viernes, diciembre 7

Encinas plantea construir acuerdos y consensos; Ortega pide discusión a fondo

Apoyan aspirantes a dirigir el PRD la propuesta de crear un solo partido

Ramírez Cuéllar solicita un espíritu abierto

Un paso necesario, opina Valenzuela

Alma E. Muñoz

La propuesta del senador Carlos Navarrete de integrar en un nuevo instituto político a los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Convergencia y del Trabajo (PT), fue bien recibida por cuatro aspirantes a la presidencia nacional del sol azteca, al considerar que ayudaría a unificar a la izquierda mexicana.

Sin embargo, Pablo Franco, dirigente de parte de la Red de Izquierda Revolucionaria, consideró que Navarrete lanzó la proposición como parte de una “disputa del poder al interior del partido”, y lamentó la ausencia del presidente nacional del PRD, Leonel Cota, porque “en los momentos más graves desaparece” y eso provoca que “los de la corriente Nueva Izquierda estén actuando como si ellos fueran los dueños del partido”.

Criticó que Navarrete hablara de conformar un nuevo partido sobre “la base de decisiones de corriente hegemónica”, y planteó que la elección para renovar la dirigencia nacional del PRD, deja entrever, con este tipo de actitudes, que el proceso “no será terso, porque vemos que algunos compañeros asumen acuerdos con sectores importantes del gobierno tomando las banderas de la izquierda”.

Por su parte, Alfonso Ramírez Cuéllar, aspirante a la presidencia nacional del sol azteca, resaltó que conformar un partido único no es debate nuevo. Después de la elección del 2 de julio de 2006 “cobró fuerza una propuesta que empezamos a generar los que venimos de la izquierda histórica para poder unificar a todos los grupos que no participan en el PRD”.

Ésta, indicó, “es una lógica que tenemos que reforzar para constituir un partido grande todas las izquierdas, movimientos sociales y grupos democráticos del país”. Debemos “tener un espíritu abierto para lograr la integración”, apuntó, y se pronunció porque se discuta en un congreso nacional.

A su vez, Camilo Valenzuela, otro de los precandidatos a la dirigencia nacional, manifestó que el planteamiento de Navarrete es “evidentemente un revire ante los cuestionamientos a veces bastante estridentes de PT, Convergencia y otros partidos por los cambios a la legislación electoral en materia de coaliciones”. Pero “es necesario dar paso a la unificación de las fuerzas políticas representativas del movimiento patriótico y democrático en el terreno electoral”, agregó.

Además, se pronunció por retomar el debate planteado en el PRD a principios de año, entre otras razones porque “nos ha ido de la patada en 14 procesos electorales y no es cosa de ver qué tuerquita apretamos o movemos”.

En tanto, Alejandro Encinas, otro aspirante a suceder a Cota Montaño, respaldó la propuesta de fusionar el Frente Amplio Progresista –integrado por PRD, PT y Convergencia– en un solo partido con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza.

En conferencia de prensa en La Paz, como parte de la gira de proselitismo que realiza en Baja California Sur, expuso que sin duda López Obrador es el líder más importante de este movimiento y el PRD es resultado de la unificación de distintas izquierdas del país, por lo que debe seguir con ese proceso, pero antes hay que conocer la opinión de PT y Convergencia, porque no es un asunto de buena voluntad, sino que deben construirse los acuerdos y los consensos con estos partidos políticos.

Encinas sostuvo que “una ruta que debe seguir la izquierda es continuar con el proceso de unificación, y sería deseable avanzar por la conformación de un nuevo partido”. Resaltó que aunque la propuesta de Navarrete se da en el contexto del debate sobre la formación de coaliciones, es necesario discutirla, porque “nadie puede estar en contra de la unificación de la izquierda”. Pero que se den las condiciones para ello, opinó, lo decidirán nuestros aliados.

A su vez, Jesús Ortega recordó que en el PRD se ha insistido en la creación de un nuevo instituto político, en “términos de constituirnos como frente amplio, como el de Uruguay, donde hay una fusión de partidos sin que éstos pierdan su autonomía, pero sí participan como una sola fuerza en los comicios electorales”.

Se pronunció porque la propuesta se discuta a fondo, pues servirá para “evidenciar quién está en actitud consecuente con la unidad, no en términos de pelear frijoles o porcentajes, sino planteando un esfuerzo unitario para crear una gran fuerza que derrote a la derecha”.

Admitió que Navarrete presentó la propuesta para responder, de manera consecuente, “a quienes están hablando de unidad, porque detrás de la crítica se esconden las verdaderas intenciones”, y dijo que la figura puede darse a partir del FAP.

Trascendió que el cambio de coordinación de este bloque podría darse hasta enero. Se menciona como posibles sucesores de Ortega a Manuel Camacho Solís, Porfirio Muñoz Ledo, Javier González Garza y Pablo Gómez, entre otros.

Con información de Raymundo León, corresponsal

López Obrador afirma que permanecerá en ese partido

“No dejaremos” que una corriente domine el PRD

Tampoco construirá uno nuevo, sostiene

Se opone a que el sol azteca derive en palero que avale elecciones fraudulentas

El Cofipe fortalecerá la alianza PRI-PAN, dice

Llama a mantener la unidad

Ciro Pérez Silva (Enviado)

Hueypoxtla, Mex., 6 de diciembre. Ni dejo el PRD, ni voy a formar otro partido, enfatizó Andrés Manuel López Obrador después de señalar que costó mucho trabajo construir ese instituto político, “y no vamos a dejar que una corriente lo domine; tampoco vamos a permitir que el PRD se convierta en un partido palero que avale elecciones fraudulentas, porque nació como un instrumento de lucha al servicio del pueblo”.

Al iniciar una gira de trabajo por el estado de México, López Obrador atajó así todas las versiones, algunas surgidas desde su propio partido, en las que se preveía su salida del PRD, y dio respuesta a la diferencia que surgió con los legisladores que aprobaron la reforma electoral.

Acerca de su presunta salida, aseveró que tiene un compromiso como “presidente legítimo de México”, y que está formando la red de representantes del mismo, en las que hay militantes del PRD, del PT, de Convergencia, de organizaciones sociales y ciudadanos sin partido. “Lo subrayo para que no se vaya a malinterpretar, porque eso quisieran nuestros adversarios, que nosotros abandonáramos el PRD, pero no, nunca el PRD va a ser un partido palero”.

Ante centenares de simpatizantes, dijo también que respeta la propuesta que hizo el coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, de conformar un gran partido de oposición en el que se fundan el PRD, el PT y Convergencia, y que él lo encabece, pero aseveró que ése es un puesto que no debe tener por el compromiso que tiene como “presidente legítimo”, y porque aceptarlo “significaría reconocer a un gobierno ilegítimo como es el de (Felipe) Calderón. Lo que se debe hacer es mantener la unidad de las fuerzas progresistas para enfrentar al bloque de derecha, que conforman el PRI y el PAN, y que se manifiestan como uno solo cuando en el país se debaten temas relevantes”.

Se pronunció por mantener la alianza con otros partidos y fortalecer el Frente Amplio Progresista (FAP) para enfrentar a esa derecha “que integran el PRI y el PAN. ¿O son diferentes Elba Esther y Felipe Calderón?, ¿o son diferentes Calderón y Manlio Fabio Beltrones?”, subrayó el tabasqueño, e insistió en que de ninguna forma se puede permitir que en el PRD prevalezca una sola corriente.

López Obrador reconoció que tiene divergencias con algunos de sus compañeros de partido, que fueron más evidentes durante la negociación y aprobación de la llamada ley electoral, la cual, afirmó, “es una simulación que va a fortalecer la alianza PRI-PAN”.

Sostuvo que a pesar de las diferencias con quienes apoyaron desde el partido del sol azteca esta reforma, “en el PRD somos libres y tenemos cada quien que expresar nuestro punto de vista; yo estoy acostumbrado a no quedarme callado cuando hay algo que no me gusta y por eso dije que no estaba de acuerdo con la reforma. Nosotros no nos estamos chupando el dedo, yo no voy a dar un aval a ciegas si está de por medio nuestro movimiento y queremos que haya una auténtica democracia.

“¿Ustedes creen que Manlio Fabio Beltrones es un demócrata”?, interrogó a los centenares de seguidores que lo acompañaban y que contestaron con un rotundo “¡nooo!”. Igual respuesta obtuvo cuando preguntó si al panista Santiago Creel podría considerársele un demócrata.

Insistió en que los cambios al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) “son una simulación”, y aseveró que el problema no son las leyes, toda vez que éstas en general están bien, “no hay ninguna que diga que hay que robar, tampoco hay una que diga que hay que falsificar documentos o que hay que atropellar al prójimo, no, las leyes están bien, el problema es que no se cumplen y el que tiene la responsabilidad de aplicarlas no actúa con rectitud, ése es el verdadero problema”, apuntó.

“Cuando dije ‘al diablo con las instituciones’ hicieron un escándalo, se sintieron ofendidísimos. ¿Qué me pueden decir ahora después de la resolución de la Corte en el caso del gobernador de Puebla, Mario Marín?, quien violó las garantías de la periodista Lydia Cacho. ¡Claro que al diablo con sus instituciones!”

Sin embargo, llamó a “no cargarle la mano” a los magistrados, porque son, aseguró, “empleadillos del pelele Calderón, que es el actor intelectual de esa resolución. Hay que recordar que hay un acuerdo entre Calderón y la cúpula del PRI y por eso protege a Marín y al gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz. No vivimos un estado de derecho, vivimos un estado de chueco en el que sólo se castiga al que no tiene con qué comprar su inocencia, y se protege a los secuestradores”.

Durante la gira enfatizó que los cambios que plantea el movimiento que encabeza deben darse de abajo hacia arriba. Puso como ejemplo sobre la posibilidad de esas transformaciones a partir del Gobierno del Distrito Federal que encabeza Marcelo Ebrard, “que ha sido no sólo leal al movimiento, sino que no ha ido a hincarse frente al pelele de Calderón, no le ha ido a besar la mano, ha tenido una actitud muy digna y ha hecho un buen gobierno manteniendo todos los programas sociales, como el de adultos mayores, apoyo a madres solteras, a personas con discapacidad, seguro para el desempleo, becas para los alumnos de bachillerato y la construcción de viviendas para la gente pobre; el cambio es posible y no vamos a renunciar a él”.

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