martes, septiembre 18

SEMBLANZA DEL ELN, EJERCITO DE LIBERACION NACIONAL DE COLOMBIA

NUEVO COMUNICADO DEL EPR. AQUI LO PRESENTAMOS COMPLETO.

AL PUEBLO DE MEXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES, POLÍTICAS Y REVOLUCIONARIAS ¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
Una vez que en los primeros días de junio dimos a conocer oficialmente la detención- desaparición de nuestros compañeros, organizaciones de derechos humanos, intelectuales, luchadores sociales, académicos, hombres y mujeres del ámbito cultural y educativo, organizaciones políticas y sociales independientes, ciudadanos progresistas, periodistas honestos y analistas políticos a nivel nacional e internacional se pronunciaron por la presentación con vida de los detenidos-desaparecidos y condenaron unánimemente este crimen de lesa humanidad. Al mismo tiempo que nuestros Comités Estatales y Comandancias de Zona se pronunciaron también haciendo la denuncia sin amagos de ningún tipo.
Y la respuesta fue y sigue siendo, la amenaza abierta y velada contra todos los que se solidarizan de alguna manera contra esta atrocidad, haciendo escarnio y burla de quienes con toda legalidad le exigen a este gobierno que se dice democrático, cumpla (por lo menos) con las leyes constitucionales que amparan nuestras garantías individuales como ciudadanos mexicanos que somos; y la persistente negación primero no oficial filtrando a algunos periodistas de plumas estas sí oficiales, que no habían sido aprehendidos por el ejército y después por algunos funcionarios y el silencio cómplice de usted, señor Calderón.
Por lo que resultan extremadamente cínicas e insultantes las palabras que desde la India pronunció sin cansarse de repetirlas como estribillo: “...En el México democrático de hoy, no hay lugar para estos actos criminales; las causas se defienden en el campo de las ideas, de las instituciones; se defienden dentro del marco de la ley, no destruyendo el patrimonio que con tanto esfuerzo hemos construido los mexicanos. [...] Quienes atentan contra la seguridad de los mexicanos bajo cualquier pretexto, atentan contra la democracia y contra México. [...] Hago un llamado a los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, a partidos, políticos, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y a todos los mexicanos para que unan fuerzas y condenen estos actos delictivos que dañan la vida y el patrimonio de todos. [...] Por supuesto que actuaremos con energía en contra de los responsables y no descansaremos hasta encontrarlos y llevarlos a la justicia”. Anunciando un recrudecimiento de la represión en nuestro país contra quienes opinen a favor de los derechos humanos que tienen los luchadores sociales y se pronuncien por la presentación de nuestros compañeros.
Palabras a las cuales respondemos con las siguientes precisiones:
En el México de hoy, aún no existe la democracia desde el momento en que hay lugar para actos criminales tales como la desaparición forzada realizada por las fuerzas de seguridad de la federación en las personas de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, a quienes tienen secuestrados y torturándolos en instalaciones del Campo Militar No. 1.
Desde el momento en que aún siguen desaparecidas las víctimas del priísmo de los años setenta y ochenta y del panismo del sexenio de Vicente Fox y del gobierno actual, impidiendo de facto la defensa de las causas en el campo de las ideas y de las instituciones, dentro del marco de la ley, como supuestamente usted pregona y alardea.
Para la mayoría de nuestro pueblo no existe la democracia en México, desde el momento en que quienes atentan contra la seguridad de los mexicanos, señor Felipe Calderón Hinojosa, son quienes bajo sus órdenes como jefe supremo del Ejército mexicano, han realizado torturas físicas y psíquicas, violaciones a hombres y mujeres, detenciones arbitrarias y asesinatos en Atenco, Oaxaca, Zongolica, Veracruz, y Chiapas, bajo cualquier pretexto. Desde el momento, en que su gobierno no sólo no condena este tipo de actos sino los promueve al criminalizar la lucha social y proponer una reforma judicial que viola flagrantemente los Derechos Humanos que supuestamente está comprometido ante Organismos Internacionales a proteger. Desde el momento, en que convoca a “los representantes de los poderes Legislativo y Judicial, a partidos, políticos, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y a todos los mexicanos para que unan fuerzas y condenen estos actos delictivos”.
Tampoco existe desde el momento en que caricaturizando a su jefe supremo George Bush, exige una definición para condenar nuestro accionar político militar, y no convoca a repudiar las desapariciones forzadas que está realizando su gobierno ni la criminalización de la lucha social, ni la desigualdad, la explotación, la discriminación y la miseria en que estamos sumidos más de 14 millones de mexicanos, cifra manejada por usted, en realidad 78 millones.
Demagógico resulta afirmar que destruimos el patrimonio que tanto les ha costado a los mexicanos, en efecto, nos costó al pueblo de México bajo la presidencia del General Lázaro Cárdenas costear la expropiación pagando hasta con la venta de las aves de corral, pero hoy, esta riqueza energética está en manos de los monopolios nacionales y trasnacionales de manera encubierta con los famosos pidiriegas.
A los que insinúan que con nuestras acciones de autodefensa podríamos provocar la privatización, les decimos que es lamentable que teniendo una conciencia de lucha contra la injusticia se equivoquen concretamente en este punto.
Nosotros no destruimos nada, quienes destruyen el país es la cúpula gobernante, quienes pugnan por reformas cada vez más prooligarcas que van definiendo el carácter fascista de su régimen El burro hablando de orejas, quien carece de legitimidad para estar en la presidencia de la República no tiene derecho a convocar a nada ni a nadie en nombre de la ley y la democracia que están siendo quebrantadas en cada acto público que realiza. A la Ciudadana Ruth Zavaleta, queremos decirle que la lucha dentro de los cauces legales, desde siempre ha tenido un alto costo político con la existencia de más de quinientos presos políticos y de conciencia, cientos de detenidos-desaparecidos desde los años sesenta hasta nuestros días, innumerables asesinatos de activistas políticos, revise la historia de su partido y de la lucha social en el país y encontrará que el costo para su partido es de más de 600 perredistas asesinados sólo en el sexenio de Carlos Salinas.
Sin que usted y los representantes hagan algo efectivo para que no se sigan cometiendo estos crímenes desde el estado que hacen posible que algunos de ustedes usufructúen las migajas que les brinda el estado. Y hoy, presos políticos y de conciencia con sentencias hasta de 67 años y medio en penales de máxima seguridad, rehenes inocentes como forma de chantaje político, más víctimas de la desaparición forzada delito de lesa humanidad, nuevos asesinatos y despojos de tierra como el caso de indígenas desalojados de su tierra para dar cabida a verdaderos depredadores, en pocas palabras los cauces legales dan lugar a una mayor vulnerabilidad de quienes desarrollan la lucha social dentro de estos, sin que por ello deba dejar de realizarse, pues somos partidarios de desarrollar todas las formas de lucha que surjan de la creatividad de nuestro pueblo, complementándolas con la lucha armada popular revolucionaria, misma que en 1810 nos diera Patria y Libertad y 100 años después, nuevamente otra lucha armada revolucionaria que se brincara los cauces legales diera lugar al México contemporáneo. Por lo que aseverar que “ninguna solución a los problemas del país vendrá de los grupos radicales armados” es poco reflexivo, para no decir más, ya que como parte del pueblo no solo hemos contribuido a su solución sino que nuestra existencia, y nos referimos a la existencia de los grupos guerrilleros de décadas pasadas como lo han sido el Partido de los Pobres, La Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, La Liga Comunista 23 de Septiembre, Las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, el Partido Proletario Unido de América, el Movimiento de Acción Revolucionaria... diría usted “grupos radicales armados”, han dado lugar con todas las organizaciones legales a que el Estado Mexicano con los priístas como gobierno, realizara la “apertura democrática” en los setenta, la reforma electoral en los ochenta, que dieron lugar a que pudieran entrar en los cauces legales partidos como el PCM antes proscrito y surgieran nuevos partidos que con el tiempo se acrisolarían en lo que es ahora el partido al cual usted pertenece.
Desde el actual gobierno “legal pero no legítimo”, algunos perredistas acostumbrados a desviarse de lo esencial: las causas que provocan el accionar revolucionario, se desgarran las vestiduras defendiendo una “legalidad” trastocada por un fraude que en palabras reclaman pero que con hechos convalidan.
A quienes exigen reforzar el sistema de inteligencia les decimos: lo que habrían de reforzar es el sistema social de salud con la derogación de la “nueva” Ley del ISSSTE y la ya no tan nueva Ley del Seguro Social, lo que habrían de reforzar es una verdadera reforma fiscal y legislar para que exista un pago justo de impuestos de los que más tienen, es decir de la oligarquía mexicana y extranjera que opera en nuestro país expoliando y explotando al pueblo mexicano, lo que habrían que reforzar es la legislación de leyes que protejan los intereses del pueblo y reforzar lo principios de equidad, democracia, justicia y Dignidad (con mayúscula) en beneficio de quienes dicen representar.
No es “reforzando” el sistema de inteligencia como este gobierno puede “garantizar” la integridad de las instalaciones estratégicas de la Nación, sino con:
1. La presentación con vida y en libertad de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
2. La presentación con vida y en libertad de Todas las víctimas de la desaparición forzada, delito de lesa humanidad.
3. La libertad inmediata de TODOS los presos políticos y de conciencia del país.
4. La descriminalización de la protesta y lucha social.
5. La inmediata suspensión de hostigamientos, amenazas, detenciones y asesinatos contra los defensores de los Derechos Humanos.
6. El respeto irrestricto de los Derechos Humanos de todos los luchadores sociales, defensores de los derechos Humanos y del pueblo de México.
7. El término de la impunidad con la detención y sentencia de todos los autores intelectuales y materiales de las torturas físicas y psicológicas, violaciones a mujeres y hombres, agresiones hacia los pueblos de Atenco, indígenas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y del país, así como a los integrantes de todas las organizaciones sociales y políticas populares que luchan por la justicia, la igualdad, la democracia y la Dignidad del pueblo mexicano.
8. Con la suspensión inmediata de la política neoliberal que tanto daño ha causado a los pobladores de campos y ciudades.
9. El retiro de nuestro país del TLCAN, del PPP, del ASPAN o en su defecto la revisión de los mismos bajo términos de igualdad y justicia social.
10. La promulgación de Leyes que protejan y garanticen la distribución equitativa de la riqueza en el país.
11. La desmilitarización del país y el desmantelamiento de los grupos paramilitares con los cuales se desarrolla la guerra sucia. Movería a risa de no estar de por medio la vida de los detenidos desaparecidos, las declaraciones de funcionarios y secretarios de Estado en contra de nuestras acciones de autodefensa, mismas que han sido realizadas desde y por el pueblo organizado, con nuestros propios medios y capacidades y no como intentan hacer creer los hombres del gobierno y alguno que otro analista que tiene como fuente los aparatos de inteligencia. Jamás hemos recibido asesoría ni financiamiento del extranjero, la Revolución en México la estamos haciendo los mexicanos, suponer lo contrario es subestimar las capacidades, iniciativa y creatividad de nuestro pueblo y por ende de los revolucionarios y nuestro partido.
A quienes menosprecian nuestra capacidad les decimos no estamos manejados por la CIA, ni por Al Qaeda, ni sogmos parte de los grupos de poder que están dentro del Estado, lamentamos sinceramente que les asalten esos temores. La verdad es que somos una expresión de la lucha de clases que se desarrolla en el país, en la que participan diferentes sectores de nuestro pueblo, desde los que tienen los pies agrietados de tanto caminar descalzos, los que a pesar de su hambre comparten un taco, los que dentro de su reducida vivienda nos dan cobijo, hasta con los que con su apoyo moral han hecho posible la realización de estas acciones político militares de autodefensa. ¿Cabremos esos 78 millones de pobres en sus cárceles de máxima seguridad, Sr. Calderón?
Ni cien milicianos, ni una familia, ni diez mil simpatizantes, es sencillamente un pueblo que se defiende de las continuas y constantes agresiones con sus propios medios a pesar de la incredulidad de quienes no quieren ver la realidad.
Una vez más, con toda paciencia y prudencia volvemos a insistir: presenten a nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez vivos y libres, sólo así se suspenderá la Campaña que hemos iniciado por su presentación. Al gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz Ortiz, corresponde decir a quienes y en qué condiciones entregaron a nuestros compañeros, porque ahora sabemos que existe una grabación que corrobora su detención y entrega a las fuerzas federales.
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡A EXIGIR LA LIBERTAD DE TODOS LOS PRESOS POLITICOS Y DE CONCIENCIA DEL PAIS!
¡POR LA PRESENTACION DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO.
PDPR
COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
Año 43
República Mexicana, a 18 de septiembre de 2007.

A 34 años del golpe de Estado capitalista en Chile
Lecciones de la Unidad Popular: el socialismo fue posible

Jorge Rossel
Rebelión

Este 11 de septiembre se cumplieron 34 años del aplastamiento sangriento del gobierno de Salvador Allende por los militares y capitalistas chilenos. Hoy, cuando las movilizaciones de la clase trabajadora vuelven a las calles de Chile para oponerse a las políticas antiobreras del gobierno actual, es necesario comprender porqué pese al enorme apoyo social del que gozaban los partidos obreros (PS y PC) pudo imponerse Pinochet. Extraer las lecciones del proceso revolucionario chileno es de vital importancia para que los errores cometidos entonces no se repitan.

Una revolución en marcha

La victoria electoral de socialistas y comunistas (agrupados con otros pequeños partidos en la coalición Unidad Popular) el 4 de septiembre de 1970 expresaba el deseo de los jóvenes y trabajadores de acabar con el corrupto capitalismo chileno y transformar la sociedad. La experiencia de los gobiernos de la Democracia Cristiana (DC) había demostrado que el capitalismo no tenía nada que ofrecer, salvo miseria y explotación.

Todos los sectores de la burguesía chilena y el imperialismo estadounidense eran conscientes de que sólo podrían salvar su sistema aplastando este movimiento revolucionario mediante una dictadura. Tan sólo les dividía la estrategia a aplicar. Un sector preparaba ya un golpe militar y organizaba bandas fascistas, como Patria y Libertad, aunque era todavía minoritario. El grueso de la burguesía y el imperialismo USA financiaban y utilizaban a estos sectores para desestabilizar al gobierno Allende pero temían que un paso prematuro significara la derrota, su táctica durante un tiempo fue boicotear la economía chilena y esperar a que la moral y entusiasmo revolucionarios de las masas se desgastasen.

A este sector pertenecía la Democracia Cristiana, cuya verborrea radical (en las elecciones hablaban de nacionalizaciones, revolución democrática, reforma agraria,...) buscaba no perder a una parte de su electorado tradicional (clase media, campesinos, incluso capas obreras atrasadas), cada vez más radicalizado hacia la izquierda, y, sobre todo, ganar tiempo hasta encontrar un momento más favorable para ajustar cuentas con la revolución. Empleaban la táctica del policía bueno y el policía malo: "Pactad con nosotros moderando vuestra política o vendrán los militares y la extrema derecha".

El socialismo era posible

Bajo la presión de las masas, el gobierno de Allende nacionalizó algunos de los principales sectores económicos (minas de cobre, carbón, hierro y nitratos, textil, multinacionales como ITT, etc.) Esto supuso un gran paso adelante que permitió aplicar reformas sociales y aumentar enormemente el apoyo e ilusión de las masas y su empuje para que el proceso siguiera avanzando. El socialismo parecía al alcance de la mano. Pero entre los dirigentes socialistas y comunistas el que este fuese el objetivo y cómo conseguirlo no estaban tan claros.

La unidad popular era una coalición cuyo apoyo de masas se debía a los partidos obreros pero incluía también minúsculos partidos pequeño-burgueses que no representaban a nadie y eran la excusa para no aplicar medidas socialistas. La dirección del Partido Comunista defendía que no era el momento de luchar por el socialismo sino por la revolución democrática. Planteaban paralizar muchas de las nacionalizaciones y ocupaciones de tierra para no asustar a estos sectores de la burguesía supuestamente democráticos y no provocar una intervención del imperialismo (aunque como ya hemos dicho este estaba interviniendo ya: saboteando la economía, intentando desprestigiar y calumniar nacional e internacionalmente al gobierno, preparando así el terreno para el futuro golpe contrarrevolucionario)

Allende y otros dirigentes socialistas estaban más a la izquierda pero confiaban en que el socialismo se conquistaría gradualmente, a través de la profundización de las instituciones democráticas burguesas (parlamento, constitución, etc.). Evidentemente, los revolucionarios pueden y deben participar en el parlamento y otras instituciones, utilizándolos como altavoces para denunciar la explotación, corrupción e hipocresía capitalistas y elevar la conciencia y el grado de organización de las masas revolucionarias así como para convencer a la inmensa mayoría de las masas de la necesidad de avanzar hacia el socialismo. Pero cuando la clase obrera amenaza los privilegios de los capitalistas, estos no dudan en utilizar sus instituciones, empezando por el ejército, para aplastar la voluntad popular. Los militares "demócratas" desempolvarán y utilizarán sus sables y no faltarán jueces y parlamentarios burgueses dispuestos a encontrar los argumentos legales y los discursos democráticos que justifiquen los crímenes. Siempre lo han hecho así.

¿Porqué fue derrotada la revolución chilena?

El heroísmo y la honradez de Allende no puede ocultar que estos dirigentes cometieron el grave error de no confiar en la fuerza de los trabajadores, jóvenes y campesinos, basándose en su movilización y organización para sustituir el aparato del estado capitalista por un Estado obrero y culminar la revolución. Los trabajadores habían creado embriones de poder obrero (cordones industriales, comandos comunales, consejos campesinos, Juntas de abastecimiento y Precios –que luchaban contra el sabotaje económico-, etc.), las manifestaciones se sucedían exigiendo armas para el pueblo y la creación de milicias populares en las fábricas y barrios, para defenderse de los fascistas y del inminente golpe militar.

Aplicando estas medidas, y otras como la creación de comités de soldados y oficiales democráticamente elegidos y revocables en el seno del ejército para romper el control de la casta de oficiales burguesa sobre la tropa, hubiera sido posible escindir a las fuerzas armadas. Hubiera sido posible separando a buena parte de la base del ejercito procedente de los sectores populares de esa casta de altos oficiales vinculada por miles de lazos (económicos, de nacimiento, culturales, etc.) a la oligarquía. También habría sido posible evitar que la inmensa mayoría de las capas medias apoyasen a la reacción arrastrando a un sector muy importante hacia la revolución.

Tanto las capas medias (por su posición social y por los prejuicios que infunde la burguesía) como los soldados (por el miedo, la rutina y la inercia que crea la jerarquía militar) necesitan ver fuerza y decisión en el bando revolucionario para sumarse a él.

Las jornadas de abril de 2002 en Venezuela son un ejemplo. La masividad y decisión de la respuesta popular contra el golpe fortaleció a los sectores militares que tenían dudas pero no se atrevían a romper la cadena de mando, arrastró a los indecisos y aisló a los golpistas. Pero la victoria de la revolución sólo es definitiva cuando la clase obrera y los sectores populares consiguen desmantelar la estructura del ejército y del aparato del estado creada por la burguesía (esos miles de lazos que permiten a la burguesía mantener a la burocracia del estado y a la jerarquía militar bajo su influencia) y sustituirla por un estado obrero basado en la elegibilidad y revocabilidad de todos los cargos y en el control permanente de los representados sobre sus representantes. A esto hay que unir un programa claro, que transmita a todos los sectores vacilantes o sometidos a la presión de la burguesía, que la revolución supone una mejora decisiva en sus vidas pero además que está convencida de que va a ganar y tiene el programa para hacerlo.

En Chile también hubo un golpe , o más exactamente intento de golpe (el tancazo) derrotado, pero Allende y sus colaboradores no sacaron todas las conclusiones y no escucharon el clamor de las masas pidiendo que se basasen en el poder popular (es decir que unificasen a todos esos comités y colectivos de lucha que estaban surgiendo en las fábricas y en los barrios desde abajo para sustituir a la maquinaria burguesa del estado, que constituyesen milicias populares o creasen comités de soldados y oficiales revolucionarios en el ejército, ...). Si lo hubiesen hecho la victoria de la revolución habría sido posible y ,además, casi sin resistencia o con una resistencia muy débil. Los militares golpistas –con la base del ejército apoyando a la revolución y organizada y un sector de la clase media apoyando la revolución o como mínimo sin apoyar la contrarrevolución- no habría encontrado ninguna base social y habrían sido reducidos con un mínimo esfuerzo.

Pero los dirigentes de la UP creían poder evitar un golpe confiando en el carácter democrático y supuestamente imparcial del ejército y en la negociación con los dirigentes de la DC, quienes estaban conspirando ya con Pinochet. El mismo Pinochet fue nombrado por Allende quien confió en sus promesas de acatar la constitución y la voluntad popular. Los dirigentes también insistían en que organizar comités en el ejército o profundizar más rápidamente la revolución daría una excusa a los reaccionarios o al imperialismo para intervenir y cosas por el estilo. Pero, lamentablemente, se equivocaban: no necesitaban ninguna excusa, estaban interviniendo desde el principio, sólo buscaban el momento más favorable, cuando las masas cansadas de esperar y que no se concretase la victoria empezasen a dudar de esta y en primer lugar estos sectores de los que hemos hablado.

Los errores y vacilaciones de la dirección del proceso chileno (y su falta de claridad en la necesidad de avanzar hacia el socialismo ya) desarmaron ideológica y organizativamente a los trabajadores y los militares pudieron imponerse y aplicar la política de represión y ataques a los sectores populares que exigía el capital a nivel nacional e internacional.

¿Milagro chileno?

El llamado "milagro chileno" fue en realidad un infierno para las masas, que vieron retroceder todos su derechos, conquistas y condiciones de vida y sufrieron la represión del estado con miles de muertos y desaparecidos (que todavía hoy no han sido aclarados y cuyos asesinos siguen libres).

Las políticas de privatización y ataque al movimiento obrero y popular han continuado hasta hoy bajo los gobiernos de la Concertación –una coalición entre el Partido Socialista y partidos burgueses como la DC y otros- y lamentablemente siguen en estos momentos bajo el gobierno de la socialista Bachelet que parece no haber sacado ninguna conclusión de la experiencia de hace 30 años, como lo demuestra el hecho de haber reprimido en forma brutal a los trabajadores en la manifestación popular del 29 de agosto.

Pero los trabajadores y el pueblo sí sacan conclusiones de la experiencia y las luchas sostenidas a lo largo de estos años, que ya empujaron a la dirección del Partido Comunista a adoptar una política más a la izquierda, las lecciones de los trabajadores se han visto reforzadas tras la movilización nacional de este mes de agosto, realizada precisamente contra las políticas económicas neoliberales de Bachelet y tendrán su expresión dentro de las filas de todos los partidos obreros y en particular del partido socialista. La movilización nacional de los trabajadores del 29 de agosto es un punto de inflexión para la lucha de clases en Chile y para el gobierno de Michelle Bachelet. Es significativo que los dirigentes sindicales socialistas hayan tenido que convocar movilización nacional contra el gobierno de Bachelet.

El gobierno de Michelle Bachelet, elegido por los trabajadores chilenos para aplicar una política en beneficio de los trabajadores y las capas oprimidas de la sociedad, está cediendo en todos los aspectos importantes a la presión de la burguesía y el imperialismo. Y, sobre todo, se mantiene el capitalismo y la política económica seguida por la dictadura durante 16 años. El régimen ha cambiado de rostro pero el poder sigue firmemente en manos de los mismos capitalistas, banqueros y terratenientes que respaldaron el golpe de Pinochet.

La principal lección que los trabajadores chilenos y venezolanos podemos sacar de la triste y sangrienta derrota de hace 34 años es que no se puede pactar con los partidos de la burguesía, ni intentar convencer a estos de que se porten bien y nos dejen cambiar nuestras condiciones de vida, Sólo la lucha unitaria de las distintas organizaciones revolucionarias por el socialismo, por la nacionalización de los bancos y los principales monopolios, por sustituir las estructuras e instrumentos de dominación de la burguesía por un estado obrero ,en manos de los trabajadores y el pueblo, basado en el poder popular, en la elección y revocabilidad de todos los representantes a través de las asambleas y del control obrero y popular sobre las industrias y las fuentes de riqueza puede garantizar una transformación revolucionaria de la sociedad victoriosa y definitiva. Esta transformación, además, debe empezar en un país pero buscar inmediatamente su extensión a todo el mundo. Los revolucionarios venezolanos y chilenos estaremos juntos en este objetivo.

Jorge Rossel es un Joven Militante marxista del PS Chileno (comunal Venezuela)
Está prohibido soñar
Frei Betto
La Jiribilla
En el pasado, el futuro era mejor. Al menos para mi generación, la de los que tenían 20 años en la década de 1960 (Cuba, Che, Vietnam, bosanova, Cinema nuevo, Nouvelle vague, Beatles, tropicalismo, etc.).

¿Con qué sueñan los jóvenes de hoy? Mi generación soñó con el cambio del Brasil (castrado por el golpe militar de 1964) y del mundo (congelado por la caída del muro de Berlín). La globocolonización neoliberal se cuidó de privatizar no sólo las empresas públicas y estatales, sino también los sueños. Los jóvenes ya no sueñan a escala nacional o planetaria, excepto en lo concerniente a la preservación de la naturaleza. Sueñan a escala individual y familiar: confort, riqueza, belleza y poder.

¿Quién robó los grandes sueños? ¿Por qué el vocablo ‘utopía’ desapareció del lenguaje corriente y resulta sospechoso ante los ojos de los intelectuales europeos?

El primero que habló de utopía (del griego utopos, ningún lugar) fue Hesíodo, poeta del siglo 8 a.C, en su famoso texto "Los trabajos y los días". Evoca a los hombres que vivían como dioses, "sin preocupaciones en sus corazones, protegidos del dolor y de la miseria". Nadie envejecía y, dotadas de "vigor incansable", las personas disfrutaban las "delicias de los banquetes". "No conocían las penas y vivían en paz y abundancia como señores de su tierra".

Hesíodo no alimentaba veleidades nostálgicas. Su texto se aproxima más a la literatura profética que a la idílica. La edad de oro había desaparecido porque los hombres "no fueron capaces de evitar la violencia imprudente entre sí y no querían honrar a los dioses". Ahora, dice Hesíodo, al comparar la realidad con el sueño, no hay "ningún amor entre amigos o hermanos, como en el pasado. Los malandrines saquearán las ciudades unos de los otros y el poder hará que desaparezcan la ley y el pudor".

La palabra utopía fue acuñada por Tomás Moro en 1516, como título de su libro más conocido. Esa idea de que en tiempos antiguos había una sociedad perfecta y que nos toca a nosotros recuperarla está más acentuada en los hijos de la tradición judeocristiana. El mito bíblico del paraíso, exento de todo dolor y pecado, resuena fuerte en nuestro inconsciente. Lo que fue, será. Ni Marx logró librarse del paradigma bíblico. Su comunismo primitivo, inmune a la alienación y explotación, es la imagen de un pasado reflejado en el futuro: la construcción de la sociedad comunista, donde se dará la adecuación entre existencia y esencia del ser humano.

¿En qué lugar de la Tierra sobrevive la utopía que, en el siglo 20, movilizó a millones de militantes dispuestos a dar la vida para que todos tuviésemos vida? El fundamentalismo islámico no se compara con el ardor de los jóvenes revolucionarios. Éstos querían cambiar el mundo, no imponer una creencia religiosa; buscaban implantar la justicia, no el predominio de una fe; deseaban una nueva sociedad, no la hegemonía de una religión; vislumbraban el éxito en la caída del poder opresor, no en la muerte coronada por el martirio.

El socialismo fue la gran utopía de mi generación. Soñábamos con una sociedad en la que nadie estuviera amenazado por el hambre, la guerra, la explotación, la discriminación, la marginación. Rusia fue la primera en implantar, en 1917, el nuevo sistema esbozado en la crítica de Marx y Engels al capitalismo. En 1949 el gigante chino dio el mismo paso.

Aunque el socialismo haya representado grandes avances en cuanto a los derechos sociales, no tardaron en repetirse las "desilusiones" de Hesíodo: los crímenes de Stalin, la Revolución Cultural china, el imperialismo político, la dictadura del proletariado reducida a la dictadura de los dirigentes del partido único, etc.

Hanna Arendt, militante de izquierda alemana, al renegar de sus ideas revolucionarias cometió la equivocación de ver el marxismo y el fascismo como versiones diferentes del totalitarismo. Y esparció el pensamiento antiutópico, representado hoy en el Brasil por el PSDB y por el PT. De ese modo cerró el horizonte de la esperanza y reforzó el neoliberalismo.

Para los adeptos al antiutopismo, que ya no creen en la sociedad poscapitalista, sí se da identificación entre este sistema y democracia. El capitalismo sería perverso en sus abusos, pero no en su esencia. Creen, por consiguiente, que es posible "humanizarlo", sin darse cuenta de las conexiones entre Wall Street y Etiopía, el bienestar de los países escandinavos y la significativa presencia de su capital y de sus empresas en los países emergentes.

Se sufre hoy de distropía, la utopía deteriorada, escepticismo y desencanto, que lleva a muchos a acomodarse tristes en su rincón. ¿Qué queda de esperanza cuando ya no creemos en líderes, partidos, doctrinas e ideologías? ¿Qué queda cuando, por nuestra parte, se cierran todas las puertas y ventanas? Queda la amargura, el desaliento, el rechazo del poder. Ése es el momento en que el sistema conmemora su victoria sobre nosotros. Vaciarnos de utopía, neutralizarnos, comprarnos, he ahí la táctica de quienes profesan el dogma de que "fuera del mercado no hay salvación".

Quien no sueña con la utopía corre el serio peligro de recurrir al sueño químico de las drogas, que siempre termina en pesadilla.

Traducción de J.L.Burguet
A pesar del descontento, falta fuerza y unidad para triunfar
Pedro Echeverría V.
Rebelión

1. Falta fuerza, el poder de nuestras movilizaciones no alcanza para obtener victorias. La burguesía que apoya a Esther Gordillo es muy poderosa. Me decía el pasado 2 de septiembre, en el campamento situado frente al edificio del ISSSTE de la ciudad de México, uno de los compañeros más activos de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) de la sección XVIII de Michoacán. Un activista muy honesto que lleva veinte años en las movilizaciones de la CNTE nacional y de su estado. “Le ponemos todas las ganas y mucha valentía, pero nada nos resuelven porque necesitamos más fuerza. Movilizamos a 100 mil, pero requerimos el doble y acciones contundentes que sienta la burguesía y la hagamos ceder. Pero para eso necesitamos apoyo de otras organizaciones, pero apoyo real, no de palabra. Cada organización lucha por sus propios intereses muy particulares, por eso es muy difícil la unidad”

2. La mayoría de los mexicanos no sabe que en diferentes períodos históricos los pobres, los explotados, los de abajo, han podido tomar el poder y hacerse cargo del gobierno, pero por diversas causas no han podido. En 1914 las fuerzas de Zapata y de Villa encabezaron la Convención de Aguascalientes, incluso tomaron la Ciudad de México y por falta de ideas y férrea unidad, fueron derrotadas a los pocos meses por las fuerzas burguesas encabezadas por Carranza y Obregón. Con ello en lugar de una revolución campesina y popular se abrió el camino de la revolución democrático burguesa que venía madurando en el país. ¿Representó un avance progresista esa revolución? Indudablemente sí, pero quien se quedó con la Revolución fue la burguesía que la legisló y organizó a su favor. Después de ese triunfo Zapata y Villa fueron emboscados y asesinados por la misma burguesía que se adueñó del poder.

3. Durante el sexenio de Lázaro Cárdenas (1934/40) surgieron condiciones para que el sector de la burguesía nacionalista profundizara las reformas que emprendió, así como sus nacionalizaciones, en beneficio de los campesinos y los obreros. Sin embargo los trabajadores no tuvieron la fuerza independiente necesaria para presionar y obligar a Cárdenas a ser consecuente. Las organizaciones de masas, así como los sectores de izquierda, se entregaron al gobierno y contribuyeron a que los trabajadores bajaran la guardia. Se registraron medidas populares importantes (reforma agraria, fundación de la CTM, nacionalización de ferrocarriles, asilo a exiliados españoles, educación “socialista”, expropiación petrolera,), pero concluido el sexenio cardenista se retrocedió lo avanzado. El sector más reaccionario del gobierno burgués se hizo cargo nuevamente del gobierno para dar continuidad al proyecto derechista anterior.

4. En 1956/59, los ferrocarrileros, profesores, electricistas, petroleros, estudiantes politécnicos, lograron unificar sus fuerzas y ganaron algunas demandas, pero le dejaron las manos libres al gobierno de López Mateos quien los reprimió con brutalidad cuando se descuidaron. Aquellas batallas que aglutinaron a decenas de miles de obreros en las calles y cumplieron con fidelidad poderosos paros obreros, se convirtieron en muy importante testimonio histórico, pero pudieron profundizarse con estrategias unitarias a pesar de la brutal represión. No fue el planteamiento la toma del poder, pero pudo transformarse en una fuerza de masas para obligar a gobernar en beneficio del pueblo. En 1965/66 los médicos, por primera y única vez, salieron a la calle a luchar por salarios, becas y derechos, recibieron la solidaridad del pueblo de México, se descuidaron y el gobierno de Díaz Ordaz los acabó.

5. En 1968 salimos a la calle e hicimos temblar al gobierno y a los empresarios durante más de dos meses; el dos de octubre el gobierno nos reprimió con brutalidad en Tlatelolco porque nuestro movimiento no pudo penetrar otros sectores, en particular el de los trabajadores que seguían controlados por la CTM y demás organismos supeditados al gobierno y al PRI. La prensa, la radio y la televisión estuvieron, como hasta hoy, al servicio del gobierno y los poderosos empresarios. El movimiento estudiantil, que gozaba de las simpatías de millones de personas por la justeza de sus luchas, fue ampliamente calumniado por los medios de información. Buscaron siempre mediatizar con los juegos olímpicos que se iniciarían el 12 de octubre. Tampoco este movimiento se planteó la toma del poder, pero sí pudo transformarse en un movimiento de masas que fuera la base para las luchas de los siguientes años.

6. La década de los 70 fue de grandes huelgas obreras y movilizaciones. El presidente Echeverría instrumentó un gobierno de “apertura”, de “nacionalismo revolucionario” y “apoyo a América Latina”. Sin embargo, la izquierda era ilegal o semilegal, y se desató la llamada “guerra sucia” contra los movimientos sociales (guerrillas en el campo y urbanas) llevando a cientos de militantes de izquierda a la represión y desaparición. Funcionaron decenas de pequeñas y medianas organizaciones y los sindicatos independientes crecieron en número y combatividad. Veinte años después, en 1988, el gobierno realizó un gran fraude electoral. Cuauhtémoc Cárdenas, ganó al parecer la elección y no fue reconocido. El PAN se alió con Salinas y lo reconoció, pero el cardenismo no estuvo al nivel de las circunstancias. La alianza del presidente Salinas y el PAN fue abierta; creció la derecha y la izquierda sólo puso los muertos del sexenio.

7. En 1993/94 se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la izquierda sólo protestó con vergonzosa timidez por la solidez aparente del gobierno de Salinas. Al iniciarse 1994 el zapatismo se levantó en armas y con ello sacudió la conciencia dormida de la izquierda convirtiéndose de manera automática en vanguardia de las luchas del pueblo de México; pero después de un año comenzó a frustrase las esperanzas. En el 2001 la caravana zapatista recordó que todavía quedaba una vela prendida en Chiapas. A pesar del terrible desgobierno foxista, el gran crecimiento del desempleo y la miseria, las luchas en México fueron muy débiles; se pensaba que Fox había hecho arreglos con los jefes de los movimientos. A partir de 2004, aunque sólo electoralmente, López Obrador se convirtió en el centro de la oposición política. Enormes movilizaciones en el DF, con más de un millón de manifestantes contra el desafuero, jamás se habían visto.

8. López Obrador pudo obtener la Presidencia pero parte de la izquierda no apoyó pensando en que AMLO era “más de lo mismo”. Se hizo a un lado Cuauhtémoc Cárdenas y sus seguidores, disgustado porque el PRD no lo hizo candidato presidencial por cuarta ocasión. Los zapatistas del EZLN y sus adherentes se lanzaron a “La Otra Campaña” recorriendo el país y diciendo que AMLO era igual de enemigo que los otros candidatos del PAN y del PRI. En el interior del PRD, por aquello de las luchas internas, las corrientes que seguían a Cárdenas y las más derechistas se negaron a colaborar en la campaña. Alrededor de AMLO se construyó un equipo paralelo al PRD que en lugar de lograr la unidad profundizó la escisión en la campaña. López Obrador por consigna de la burguesía encabezada por Fox, los grandes empresarios, los medios de información, la derecha y el gobierno yanqui, no podía ganar por ningún motivo

9. En Oaxaca, en casi siete meses de grandes batallas, no se pudo expulsar del poder al gobernador asesino Ulises Ruiz porque: fuera de algunas declaraciones del PRD, de La Otra Campaña (del EZLN), del Diálogo Nacional y la CNTE nacional, el apoyó no apareció directamente. Las declaraciones sin compromiso sirven poco. Oaxaca luchó en las calles del 15 de mayo al 25 de noviembre hasta que fue desarticulada y brutalmente reprimida por el ejército a mando de Fox, aunque de Calderón en los hechos. En Atenco (donde La Otra Campaña tenía enorme influencia) se reprimió con salvajismo el movimiento y se encarceló a muchos dirigentes campesinos. Por sectarismo las organizaciones fuertes no apoyaron directamente. Lo mismo ha pasado con el movimiento sindical minero y otros movimientos pequeños que han sido reprimidos con gran bestialidad por defender sus tierras, su trabajo, la ecología, sus formas de vida.

10. El panorama no tiene nada esperanzador. Existe un enorme descontento social porque el desempleo crece, la carestía se incrementa, los miserables salarios no aumentan, las amenazas de represión están al orden del día, los líderes corruptos siguen en el poder, los empresarios acumulan cada vez más ganancias. A López Obrador le faltó fuerza, por eso fue defraudado en las elecciones. A los profesores de la sección 22 y a la APPO de Oaxaca les falló la fuerza, por eso el gobierno de Fox, aliado al PRI, los reprimió con brutalidad y apresó a sus principales dirigentes. A los de la CNTE nos ha faltado fuerza para tirar a la Gordillo y democratizar el SNTE. Los mineros del sindicato han carecido de fuerza, por eso su dirigente sigue perseguido sin haber podido regresar a México. A Marcos le ha faltado fuerza por eso su lucha sigue débil y estancada en muchas regiones. Los electricistas y otros sectores obreros han podido frenar la privatización abierta de la electricidad.

11. Se anuncia la conformación, para el próximo dos de octubre en la Ciudad de México, de un Frente Nacional Amplio e incluyente contra la represión y por la defensa de los derechos humanos que, en adelante podría conformarse como el núcleo de un Frente Democrático Social y Antiimperialistas. Quizá los nombres sean lo de menos; lo importante es que este tipo de iniciativas unitarias lleguen un día a cimentarse. Se dice que están participando 62 organizaciones encabezadas por el Comité Eureka que preside Rosario Ibarra, el Frente de pueblos en Defensa de la Tierra, la APPO, etcétera. Faltan los electricistas, la UNT, los lópezobradoristas, los mineros, la CNTE y muchas más organizaciones. Si no se logra la unidad, este nuevo organismo será uno de los diez que en los últimos años ha nacido con los mismos objetivos de unidad sin conseguirlo. ¿Qué hacer para que no continúe este estado de cosas donde (después de los últimos 50 años de sufrir derrotas, persecuciones, golpes, cárceles, asesinatos) sólo se oyen quejas ?

La izquierda que quiere la derecha
Juan Cendales
Voz

Los fuertes debates políticos que se vienen dando al interior del Polo vienen siendo utilizados en profundidad por la derecha y todo el establecimiento para avanzar en su sueño dorado de diseñar el tipo de izquierda que ellos necesitan.

Y lo hacen sin ningún tipo de recato y sin la más mínima vergüenza por meterse en la cocina de los vecinos sin haber sido invitados.

El Tiempo, Semana y Cambio se despachan en portadas, editoriales y diversos artículos de sus más encopetados y encopetadas columnistas hablando del tema. Hipócritamente se lamentan del “espectáculo” pero inmediatamente y en profundidad toman partido y sacan sus mejores consejos para decir quienes deberían estar en el Polo, como debe ser el Polo, como debe criticar el Polo, que tipo de oposición debe ser el Polo, quienes deberían irse del Polo. Etc. Etc. Etc.

Obviamente que la derecha quiere una izquierda domesticada. Una izquierda light. O como diría un ex presidente de la CUT, una izquierda asexuada.

La construcción de esta izquierda domesticada ha sido una tarea compleja. Para este propósito la derecha y el establecimiento han combinado todas las formas de lucha. Han hecho uso de la violencia genocida, de la chequera generosa, de los nombramientos ministeriales, de la tentación de la dorada diplomacia, de los montajes judiciales y ahora de la satanización y el macartismo.

Pensaban que habían hecho bien la tarea.

Que los radicales como Manuel Cepeda habían sido liquidados por completo. Que las lúcidas mentes de los Pardo Leal habían desparecido. También las personalidades rutilantes de los Bernardos Jaramillos y los Pizarros Gómez. Y que los socialbacanes como Leonardo Posada eran cosa del pasado. Cosa de cementerios.

Pero se han dado cuenta que esa izquierda que creían muerta goza de buena salud. Que opina, debate y organiza. Que mueve gente. No tanta como la que calculadamente le atribuyen para mostrarla como el peligroso coco que hay que exorcizar. Una izquierda radical, quizás, pero sin los extremismos que le achacan. Sectaria tal vez, pero no tan intransigente como la muestran.

No hay nada más paradójico que en el país donde miles y miles de militantes de la izquierda han sido perseguidos, torturados, desparecidos, asesinados, o masacrados, quienes tienen responsabilidad en los hechos o han guardado silencio, se erijan en los jueces morales o en los estrategas de imagen de los que sobrevivieron.

Es al Polo, a sus dirigentes y militantes, a quienes les corresponde democrática, unitaria y responsablemente dirimir sus diferencias y rediseñar los caminos de la unidad.

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