domingo, marzo 11

América Latina: cuatro bloques de poder


América Latina: cuatro bloques de poder
James Petras
La Jornada
En América Latina hay cuatro bloques de naciones que contienden, contrariamente al dualismo simplista con que la Casa Blanca y la mayoría de la izquierda describen el proceso. Cada uno de ellos representa diferentes grados de acomodo u oposición a las políticas e intereses estadunidenses, que dependerán de cómo defina o redefina Estados Unidos sus intereses según las nuevas realidades.
La izquierda radical incluye a las FARC en Colombia, sectores de los sindicatos y los movimientos campesinos y barriales en Venezuela; la confederación obrera Conlutas y sectores del Movimiento sin Tierra en Brasil; sectores de la Confederación Obrera Boliviana, los movimientos campesinos y las organizaciones barriales en El Alto; sectores del movimiento campesino-indígena de la Conaie en Ecuador; los movimientos magisteriales e indígena-campesinos en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, México; sectores de la izquierda campesino-nacionalista en Perú; sectores de los sindicatos y desempleados en Argentina. Es un bloque político heterodoxo, disperso, fundamentalmente antimperialista, que rechaza cualquier concesión a las políticas socioeconómicas neoliberales, se opone al pago de la deuda externa y en general respalda un programa socialista o nacionalista radical.
La izquierda pragmática incluye al presidente Hugo Chávez en Venezuela, a Evo Morales en Bolivia y a Fidel Castro en Cuba. A una multiplicidad de grandes partidos electorales y a los principales sindicatos y uniones campesinas en Centro y Sudamérica: los partidos electorales de izquierda, el PRD en México, el FMLN en El Salvador, la izquierda electoral y la confederación obrera en Colombia, el Partido Comunista chileno, la mayoría en el partido parlamentario nacionalista peruano Humala, sectores de los líderes del MST en Brasil, el MAS en Bolivia, la CTA en Argentina y una minoría del Frente Amplio y la confederación obrera en Uruguay. Incluida está la gran mayoría de los intelectuales latinoamericanos de izquierda. Este bloque es "pragmático" porque no hace un llamado a la expropiación del capitalismo ni al rechazo de la deuda ni a ruptura alguna de relaciones con Estados Unidos.
En Venezuela los bancos privados, nacionales y extranjeros, ganaron una tasa de más de 30 por ciento entre 2005 y 2007. Menos de uno por ciento de las más enormes propiedades de tierra fue expropiado para otorgarle títulos a los campesinos desposeídos. Las relaciones del capital con la mano de obra siguen inclinando la balanza en favor de las empresas y los contratistas. Venezuela y el presidente Alvaro Uribe de Colombia han firmado varios acuerdos de cooperación económica y de seguridad de alto nivel. Mientras promueve una mayor integración latinoamericana, Chávez busca una "integración" con Brasil y Argentina, cuya producción y distribución de crudo son controladas por corporaciones multinacionales europeas e inversionistas estadunidenses. Aunque Chávez reprocha el intento estadunidense de subvertir el proceso democrático en Venezuela, el país provee 12 por ciento de las importaciones totales de crudo a Estados Unidos, es dueño de 12 mil gasolineras Citgo en Estados Unidos y de varias refinerías. El sistema político de Venezuela es muy abierto a la influencia de los medios masivos privados, apabullantemente hostiles al presidente electo y al Congreso. Hay organizaciones no gubernamentales financiadas por Estados Unidos, una docena de partidos y una confederación de sindicatos actuando en pro de los planificadores estadunidenses. Casi todos los funcionarios y miembros del Congreso que están en favor de Chávez se montaron en su carroza política más por intereses personales que por lealtad populista. El pragmatismo de Venezuela es un campo muy lucrativo para los inversionistas estadunidenses, suministra energía de modo confiable y crea alianzas con Colombia, principal cliente de Estados Unidos en América Latina.
La retórica y el discurso radical de Chávez no corresponden con las realidades políticas. Si no fuera por la intransigente hostilidad de Washington y sus tácticas de continua confrontación y desestabilización, Chávez parecería moderado. Es obvio que sectores de las grandes empresas se quejen del incremento en pagos por regalías, dividendos de ganancias e impuestos. Washington pinta a Chávez cual si fuera un "peligroso radical" porque compara su política con la de los previos regímenes clientelares de Venezuela en los años 90. Pero si tomamos los pronunciamientos de política exterior de Chávez con una pizca de sal, asumimos el cambio en el ambiente internacional acaecido entre 2000 y 2007 y sus limitadas reformas en asistencia social, impuestos y otras, de hecho Estados Unidos está ante un radical pragmático que puede acomodar.
Lo mismo se aplica a la política hacia Cuba y Bolivia. Cuba ha establecido lazos diplomáticos con casi todos los clientes y aliados de Estados Unidos en América Latina. Explícitamente le tendió la mano diplomática a Uribe, rechaza la izquierda revolucionaria de las FARC en Colombia y respalda en público a neoliberales como Lula da Silva de Brasil, Néstor Kirchner de Argentina y Tabaré Vázquez en Uruguay, además de firmar un amplio espectro de acuerdos de adquisición con grandes exportadores estadunidenses de alimentos. Cuba brinda servicios de salud gratis (y entrenamiento a miles de médicos y educadores) en un gran número de regímenes clientes de Estados Unidos, de Honduras a Haití y Pakistán. Abrió la puerta a inversionistas extranjeros de cuatro continentes en todos sus principales sectores de crecimiento. La paradoja es que mientras Cuba profundiza su integración al mercado capitalista mundial en la emergencia de una nueva clase de elites orientadas al mercado, la Casa Blanca incrementa su hostilidad ideológica. Esta postura extremista se emprende también con el régimen de izquierda pragmática de Morales en Bolivia, cuya "nacionalización" no ha expropiado ni expropiará ninguna empresa extranjera. Uno de sus principales propósitos es estimular los acuerdos comerciales entre la elite de las agroempresas de Bolivia con Estados Unidos.
El tercero y más numeroso de los bloques políticos en América Latina lo constituyen los neoliberales pragmáticos: el Brasil de Lula y la Argentina de Kirchner. Muchos son los imitadores de estos regímenes entre las filas de la oposición liberal de izquierda en Ecuador, Nicaragua, Paraguay y otros lados. Kirchner y Lula defienden su paquete completo de privatizaciones legales, semilegales e ilegales. Ambos prepagaron sus obligaciones oficiales de deuda y buscan estrategias de crecimiento mediante la exportación de minerales y productos agrícolas, e incrementaron las ganancias empresariales y financieras restringiendo sueldos y salario.
Hay también diferencias. La estrategia en favor de la industria de Kirchner condujo a una tasa de crecimiento que duplica la lograda por Lula; redujo el desempleo en 50 por ciento, lo cual contrasta con el fracaso de las políticas de empleo de Lula. En Argentina, el ambiente de inversión para empresarios y banqueros es favorable para la consecución de ganancias. Sus principales diferencias con Washington derivan de las negociaciones en torno a un acuerdo de libre comercio. Mayores oportunidades de comercio global y una posición mercantil más fuerte les otorga una posición más fuerte al negociar. Ni Lula ni Kirchner respaldarán el intento militar estadunidense de derrocar o boicotear a Chávez, porque trabajan conjuntamente aumentando lucrativas inversiones y proyectos de petróleo y gas. Reconocen la naturaleza básicamente capitalista del régimen de Chávez aun cuando rechacen la mayor parte de su radical discurso antimperialista. Ambos presidentes diversifican sus socios comerciales y buscan acceder a mercados en China y Asia.
Washington no es hostil con Argentina y tiene una relación amistosa de trabajo con Brasil, pero no logró extender su influencia a ellos por su renuencia a entender estos regímenes de libre comercio "nacionalista". Que Kirchner se empeñe en lograr acuerdos negociados, inversiones reguladas, recolección de impuestos y renegociaciones de la deuda es visto como "nacionalista", "izquierdista" y casi intolerable. Washington se preocupa de que las políticas de libre comercio de Lula exijan que Estados Unidos ponga fin a sus subsidios y cuotas agrícolas, como lo hace Brasil. Pero con tal de defender a sus empresas agrícolas no competitivas, Washington sacrifica en su extremismo la posibilidad de entrar a gran escala y largo plazo al sector industrial y de servicios de Brasil.
El cuarto bloque político son los regímenes, partidos y asociaciones de elite neoliberales doctrinarios, que siguen al pie de la letra los dictados de Washington. Es el régimen de Felipe Calderón en México, que se prepara para privatizar las lucrativas empresas petrolera y eléctrica. Es el régimen de Michelle Bachelet en Chile, perenne exportador de minerales y productos agrícolas, la Centroamérica exportadora de fruta tropical y plena de maquiladoras. Colombia, que recibe 5 mil millones de dólares en ayuda militar estadunidense desde finales de los 90. Perú que por más de 20 años ha privatizado toda su riqueza mineral, gobernado ahora por Alan García, otro cliente de Estados Unidos.
Según Washington y los ideólogos de derecha un "populismo radical" barre la región, simplificando una compleja realidad para servir a sus propios intereses. Lo que hay es un cuadrángulo de fuerzas que compiten y se confrontan en América Latina.
Washington insiste que la influencia subversiva de Venezuela y Cuba debilita su posición en América Latina. Un factor mucho más importante es el aumento generalizado de los precios de bienes de consumo, lo que significa mayores entradas por exportación a la región. Entonces, los países latinoamericanos dependen menos de las "condiciones" del FMI para allegarse préstamos, lo que limita aún más la influencia estadunidense. Mayor liquidez significa poder contar con préstamos comerciales sin recurrir al Banco Mundial. Los expansivos mercados de Asia, en particular el aumento de la inversión asiática en las industrias extractivas latinoamericanas, erosiona aún más el apalancamiento mercantil estadunidense en la región. Ante la caída de su propia economía en 2007, es probable que Estados Unidos reduzca sus inversiones y comercio con América Latina. En otras palabras, tiene menos margen de maniobra sobre izquierdistas y neoliberales pragmáticos que en los 90. Mal etiquetar a lo regímenes y exagerar grado y clase de la oposición conduce a la exacerbar los conflictos. Persistir en la actitud de lograr acuerdos de libre comercio a escala continental mediante concesiones no recíprocas es perder la oportunidad de lograr tratos comerciales.
Esto es efecto de una configuración ultraconservadora por parte de los planificadores estadunidenses y sus principales asesores.
Washington describe burda y malamente la realidad latinoamericana, lee incorrectamente el contexto regional e internacional actual, pero los intelectuales de izquierda exageran el radicalismo o la realidad revolucionaria de Cuba y Venezuela. Pasan por alto la contradictoria realidad y sus acomodos pragmáticos con los regímenes neoliberales. Con muy poca perspicacia histórica, continúan creyendo que neoliberales pragmáticos como Lula, Kirchner y Vázquez son "progresistas", y los agrupan junto con izquierdistas pragmáticos como Chávez, Castro y Morales. En ocasiones caracterizan a los partidos y a los regímenes según sus pasadas identidades políticas izquierdistas y no según sus actuales políticas elitistas de libre comercio y exportación de agrominerales.
La izquierda debe encarar el hecho de que pese a que el poder estadunidense declinó, se recupera y avanza desde que las rebeliones de masas derrocaron a sus clientes en 2000-2002. Quedaron en la nada las esperanzas de la izquierda en que la victoria de antiguos partidos políticos electorales de centroizquierda revirtiera las políticas neoliberales de sus predecesores. Redefinir la conversión de izquierdistas en neoliberales pragmáticos cual si fuera algo progresista o creara un contrapeso al poderío estadunidense, es ingenuo y confunde aún más.
El declive de la influencia estadunidense en América Latina no es lineal: una abrupta caída fue seguida de un repunte parcial. Ningún ascenso sostenido de la izquierda radical sale al paso de este descenso en influencia. Los ganadores reales son los izquierdistas y neoliberales pragmáticos, que llegaron el poder ante la retirada de los neoliberales doctrinarios y la favorable coyuntura expansiva de las condiciones del mercado mundial.
Traducción: Ramón Vera Herrera

PROTESTA EN LATINOAMERICA CONTRA BUSH







BUSH PAGA A URIBE SU SERVILISMO


11 de Marzo de 2007
Bush paga a Uribe su servilismo
Por: Raúl Reyes / Integrante del Secretariado de las FARC-EP
Comandante Raúl Reyes
El gobierno espurio y engañoso de Álvaro Uribe Vélez se apresta a recibir con bombos y platillos el domingo 11 de Marzo la fugaz visita de su par Georges Bush. El Jefe del terrorismo de Estado mundial así paga al único mandatario de la región sur del continente su incondicional apoyo a la invasión imperial contra el pueblo iraquí pretextando la existencia de armas químicas en dicho país.
Ahora los tristemente célebres compinches de la guerra comparten la contundente derrota estratégica propinada por la heroica resistencia del pueblo agredido y más tarde tendrán que responder ante los tribunales revolucionarios de los pueblos del mundo por los miles de muertos y mutilados, más las millonarias pérdidas materiales en Irak.
Pero Bush también viene a pedirle cuentas a Uribe Vélez de las millonarias inversiones de dólares en los planes de acabar con las FARC o mínimo rescatar a sangre y fuego los prisioneros de guerra, amparado en la falacia de combatir el terrorismo y el narcotráfico. Cuando aquí en Colombia el pueblo con su Ejército Revolucionario resiste victorioso ante la maquinaria destructora de la guerra del terrorismo de Estado impulsado por los jefes de los gobiernos del crimen, el genocidio, las mentiras, el paramilitarismo, el narcotráfico y la corrupción neoliberal.
La firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) será otra de las prioridades del visitante de Uribe igualmente compartida con su sumiso anfitrión. Sumiso con el amo de la Casa Blanca, rabioso, prepotente y camorrista con los opositores a sus indignas políticas de inequidades sociales, represión y saqueo generadoras de los crecientes índices de pobreza, miseria y atraso.
Las FARC-EP en su condición de pueblo en armas, en lucha política militar por la conquista del poder y próximas a cumplir 43 años de combates por las libertades y la paz de Colombia con justicia social, son parte inseparable del cercano 80% de compatriotas interesados en el canje de prisioneros que finalice con el cautiverio de estas personas, para lo cual es imprescindible retirar la fuerza pública de los municipios de Pradera y Florida, en el Valle del Cauca.
Montañas de Colombia, Marzo de 2007

EN NOMBRE DE BOLIVAR ¡GRINGO GO HOME!


11 de Marzo de 2007
En nombre de Bolívar, ¡Gringo go home!
La asquerosa planta de George Bush sobre este suelo de Colombia, holla la sagrada memoria del Libertador Simón Bolívar. Nada tiene que hacer aquí el representante del imperio que ha plagado de miserias Nuestra América en nombre de la libertad.
Bush no viene con buenas intenciones a esta esquina estratégica del norte de Suramérica. Tras sus hipócritas y calculadas alusiones a Bolívar, esconde las garras violentas de la recolonización neoliberal del continente. Ese lobo disfrazado de cordero propala que en América Latina y las Antillas hay territorios sin ley que deben ser sometidos, al tiempo que promueve la política de Seguridad Democrática -nuevo nombre de la nefasta Doctrina de la Seguridad Nacional-, con el perverso propósito de allanar el camino y justificar la intervención del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos internos de nuestros países.
“Jamás política ha sido más infame que la de los norteamericanos hacia nosotros”, es la advertencia de Bolívar que no ha dejado de retumbar en la conciencia de los pueblos.
Uribe es un arrodillado al gobierno de Washington, como lo fue Santander. A este último que insistía en acuerdos con los gringos, el libertador le había respondido tajantemente: “aborrezco esa canalla, de tal modo que no quisiera que se dijera que un colombiano hiciera nada con ella”.
Es un insulto comparar, como lo hace Mister Bush, a George Washington con Simón Bolívar. El primero era esclavista y el segundo libertador de esclavos. En la Casa Blanca tienen desfigurado desde esos tiempos el concepto de democracia. Para Bolívar “sólo la democracia es susceptible de una absoluta libertad”, mientras que para los gringos era compatible con la esclavitud.
El Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia declara no grata la presencia del guerrerista filibustero, del invasor y expoliador de pueblos. Con la mayoría de los colombianos y latinocaribeños le decimos: ¡Fuera yanquis de Nuestra América! Fuera de Tres Esquinas, Larandia, Tolemaida y Arauca. Largo de aquí con su tecnología militar de punta, con sus tropas invasoras, sus aviones de inteligencia técnica satelital y sus máquinas de guerra, los Chinnok. Fuera de Manta, de Guantánamo, del Paraguay, Centroamérica y de nuestras islas. No al TLC que codicia nuestras riquezas. El padre de estas naciones había sentenciado que “una vez firmado el pacto con el fuerte, ya es eterna la obligación del débil”. ¿Qué derecho pueden invocar para oprimir un pueblo?
Llamamos a los colombianos a expresar con energía y con decoro en las calles todo su rechazo a las políticas de dominación del imperio. Hagamos nuestra la consigna: En Bolívar nos encontramos todos. “Unidos seremos fuertes y mereceremos respeto, divididos y aislados pereceremos”.
Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia
Bloque Caribe de las FARC-EP
Desde la clandestinidad, Marzo 8 de 2007

Realiza Bush su segunda visita a Colombia


Realiza Bush su segunda visita a Colombia
Notimex El Universal Bogotá Domingo 11 de marzo de 2007
La visita del presidente de EU ha estado precedida por manifestaciones de la oposición, fuertes disturbios estudiantiles en cinco ciudades del país y ataques de la insurgencia, que dejan tres heridos y daños menores
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó hoy a la capital colombiana para cumplir una visita oficial de más de seis horas, que ha estado precedida por protestas y ataques de la insurgencia.
Minutos antes de lo previsto, el mandatario estadunidense aterrizó a las 11:55 horas locales (16:55 GMT) en el aeropuerto militar de Catam, en el centro-occidente de Bogotá, bajo uno de los mayores despliegues de fuerza que se hayan visto en la capital.
En medio de una férrea vigilancia, con sistema satelital, francotiradores en azoteas y comandos especializados en protección a personajes, Bush descendió del avión presidencial Air Force One y saludó con la mano en alto, junto a su esposa Laura.
En la pista del aeropuerto de Catam, el gobernante estadunidense recibió los honores militares correspondientes y fue recibido por el canciller colombiano Fernando Araújo, a quien saludó con una informal palmada en el hombro.
Acompañado de su esposa y su comitiva, el mandatario estadunidense abordó una limusina blindada con rumbo a la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo colombiano, donde recibirá honores militares.
La visita de Bush a Bogotá ha estado precedida por manifestaciones de la oposición, fuertes disturbios estudiantiles en cinco ciudades del país y ataques de la insurgencia, que dejan tres heridos y daños menores.
Este domingo, tres bombas fueron activadas por milicias urbanas de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las ciudades de Cali y Buenaventura, como rechazo a la presencia de Bush, según las autoridades.
Con su visita a Bogotá, el gobernante estadunidense busca dar un apoyo político al Plan Colombia, estrategia militar que busca acabar con los cultivos ilícitos de coca en zonas del país andino que han estado controladas por la guerrilla.
La Policía informó que con excepción de los tres ataques con bomba y la desactivación de otros cuatro artefactos en Buenaventura, sobre el Pacífico colombiano, la situación está en calma.
El mandatario tiene previsto reunirse durante tres horas con su colega colombiano Alvaro Uribe Vélez, para hablar sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la lucha conjunta que se libra contra el narcotráfico.
En su corta estadía, Bush dialogará además con un grupo de afrodescendientes y luego se desplazará a la sede de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, donde cumplirá una agenda privada, antes de partir rumbo a Guatemala, la cuarta escala de su gira.
El mandatario estadunidense, cuyo avión tiene previsto despegar antes de las 19:00 horas locales (00:00 GMT del lunes) , realiza una gira latinoamericana que inició el jueves en Brasil y continuó el viernes y sábado en Uruguay.
Bush, quien viajará luego a Guatemala y México, es vigilado en Bogotá por más de siete mil efectivos, que se suman a otros 14 mil que custodian la ciudad, en prevención de cualquier hecho de orden público.
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Estallan dos bombas a escasas horas de arribo de Bush a Colombia


Estallan dos bombas a escasas horas de arribo de Bush a Colombia
Notimex El Universal Bogotá Domingo 11 de marzo de 2007
Llegada de mandatario estadounidense alerta a autoridades policiales sobre posibles acciones de grupos rebeldes para sabotear visita
Al menos dos bombas estallaron hoy en la suroccidental ciudad colombiana de Cali, a pocas horas de la llegada a Bogotá del presidente estadounidense George W. Bush, quien cumplirá una breve visita oficial, informó la Policía.
El primer artefacto explotó en un cajero electrónico de la corporación financiera Colmena, del sector de la Floresta, sin causar víctimas, pero sí daños materiales a fachada y vidrios, de acuerdo a un reporte de la institución policial.
Una segunda bomba fue detonada, al parecer por milicianos rebeldes, en el cajero automático de la Corporación de Ahorro y Vivienda (Davivienda), lo que ocasionó daños leves a la edificación.
Bush tiene previsto llegar este domingo a las 12:05 horas locales (17:05 GMT) para una visita de seis horas, como parte de una gira por cinco países de la región, que ya lo llevó a Brasil y Uruguay entre jueves y sábado.
La llegada del mandatario estadounidense puso en alerta a las autoridades colombianas, ante posibles acciones rebeldes para "sabotear" la visita, en la que Bush ratificará el apoyo a la guerra contrainsurgente.
Washington ha entregado más de cuatro mil millones de dólares en ayuda al Plan Colombia, estrategia militar con la cual se busca erradicar la coca de las zonas que han estado bajo control de la insurgencia.
La Policía dijo tener indicios de que los atentados de Cali fueron realizados por las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupo que habría ordenado ataques con motivo de la visita.
Las autoridades informaron que en la Universidad Pedagógica de la ciudad occidental de Pereira se decomisaron 116 bombas de fabricación casera, que serían usadas en protestas contra el mandatario.
Colombia ha sido escenario de fuertes disturbios estudiantiles en Cali, Bogotá, Medellín, Tunja y Bucaramanga, en los que se han quemado banderas estadounidenses y figuras que ridiculizaban a Bush.
Bush llegará a Bogotá en medio de un riguroso dispositivo de seguridad, que incluye el despliegue de 21 mil efectivos del Ejército y la Policía, vigilancia satelital y francotiradores en azoteas.
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