buscar su división. Y así lo ha hecho lo mismo ante el crecimiento del movimiento de resistencia civil, la fortaleza de los campamentos de Reforma, Juárez, Madero y el Zócalo, o el éxito en los preparativos de la convención, a la que integrarán en sus inicios más de un millón de mexicanos.
7. El escenario actual del país es inédito porque existe un movimiento social sin precedente que está dispuesto a recuperar sus derechos y a cambiar el estado de cosas en el país, y porque hay un dirigente político que es Andrés Manuel López Obrador, que no va a claudicar y que asumirá con toda dignidad la responsabilidad que le reconozca la convención.
8. Los esfuerzos que han llevado a cabo Fox y su gobierno con todo el peso del Estado para destruir a la oposición democrática y acallar la inconformidad creciente ante el fraude han fracasado de manera contundente, lo mismo al tratar de aislar a López Obrador que al buscar desintegrar a la coalición Por el Bien de Todos o dividir al PRD y a sus grupos parlamentarios. La carta fuerte de Fox y Calderón para crear un frente anti López Obrador "de izquierda" no ha dejado de ser el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, a quien Fox diera un cargo en la Secretaría de Gobernación como coordinador de los festejos tanto del bicentenario del inicio de la Independencia como del centenario del comienzo de la Revolución Mexicana, pero la credibilidad de éste se halla muy mermada, tanto por su negativa a apoyar a López Obrador en 2004 ante los intentos de Fox por inhabilitarlo como por su oposición a él durante la campaña electoral de 2006, así como por su negativa a oponerse al fraude, de tal suerte que su fuerza política es de hecho inexistente.
9. La carta pública de Cuauhtémoc Cárdenas contra Elena Poniatowska, que éste hiciera publicar en inserción pagada a doble plana en Milenio Diario el jueves 14, molesto por las afirmaciones hechas por la escritora el día 9 en Durango, diciendo que él no había apoyado a López Obrador "por envidia", no ha logrado concitarle respaldo alguno más que de la gente del régimen, porque en ella aprovecha una vez más para lanzarse contra López Obrador y contra la convención con los mismos argumentos de Televisa, y sobre todo porque pretende ignorar la gravedad de lo que acontece.
10. El país está viviendo un momento de quiebre histórico y el error de muchos es no reconocer la trascendencia del cambio que se está impulsando desde abajo, queriendo ignorar que las largas luchas del pueblo mexicano suelen culminar de tiempo en tiempo como ahora, en que el fraude ha sido un detonador que está acelerando un proceso social que puede conducir a una nueva fase de la historia mexicana.

Lecciones cubanas

Gabriela Rodríguez
Lecciones cubanas
En plenos preparativos de la convención nacional democrática, la vida me trajo por unos días a recorrer las calles de La Habana, Cuba, este país que desde hace casi 50 años viene sosteniendo un modelo socialista que sigue siendo ejemplar para el mundo. Este pueblo como ninguno otro ha realizado enormes sacrificios para garantizar los derechos económicos y sociales; otros pueblos seguimos las reglas del neoliberalismo sin ver de frente las disparidades e injusticias que nos caracterizan. No dejo de ver lo más cuestionable de esta isleña sociedad, en cuanto a la falta de ejercicio de ciertos derechos civiles y políticos tan importantes como la libertad de expresión y de tránsito, grave, sin duda.
Uno pensaría que la enfermedad de Fidel Castro y la sustitución del cargo por su hermano Raúl sería el tema del momento entre los cubanos, como lo ha sido en las semanas recientes en la prensa internacional, pero no, no lo es. La primera sorpresa para una transeúnte mexicana como yo, visitando este territorio por segunda vez desde hace 20 años, es constatar que los iconos de la rebelión, las figuras de Fidel o del Che, tienen menos visibilidad en la actualidad y cobran mayor importancia las preocupaciones por el desarrollo del pueblo cubano y por la paz. La visita coincide con la importante celebración en esta capital tropical de la 14 cumbre del Movimiento de Países No Alineados y la inauguración de las jornadas internacionales por la liberación de los cinco héroes cubanos, cuyo delito fue monitorear planes terroristas que se realizaban desde Estados Unidos contra sus compatriotas.
Demasiados temas para abarcar en este limitado espacio, así que en relación con el primero sólo diré que el hecho de que 118 países se asuman como no alineados a ese mundo que era bipolar desde 1961, año de su fundación, y que hoy estén denunciando la unilateralidad que quiere imponer Estados Unidos desde 1989, cobra gran importancia en pleno siglo XXI. El énfasis por superar la pobreza de los pueblos, la importancia del diálogo multilateral y por fortalecer los caminos pacíficos, crean una atmósfera optimista que puede contrastar con ese siglo pasado que se caracterizó por guerras mundiales y profundización de las disparidades entre los pueblos.
El sueño de la paz es también el sueño entre los cubanos, de este pueblo que a pesar de haber iniciado su liberación con una revolución armada hoy prioriza su lucha contra las guerras y el terrorismo. Voy al tema de los cinco héroes cubanos. El gobierno de Estados Unidos no puede hablar de la guerra contra el terrorismo mientras permita la existencia de grupos terroristas de origen cubano-estadunidense radicados en Miami, y mantenga prisioneros a Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, cinco luchadores antiterroristas. Los cinco arriesgaron sus vidas monitoreando grupos terroristas del sur de Florida para alertar a Cuba y a la comunidad internacional sobre las acciones criminales que durante más de cuatro décadas han provocado guerra bacteriológica, ataque a objetivos económicos, penetración del espacio aéreo, secuestro de naves y embarcaciones, el estallido de un avión civil cubano en pleno vuelo donde perecieron 73 seres humanos, la muerte o invalidez de 5 mil personas, millonarias pérdidas materiales y centenares de atentados terroristas. El juicio celebrado en Miami que los condenó a severas y desmedidas penas de prisión estuvo plagado de irregularidades y violaciones a la propia Constitución de Estados Unidos. Por eso es tan importante que este martes México, por conducto de Bertha Zapata Vela, haya otorgado el Premio Internacional Benito Juárez a los cinco luchadores antiterroristas cubanos, que este 12 de septiembre cumplieron ocho años de injusta prisión en cárceles estadunidenses.
Ese acto me hizo sentir muy orgullosa de mi gente, de nuestra sociedad mexicana, que siempre se ha hermanado con los derechos humanos, y que pese al vergonzoso papel que han jugado los cancilleres panistas en las relaciones diplomáticas con Cuba, no deja de defender al pueblo cubano, aun cuando está librando una batalla interna tan importante contra la imposición de un presidente y el secuestro de nuestras instituciones electorales.
Interesante que México esté en primera plana del Granma y de Juventud Rebelde, no sólo por la solidaridad con los héroes cubanos, sino por la lucha electoral; particularmente los recientes actos de los legisladores del PRD se vienen narrando en estos periódicos de tan corta dimensión.
Los jóvenes llenan todas las calles de La Habana; como en el resto de América Latina hoy representan la mayoría demográfica. Casi todos tienen preparatoria y carreras técnicas y profesionales, aun los meseros y taxistas; el nivel educativo y nutricional definitivamente es mejor que el de nuestros jóvenes. No así sus expectativas de libertad: se quejan de falta de movimiento, les gustaría conocer otros mundos, eso sí que les es difícil. También se quejan del espacio en sus casas, adonde tienen que iniciar su vida conyugal junto con padres o suegros, no muy distante de lo que ocurre en nuestras comunidades urbanas y rurales. La falta de opciones es quizá la más obvia y hasta dolorosa diferencia respecto de nuestras sociedades; sólo comen pollo, pescado y puerco, además de moros y cristianos y algunas verduras y frutas.
Pero la cultura siempre se expresa. Yo diría que la importancia de la movilización pacífica y de la expresión cultural, además de la prioridad en la educación y la salud, son las más importantes lecciones a aprender de este pueblo ejemplar.
La más intensa expresión crítica de los jóvenes cubanos puede verse en el recientemente remodelado Museo de las Bellas Artes, cuya arquitectura está a la altura de los mejores del mundo. Me resulta claro cómo la cultura tiene gran prioridad para el gobierno de la isla. Es impresionante la colección de arte cubano, desde la Colonia y hasta nuestros días; un agasajo. Mi atención fue cautivada por los contemporáneos. Collages, esculturas con las figuras emblemáticas de los caudillos, pasajes coloridos y alegres de la Cuba de los años 60 y 70 cambian de tono según avanzamos cronológicamente. Vemos de pronto a un joven atado por un grupo de curas. No quiero ir al cielo, se titula. Luego tropiezo con una escultura de porcelana en tamaño natural; es el martirio de San Sebastián, obra realista con sus flechas sangrantes atravesando el pecho, rodeado por un conjunto de pequeñas palmeras, que se titula Sebastián en un país tropical.

La CND, los agravios, los caminos

Adolfo Gilly
La CND, los agravios, los caminos


1. El grotesco fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es la mejor confirmación del embrollo electoral. En dicho fallo el tribunal da suficientes razones para anular la elección. Pero no lo hace. Además, se mete a opinar sobre decisiones políticas que no le incumben. Por ejemplo, discute si López Obrador fue o no fue a un debate televisivo. Le faltó decir si le pareció o no que en el otro debate llevara corbata amarilla.
Con ese fallo, el tribunal se incineró en la fría hoguera del ridículo y terminó de confirmar que hubo fraude. Tal vez los jueces lo hicieron a propósito, para dejar sentado que en conciencia no estaban de acuerdo con la farsa que por orden superior representaron.
Anular la elección era lo sensato. Pero ya desde la feria de bufones del desafuero, desbaratada por la movilización popular, estaba claro que los poderes reales no iban a dejar pasar a López Obrador, a como diera lugar. Y así lo hicieron.
2. El primero y más antiguo de esos poderes, establecido en México desde el siglo XVI, es la jerarquía de la Iglesia católica. Al día siguiente del grotesco fallo, la Conferencia del Episcopado Mexicano le dio su bendición en un solemne desplegado (El Universal, 6 septiembre 2006, p.9): "Los obispos de México nos sumamos a los ciudadanos e instituciones que respaldan la actuación y el fallo que ha dado el tribunal electoral, y por tanto reconocemos la legalidad del nuevo presidente electo (...) Exhortamos a toda la ciudadanía a colaborar responsablemente con el próximo gobierno".
Muchos de aquellos que en el año 2000 creyeron estar votando a Vicente Fox para acabar con el PRI, no sabían que estaban votando el regreso al poder de la Iglesia católica y su jerarquía por primera vez desde Benito Juárez y la Constitución de 1857. ¿Creyeron acaso que esa jerarquía estaba dispuesta a abandonar ese poder por el cual se batieron cristeros, sinarquistas y sucesores?
El gobierno usurpador de Carlos Salinas abrió ese camino al derogar el artículo 130 constitucional. No necesito repetir quiénes fueron sus más cercanos colaboradores en esa empresa, hoy reciclados por el PRD.
Esta es la dimensión de la lucha presente en este país que se llama México: que no nos distraigan hablando de cualquier cosa para eludir esta nueva confrontación histórica entre liberales y conservadores, estos que hoy se dicen neoliberales.
3. Felipe Calderón recibió también las bendiciones, al día siguiente de la elección, de Bush y Rodríguez Zapatero, mandatarios de países con grandes inversiones en México, y de Televisa, que así pagó el voto unánime de los diputados del PRD en favor de la vergonzosa ley Televisa. Lo mismo hicieron los organismos empresariales. La Bolsa Mexicana de Valores, la Iglesia, la Casa Blanca y Televisa dieron su voto de calidad a Felipe Calderón.
Pero el PRD y sus aliados, en lugar de llamar a esos poderes por su nombre, siguen hablando de los ricos y los pobres, como en los tiempos de Pedro Infante, cuando cualquiera sabe que la primera condición de una pelea verdadera es identificar con precisión al adversario.
4. El 8 de julio pasado propuse en estas páginas que, si como era previsible, el tribunal electoral sancionaba el fraude y negaba el conteo, los electos del PRD (senadores, diputados, asambleístas, jefe de Gobierno y jefes delegacionales de la ciudad de México) declararan en suspenso la aceptación de sus cargos y abrieran así una crisis constitucional en todos los poderes electivos.
Preguntaba ese día: "¿Estarán dispuestos los electos del PRD y sus aliados a ponerse a la cabeza de la protesta popular y, como prenda, poner sus constancias de mayoría sobre la mesa? Es lo que nunca quisieron hacer, salvo alguna aislada excepción, los electos del FDN en 1988. ¿Están dispuestos los electos del 2006, con el respaldo de la indignación y también la amargura popular, a jugársela en serio?"
No, no lo estuvieron. Es cierto, han hecho muchos gestos y hasta tomaron la tribuna del Congreso, en un acto teatral tantas veces visto en todos los parlamentos desde el siglo XIX; ya en los tiempos de las caricaturas de Honoré Daumier (cuyo sarcasmo buena falta nos haría hoy). Pero arriesgar el puesto de a deveras, no, Dios no lo permita.
Van ahora a encabezar la convención nacional democrática (CND) y a apoyar un gobierno en rebeldía, mientras ellos permanecen en sus cargos en el Congreso del otro gobierno, el institucional. Debe de ser, dirán, una argucia táctica para confundir al enemigo. ¿Me permiten no tenerles confianza?
5. Los cuatro gobernadores del PRD (Baja California Sur, Guerrero, Michoacán y Zacatecas), al mismo tiempo que saludan la realización de la convención nacional democrática, apoyan expresamente la decisión de los legisladores de la coalición Por el Bien de Todos de asumir sus cargos y "no renunciar a ninguno de los espacios institucionales". Por su parte, mientras el dirigente de la coalición, Andrés Manuel López Obrador, manda al diablo a esas instituciones, los gobernadores insisten en que "no sería prudente abandonarlas", incluida la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), lo cual no les impide apoyar a la CND y a su gobierno en rebeldía. ¿Dónde está la congruencia?
6. Los gobernadores del PRD participan de la reunión plenaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores donde Felipe Calderón es recibido como presidente electo. Todos sabemos que en una crisis política del poder presidencial como la presente, siempre ha sido el poder real de los gobernadores el que llena el vacío. Por eso la importancia, hoy, de la Conago.
Pues bien, esa reunión aprobó un punto de acuerdo sobre Oaxaca. Ese acuerdo expresa el respaldo unánime al actual gobierno de Oaxaca, encabezado por Ulises Ruiz, y se pronuncia "contra todo propósito desestabilizador que por la vía directa pretenda lesionar el orden constitucional de un gobierno erigido en elecciones libres, directas, legales y democráticas" (La Jornada, 12 septiembre 2006, p.13). Este acuerdo fue firmado por los 32 gobernadores del PRI, el PAN y el PRD, incluidos el jefe de Gobierno del DF, Alejandro Encinas; el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz; el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez (el de los presos de Guadalajara); el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto (el de los presos de Atenco), y el góber de Puebla, Mario Marín (el amigo de Kamel Nacif).
¿De cuál rebeldía, de cuál resistencia, de cuál gobierno itinerante nos están hablando? Uno puede comprender la amargura, la indignación, la rabia de millones de ciudadanos que vieron escamoteada una elección nacional. Pero no puede aceptar este juego sobre todos los tableros de quienes encabezan y representan a la coalición Por el Bien de Todos.
7. Por esta falta de congruencia entre las declaraciones y los hechos; por la falta de claridad sobre los fines y los modos de alcanzarlos; por la inmensa confusión entre lo que sería una convención con delegados electos y representativos de discusiones y propuestas diversas, y lo que será una reunión multitudinaria de cientos de miles donde en una sola tarde se votarán a mano alzada y por aclamación las propuestas del dirigente y su entorno, no estoy de acuerdo con la convención nacional democrática. Sobre cuanto esto significa, me remito a los clásicos: Antonio Gramsci, Max Weber, Elías Canetti. Quien los haya hojeado sabrá de qué estoy hablando.
8. No es falta menor de los organizadores de la CND el poner en primera fila a algunos cientos de indígenas, mientras siguen ignorando a los presos de Atenco, a los presos y reprimidos de los pueblos de Chiapas, a los desplazados de Acteal y de otros poblados, a los acosados por los paramilitares, y en Chiapas mismo se alían con el Croquetas Albores, con Constantino Kanter y con Juan Sabines. No es falta menor dar su apoyo al gobernador Ulises Ruiz y descalificar en la misma resolución al poderoso movimiento indígena, ciudadano y popular de la APPO en Oaxaca. Es absurdo que todavía los voceros de la CND acusen a los zapatistas de no haberlos apoyado en la elección, cuando ellos abandonaron a su suerte al EZLN y al movimiento del Congreso Nacional Indígena. El PAN y el PRI en esta elección le hicieron al PRD y a la coalición lo mismo que éstos, aliados con el PAN y el PRI, le hicieron en el Congreso de la Unión al EZLN a propósito de los derechos y la autonomía indígena.
Una CND que ignore o cierre los ojos ante estos hechos sólo podrá aprobar declaraciones vacías.
9. Los dirigentes de la CND y los gobernadores del PRD dicen que "nuestro mayor agravio" es "la desigualdad y la pobreza en la que viven millones de mexicanos". Desigualdad y pobreza son términos tecnocráticos que esconden los nombres verdaderos de la realidad y preparan falsas escapatorias paternalistas. No: los nombres de los agravios mayores son explotación, despojo y racismo, todos ellos sostenidos por la represión y por los órganos corrompidos de una justicia inexistente.
Si algo han probado esta elección y sus diversas secuelas, es que esos agravios no pueden ser enfrentados confiando en los partidos institucionales o en un dirigente, itinerante o fijo, que se comunica en directo con el pueblo y ofrece defenderlo y protegerlo.
De los agravios y de la injusticia brotan las propuestas y las luchas, como en Oaxaca, y en esas luchas surge y se renueva la organización. Decenas de miles de cuantos asistan a la convención nacional democrática, agraviados por el fraude y la imposición, andan en busca de esas formas y modos de organización. Ojalá que la experiencia de su paso por la CND les sirva a ellos, y no a los otros, para seguirse encontrando y organizando y para enfrentar las duras jornadas que el gobierno de la derecha, la jerarquía eclesiástica, los financistas, los inversionistas extranjeros y sus políticos de todos los colores nos preparan.
Mientras tanto, otros buscamos y andamos nuestros propios y menos clamorosos recorridos. Ya nos encontraremos, espero, cuando toque.

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