Censuran en Córdoba, Ver. video sobre desastre ambiental y amenazan a productoras con expulsión del país
El perro que le ladra a la luna
Alcaldesa impidió presentación de video en Córdoba
Documental sobre el desastre ambiental de 1991
El incendio de Anaversa causó muertes y enfermedades
Hasta la fecha lo cubren silencio e impunidad
Javier Hernández Alpízar.– A 16 años del desastre ambiental por el incendio de la planta de agroquímicos y pesticidas Anaversa (Agricultura Nacional de Veracruz SA), el tercero más grande del mundo en su tipo, los daños al ambiente y la salud siguen impunes y el gobierno municipal priista de la presidenta Yolanda Monlui Fernández sigue censurando la información, como lo hizo al prohibir e impedir la proyección pública en Córdoba, Ver., del video “El perro que le ladra a la luna”, obra de las videodocumentalistas independientes españolas Sandra Soler y Charo Ruiz, a quienes amenazó con expulsar del país, con la presencia de personal de migración para hacer más persuasiva la coacción. El pretexto, que es momento de elecciones.
Al ver en el documental la violación impune de derechos elementales como el derecho a la vida y la salud, así como la protección gubernamental de la empresa y de los funcionarios de la época responsables de ecología, Patricio Chirinos Calero; de salud, Jesús Kumate, y la probable participación como empresario inversionista en Anaversa del entonces secretario de agricultura del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, Carlos Hank González, quien en vida fuera el jefe del poderoso grupo priista Atlacomulco (de hecho Anaversa opera hoy impunemente en el Estado de México, lo mismo que en Veracruz y San Luis Potosí), padre del actual candidato priista a la gubernatura de Baja California Norte Jorge Hank Rohn, se entiende el nerviosismo electoral de la alcaldesa, pues en 1991 no había con quien compartir la responsabilidad, era un gobierno priista, indiscutiblemente.
El domingo 5 de agosto, en el auditorio de Radio Universidad Veracruzana, ante un reducido público, prensa incluida, presentaron el DVD documental, “El perro que ladra a la luna”, trabajo periodístico de investigación que revive mediante entrevistas y testimonios de afectados, sobrevivientes a la secuela de cáncer y diversas enfermedades que mataron a decenas de personas y ocasionaron malformaciones genéticas, la explosión e incendio de aproximadamente 50 sustancias tóxicas diferentes de una empresa con permiso para producir sólo cinco de las 20 productos que enlistaba ella misma, Anaversa.
Entrevistados especialistas como Lilia Albert y Fernando Bejarano, lo mismo que habitantes de Córdoba que recuerdan el horror de la nube tóxica y sus efectos, las centenas de muertes que se fueron dando, especialmente en 1994, la complicidad de las autoridades que encubrieron todo. Así van dejando el sabor de muerte, de impotencia ciudadana, que hace decir a un joven que los trataron como al perro que ladra a la luna, sin respuesta, sin resultado alguno.
El incendio ocurrió el 3 de mayo de 1991, y se expusieron a la toxicidad de dioxinas, resultado de la combustión de organoclorados, y otras sustancias, unas 30 mil personas aproximadamente. Los bomberos no tenían equipos adecuados para el tipo de emergencia. El incendio tóxico es el tercero más grande del mundo, apenas después de uno en Italia y otro en La India, en los cuales se reconocieron cientos de víctimas, pero en México, oficialmente no hubo una sola persona afectada.
No hubo la limpieza adecuada, ni del agua que los bomberos arrojaron para intentar apagar la conflagración, cuyas aguas tóxicas fueron a los arroyos. No hubo siquiera información de los riesgos para la población expuesta a los tóxicos. Hubo, extraoficialmente desde luego, más de cientos muertos por las enfermedades que dejó la contaminación (Iván Restrepo, en La Jornada, en 1993, data 213 muertos), cáncer entre ellas, pues manejan en Anaversa sustancias tóxicas prohibidas en otros países. Incluso al final el ingeniero fitotecnista y especialista en parasitología Joaquín Madrid, del Consejo Estatal de Hortalizas en Veracruz AC, comentó que Anaversa sigue siendo la primera empresa en venta de agroquímicos, incluido el DDT, y un total de 24 productos prohibidos y siguen causando daños severos a campesinos que los manipulan, en el estado de Veracruz, todavía. Por supuesto, la empresa se negó a dar una entrevista a las documentalistas, ni siquiera contestó con una negativa a la invitación.
Los especialistas entrevistados explicaron que las dioxinas se acumulan en tejido graso, por lo cual entran en la cadena alimenticia, en las carnes y pescados.
Las toxinas tienen probados efectos mutagénicos, algún entrevistado habla de niños que nacieron sin manos, en La Jornada reportaron casos de anencefalia (niños nacidos sin cerebro, como ocurriría años después en Perote, por askareles); afecta el aparato endocrino y el sistema reproductor.
En su tiempo, la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos habló de que era inexplicable cómo funcionaba una empresa que manejaba esas sustancias peligrosas, y le atribuyó responsabilidades a los titulares del gobierno federal en salud, Jesús Kumate y en la entonces SEDUE (secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano) Patricio Chirinos, también impune por las explosiones de gasolina en alcantarillas en Guadalajara, Jalisco, quien después fue gobernador de Veracruz.
No hubo ni un plan de evaluación de daños ambientales, los estudios que se empezaron no tuvieron seguimiento, de hecho sólo se incluyó a pacientes que sanaron, se negó incluir información que no estuviera en el expediente del ministerio público. Sólo hubo encuestas, y ningún análisis, por lo que en la lógica del gobierno, explica Lilia Albert, “no hay pruebas”, por lo tanto “no hay problema”.
Rechazaron relacionar los muertos y los enfermos con el caso, a pesar de que en 1992 hubo alta incidencia de malformaciones genéticas, y en 1994 muchas muertes. La línea gubernamental fue negarlo todo.
Anaversa desapareció de Córdoba, pero sigue operando en distintos lugares de México. Uno de los entrevistados comenta que les ofrecieron dinero a cambio de retirar demandas contra los empleados, encargados y gerente, de la planta detenidos, así salieron libres. Y a la empresa y el dinero prometido, no los vieron jamás.
El dinero del fideicomiso del gobierno federal destinado a los afectados nunca llegó a éstos y al final, al parecer, fue para la reja de un parque.
Contra la empresa no hubo acciones, porque “genera empleos”. A pesar de que había gente que vomitaba verde y tenía tumores o afecciones de la piel, llagas que cerraban y luego se volvían a abrir y ulcerar.
Se negó a las personas enfermas el acceso a sus expedientes médicos y hubo incluso represión a quien osara acusar a Anaversa.
La gente en sus marchas y protestas llevaba cadáveres de víctimas, y el movimiento realizó acciones hasta casi los diez años del incendio, pero ante la impunidad terminaron cuestionándose: ‘¿para qué luchar?’ Fue y sigue siendo, dice una entrevistada, “un holocausto silencioso”. O silenciado, como en la censura que sufrió hace unos pocos días este documental.
Al final una entrevistada cita una declaración de Costa Rica, firmada por el gobierno mexicano, según la cual los delitos ambientales son contra la humanidad y no prescriben.
Las realizadoras, Sandra Soler y Charo Ruiz, hicieron el trabajo sin financiamiento alguno, de manera totalmente independiente. Tienen la Asociación Cultural “Doc Adhoc”. Consideran su trabajo periodístico un producto cultural sobre una problemática social. Al terminar la posproducción, que duró un año, quisieron presentarlo primero que en ningún lugar en Córdoba, para devolverle a la gente el producto de las entrevistas que concedieron, pero la presidenta municipal Yolanda Monlui Fernández se encargó personalmente de prohibírselo, con amenaza de expulsión del país de por medio, como si fuera un delito informar, y no fuera un delito impedir el periodismo libre.
En el mercado “Océlotl” probablemente tendrán copias del video. Además anunciaron que los días 18 y 19 de agosto, de 10:00 a 19:00 horas, tendrán actividades por aniversario en la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana.
Puede consultar en la web:
http://www.redproteger.com.ar/Escuela%20de%20Seguridad/Grandes_Accidentes/anaversa_veracruz_mexico_1991.htm
http://www.jornada.unam.mx/2006/05/04/045n1est.php
http://www.laneta.apc.org/emis/carpeta/veracruz/anaversa.htm
http://www.emisiones.laneta.org/anaversa.htm
